Capítulo 9

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Harry no sabía dónde estaba su cabeza cuando aceptó cuidar de Violet mientras Louis estaba fuera por trabajo.

Se iría al país donde había vivido un tiempo, Estados Unidos, renunciando a llevarse a su hija o a Harry; la primera porque aún se estaban dando clases, y el segundo porque el chico no podía simplemente dejar su trabajo sin previo aviso.

Inicialmente, Louis le había propuesto una niñera, una mujer de mediana edad que había cuidado a la niña en situaciones similares. Se iría dos semanas y no querría imponerle una responsabilidad al rizado. Aunque eran cercanos, no actuaría como si Harry fuera a cuidar a un niño sólo para complacerlo, pero se sorprendió cuando se ofreció, encogiéndose de hombros y asegurándole que todo estaría bien.

—Me gustaría visitar a la abuela—, dijo Violet de mal humor en el asiento trasero.

—Lo harás, amor, pero otro día—. Aseguró Harry mientras sacaba el coche del aparcamiento. Acababa de despedirse de Louis en el aeropuerto, su ritmo cardíaco aún estaba alto por el beso de despedida—. ¿Recuerdas lo que dijo, hmm? Verás a Jay pronto.

—¿Cómo sabes el nombre de la abuela? —, preguntó sorprendida y Harry se rió.

—Soy mago.

—Mentira—, desdeñó cruzándose de brazos—. Los magos no existen, mamá. Lo aprendí cuando aún era un bebé.

—Ah, ¿sí? —, miró brevemente a la niña tras detenerse en un semáforo en rojo—, ¿No crees que es un poco escéptica para tu edad?

—¿Escéptica?

—Significa una persona que no cree en nada—, explicó—. Siempre dudas de todo.

—Papá dijo que es bueno cuestionarse las cosas.

—Ajá, entonces crees todo lo que dice Louis—, la provocó y ella resopló indignada.

—Sí, porque es muy inteligente.

—Entiendo—, resopló dramáticamente. Pasaba tanto tiempo con Louis que era inevitable unirse a sus dramas infundados—. No soy digno de tu confianza.

—¡No he dicho eso! —, se defendió señalando con un dedo acusatorio—. ¡Estás fingiendo llorar! No es verdad.

—Estás invalidando mis sentimientos...

—Mami. Para—, rio cuando una sonrisa escapó de los labios del hombre mayor—. Eres igual que papá.

Harry aparcó el coche en el garaje y Violet entró rápidamente a la casa, sus zapatos fueron arrojados al suelo del salón. Decidieron pasar esos días en la casa del padre de la niña ya que sería menos trabajo trasladar las cosas de Harry allí que al revés.

—Violet, esta es la última vez que voy a coger tus zapatillas—, dijo, recogiendo los zapatitos, dejándolos junto a la puerta. Había dicho lo mismo semanas antes, usando las mismas palabras.

—Pero no los dejé así—, explicó mientras se acercaba—. Simplemente no lo guardé...

Harry entrecerró los ojos y la niña sonrió, no tan desdentada, había una tímida punta de diente emergiendo de sus encías superiores. Sólo fue necesario levantar su dedo índice para que Violet entendiera lo que vendría después, corriendo ágilmente mientras Styles hacía la cuenta regresiva en silencio para el inicio del juego.

Durante los siguientes minutos, la risa de la niña fue el único sonido que resonó en la casa.

𖦹𖦹𖦹𖦹

—¡Jesucristo! —, dramatizó Zayn cuando cruzó la puerta—. ¡Necesitamos exorcizar esta casa, hay un espíritu frente a mí!

—Lo hay. Entra rápido—, lo jaló por el cuello de su camisa y luego cerró la puerta—. Y cállate. Estoy jugando con Violet.

Classy Pirouette • [ls ; traducción]Where stories live. Discover now