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Después de un tiempo, Satoru se levantó del banco y regresó a su apartamento, se sentía agotado, tanto física como emocionalmente, decidió intentar descansar, aunque sabía que el sueño sería esquivo esa noche.

— Aunque intentó entenderlo no puedo... solo... ¿Por qué te fuiste? — estaba tendido en la cama, abrazando una de sus almohadas, cuando de repente la arrojó con furia hacia el espejo que estaba frente a él, rompiéndolo por completo.

El sonido del vidrio quebrándose llenó la habitación, pero no disminuyó la tormenta de emociones que atormentaba a Satoru.

— No puede ser...

«Todo esto es por tu culpa, Suguru.»

Se levantó para recoger todo; se sentía despersonalizado, estaba allí y a la vez no, no sabía si estaba enojado, triste o quién sabe qué otra cosa.

Recogía todo sin importarle si se cortaba o no; simplemente metía como podía todos esos fragmentos de vidrio en una bolsa completamente rota que encontró debajo de la cama.

Que idiota fuiste, Suguru Geto.

Era tal su desespero que no se dio cuenta de que sus manos estaban completamente enrojecidas; los pequeños fragmentos de vidrio se quedaban pegados en la piel de la palma de su mano, pero él no sentía ardor, no experimentaba ningún tipo de dolor físico, sino emocional.

De pronto su conciencia volvió a él, no podía respirar, de hecho no recordaba que estaba haciendo en ese momento, solo recordaba que estaba flotando en el aire encima de sí mismo, no necesitaba un tipo de droga para sentirse así y ahora esa "droga" era una persona.

Miro sus manos.

— ¿Qué pasó? — se levantó y fue al baño, abrió la llave del lavamanos dejando que el agua entrara en sus pequeñas heridas; ahora sí sentía ardor. — Soy un tonto... me duele... pero me duele más que Suguru se haya ido...

Definitivamente, eres un tonto, Satoru.

Tenía muchas preguntas sin respuesta y un nudo en el estómago que no desaparecería fácilmente.

«No puedo sacarlo de mi mente.»

Tomó un botiquín que tenía por ahí y empezó a curar sus heridas leves.

— Supongo ¿Que todo acabo?¿Eh?¿Satoru? — se miró al espejo — Deberás si soy un tonto.

Dejó todo debidamente organizado y volvió al cuarto, observando cuidadosamente los fragmentos de vidrio esparcidos por la habitación.

— ¿Cómo se me ocurre colocar los vidrios en una bolsa completamente rota? — suspiro — Soy un...

Su mirada se posó cerca de la bolsa rota, y notó algo cercano. Se agachó, y una lágrima bajó por su mejilla.

«El collar...¿Como pudiste Suguru?»

El tonto de Suguru dejo el collar ¿Por que? Definitivamente, el es mas tonto.

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Los días pasaron lentamente para Satoru, y la preocupación se convirtió en frustración y enojo. Cada vez que pensaba en Suguru, una mezcla de emociones encontradas lo invadía. Había momentos en los que extrañaba su compañía, la forma en que compartían risas, pero esos momentos eran eclipsados por la sensación de abandono que lo consumía.

Estaba en su habitación, mirando fijamente la pared mientras sus pensamientos se agolpaban en su mente, su teléfono sonó, y cuando miró la pantalla, vio el nombre de su amiga Shoko parpadeando. Dudó un momento antes de contestar, pero finalmente deslizó el dedo para aceptar la llamada.

— Hola, Shoko. — se oía cansado.

— Hola, Satoru. ¿Cómo estás? — Estaba preocupada por él.

— Los días pasan lentamente, Shoko — pauso — No sé qué hacer con todo esto.

— Lo entiendo pero...

— A veces siento que lo extraño, y otras veces... me siento herido — Sacó de su bolsillo el collar que le regalo — ¿Te acuerdas del collar?

Shoko percibió la tristeza en la voz de Satoru.

— Claro que recuerdo el collar, Satoru. Era un regalo especial, ¿verdad? — dijo con nostalgia. Satoru asintió, aunque Shoko no podía verlo a través del teléfono.

— Ese mero, me lo dejo aquí el idiota...— dejó escapar un suspiro mientras guardaba el collar en su mesa de noche.

— No me quiero reír... pero me causa gracia en cierto sentido — suspiro — Lo siento.

— No te preocupes, yo ya no no siento nada por él... — curvó su boca enojado consigo mismo — Pero eso no quita que me haya lastimado mucho...

Finalmente, el enojo ganó la batalla. Satoru comenzó a odiar a Suguru por haberlo dejado sin explicación, por haberlo besado y luego desaparecido. Sus pensamientos oscuros lo atormentaban, y no podía evitar desear...

— Ojalá nunca hubiera conocido a Suguru en primer lugar...

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Capitulo corto por que no quiero que se acabe 

Reunion Of Hearts || SatoSuguWhere stories live. Discover now