i.

503 64 9
                                    




MEGARA

MEGARA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

iel pasado regresa !
( the son of neptune )



Existe una barrera al momento de golpear a alguien que impide daños severos; una especie de retención.

Y yo no la conozco.

Mi pie golpea el lado izquierdo de su cara con tanta fuerza que la sangre chorrea de sus labios. La tinta roja torna el ambiente denso y nos hace a ambos atontarnos en un desenfrenado frenesí. Aún así, él no parece realmente afectado, pues se mueve a mi compás, sin problema, y lanza un gancho derecho que con facilidad logro esquivar.

—Eso estuvo cerca —sonrío con maldad—. La próxima vez, intenta apuntar a mi rostro.

—Cierra la boca. —replica él, completamente irritado antes de agacharse, tomar mi pie y tirarme. Es tan rápido que ni siquiera lo veo venir y me hace aterrizar de espaldas contra el suelo, sacando todo aire dentro de mis pulmones.

Suspiro, antes de empezar a toser, le hago una seña y levanto mi mano hacía él, tocando mi estómago adolorido. Él ríe victorioso, extendiendo su mano para ayudarme y yo bendigo su ingenuidad. Lo jalo del brazo con toda mi fuerza, y lo hago caer. De manera rápida, coloco mis rodillas sobre él, lo inmovilizo con mi brazo, y río victoriosa y risueña.

—¡De acuerdo! ¡de acuerdo! —jadea, golpeando el suelo con la mano.

Le doy una sonrisa triunfal de boca cerrada antes de soltarlo, ponerme de pie y ofrecerle mi mano. Él me da un simple manotazo, indignado.

—¡Eso es trampa!

—Lo es para los perdedores.

Octavio se levanta por si solo y se frota el brazo con una mueca. —Tu agarre empieza a ser más fuerte, ¿lo has notado? ¿Alguien te lo ha dicho?

Me rio sarcásticamente.

—¿Crees que voy por ahí golpeando gente? Si para eso estás tú, bobo —Octavio limpia el sudor de su frente con su antebrazo sin decir nada. Ruedo los ojos y lo zarandeo por los hombros—. Vamos, una tregua. No te importa que siempre te gane, ¿o si?

Octavio se cruza de brazos, algo exhausto. Luego rueda los ojos y extiende su brazo.

—Siempre te dejo ganar —una gota de sudor mancha su blanca camiseta sport. Es guapo, sí. Pero no lo suficiente cómo para sacarlo a él de mi cabeza— Si pelearas de verdad contra mí, suplicarías redención.

Dejo de sonreír, ofendida. Tomo su brazo a la fuerza y lo hago tropezar esta vez con su pie izquierdo. Nuevamente se estrella de cara contra el pasto, pero esta vez, coloco una de mis piernas sobre su espalda y tiro su brazo derecho en una llave: —No escuche, disculpa. ¿Quién va a rendirse?

untouchable! ━ percy jacksonWhere stories live. Discover now