ocho.

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Si algo que Haerin había aprendido con sus primos que la visitaban cuando era pequeña es que una consola de videojuegos significaba oro puro para ellos.

Recuerda que en navidad una vez le regalaron a uno la consola del momento y que lloró todo el maldito día por la emoción. Incluso lo había visto tomarse miles de fotos con cada cosa que hacia con el aparato.

Su primo le dijo como consejo de vida que el mejor regalo que pudieran darle a Danielle, conociendo lo fanática que era de esos artefactos, es una consola de videojuegos que estuviera siendo la más popular, y si quería usarla como trampa para decir algo importante como su embarazo le recomendó aquel lugar que visitó en el centro comercial donde vendían las cajas de cartón reutilizables.

Actualmente había un modelo que no ha sido renovado, y por lo que sabe es el que las personas pelean en los lugares de venta de videojuegos por comprarlo. Conocía que Dani era una aficionada a los juegos que incluía y decidió comprar la caja como un instrumento sorpresa que le ayudaría más tarde.

"Dios, parece que soy el ratón negro que ve Danielle en las mañanas" pensó pegando con cinta la prueba de embarazo en el centro de la caja vacía.

La cerró con ayuda de los pliegues y aguardó a que su esposa llegara a casa del trabajo, a veces odiaba el horario de Dani ya que el tiempo que tenían para verse en la semana era algo corto. Danielle llegaba, la recibía, cenaban juntas, se duchaban, veían algo de televisión y dormían.

Su madre le habló sobre eso, que el tiempo suele ser el mayor enemigo de las parejas felizmente casadas y hay muchos casos donde el separarse es la victoria de las horas perdidas. Al principio le costó adaptarse y se molestaba con Danielle por cosas pequeñas que hacía o incluso cuando le preguntaba sobre dónde estaba algo que requería, le gritaba harta de la poca atención que había en su matrimonio, pero luego entendió que no era la manera de admitir lo mucho que le enojaba estar sola en casa y conversó con su esposa un largo rato, llegando a dormir abrazadas totalmente relajadas.

Amaba en demasía a Danielle, dejarla ir por ese problema la haría sentirse estúpida.

Pronto la puerta fue destrabada gracias a las llaves que pertenecen a su mujer y se abrió dejándola mirar a la mujer más guapa que se pudo conseguir.

─Dani, compré algo para ti─se puso delante de ella.

Alzó la caja esperando a que su esposa grite como lo hizo su primo en navidad, que salte y la abrace con emoción pero sólo recibió como respuesta el que la caja fuera apartada por la más alta.

─Rinnie, ya tengo uno de esos─habló con sinceridad. ─No hacia falta, gracias, pero pudiste gastar el dinero en algo para ti.... como ese espejo en forma de flor que vimos hace meses.

Sinceramente esta vez no pudo enojarse por que no recibiera la caja, solo sonrió y besó a su esposa con amor.

unnie i'm pregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora