nueve.

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A este punto, Haerin estaba a nada de tomar los papeles de divorcio y aventarse por la ventana no sin antes dejarlos firmados en la mesa de su casa.

Los últimos días había estado tratando de que Danielle supiera de una buena forma el que un bebé está creciendo en su vientre, las ideas que escogió de Internet se agotaron y si buscaba otras páginas le ofrecían las mismas.

Se encontraba sentada en su sillón favorito, comiendo un poco de helado que compró a un señor que pasó por su casa y tuvo que correr detrás de él ya que no lo escuchó a la primera.

Había desperdiciado más de un mes en su obsesión por ideas bonitas y construir un hermoso recuerdo del momento en que Danielle se entere que es madre, que se olvidó de muchas cosas que quería hacer.

Canceló una cita con el estilista para tintar su cabello en un color anaranjado que compró personalmente, decepcionó a Sunni en llevarlo a pasear al parque, se suponía que iba a invitar a Hanni a almorzar.

"No, no es tu culpa, pequeño" pensó echando la cabeza hacia atrás y observando el techo color crema "Es mía, creo que me emocioné demasiado".

Suspiró posando una de sus manos sobre su vientre para moverla ligeramente en una caricia con cariño, imaginó por primera vez como sería su vida con la llegada del bebé.

Sin duda, amaría mimarlo, darle de comer lo que más le guste, ayudarlo en sus tareas y hacerlas cuando no entendiera, vestirlo cada mañana que salga a la escuela, pelearse con las madres que se atrevan a hablar de él de forma maliciosa, también se pelearía con los otros niños que pudieran hacerle algo, salir los domingos con los dos amores de su vida al parque que fue testigo del día en que Danielle se arrodilló para pedirle matrimonio, si tiene novia o novio le daría una plática exhaustiva de lo que está bien y lo que no.

Soltó una risa al verse sumergida en una historia en base a sus ilusiones para el futuro, siempre había sido muy soñadora.

Como la vez que durante un viaje escolar, se soñó audicionando para ser una Idol y que su grupo sería el mejor del mundo, pero al despertar negó ante la idea. No cumplía con los estándares de una Idol, quizás su esposa sí, pero ella prefiere una vida tranquila.

Quizás no había reflexionado sobre sus locuras hasta ahora, debía admitir que desde el inicio pudo evitar ser una terca con Hanni y decirle todo a Dani esa misma noche sin ningún problema.

La noche cayó, comenzó a preocuparse porque su esposa normalmente llegaba a las seis de la tarde y el reloj de pared marcaba las nueve.

Tomó su celular dispuesta a llamarla, buscando el número en la lista de contactos, pero antes de que presionara el botón de "llamar" la puerta fue abierta.

Danielle entró a casa con su maletín en una mano y en la otra cargaba una bolsa pequeña que seguro cabría en su bolsillo del pantalón pero decidió llevarla así hasta su hogar.

─Llegué─anunció al pisar la sala. ─Te traje algo.

Extendió la bolsa hacia su esposa, quien la tomó, de su interior sacó una cajita pequeña la cual abrió, encontrando un precioso collar con un sol sonriente.

─Mi jefe me pagó el doble por mi desempeño en este mes, y vi esto en una joyería cerca de la oficina, así que decidí comprarlo para ti─dijo jugando con sus manos. ─Espero que te guste.

─Es hermoso, eres la mejor esposa del mundo─besó su mejilla con entusiasmo.

Se dio la vuelta para que pudiera abrocharlo a su cuello, lo cual la más alta hizo con una sonrisa satisfecha. La cadena se ajustaba perfectamente.

Haerin pensó que era un buen momento, para ser sincera y dejarse de bobadas.

─Dani, debo decirte algo ─dijo.

unnie i'm pregnantWhere stories live. Discover now