Cuando él finalmente pudo parpadear, con ese mínimo gesto consiguió sacar a la pelirroja de su ensimismamiento, quien tragó fuerte y sonrió.
- Eh... perdón, ¿con quién tengo el gusto? - lo miró fijamente.
En respuesta, el castaño solo pudo quedarse mirándola embobado... aunque, también, sorprendido en extremo.
La mente de ella gritaba: ¡Ayuda!
Y su ayuda llegó.
- El señor se llama Christopher Casillas, es el presidente de la mina Acapulco. - dijo Martín.
- Perdone...- fingió una expresión de vergüenza. - Antes de llegar, vi unas reseñas de la gente más importante de Acapulco. Pero, por alguna razón, se me había olvidado su rostro. Lo siento, en verdad-.
Al sentirse observada, miró a la puerta...
- ¡Chris! - exclamó sin dejar de intentar desatarse. - ¡Chris, ayúdame! ¡Sácame de este lugar! ¡Tu mam... mamá y... los demás P... perros me q... mataron a nuestro bebé! - debido al efecto de la droga, parecía poseída. - ¡Fueron ellos! ¡Los perros me estaban esperando aquí! ¡Francisco! - su mirada se perdió. - Él estaba aquí y me pegó, me pateó el vientre. ¡Yo no pude hacer nada! Te juro que... ¡Él... m... mató a nuestro bebé! Necesito que te acerques y que me escuches, por favor. ¡Créeme, te lo suplico! ¡Fueron ellos, mi amor! ¡Ellos entran y salen cuando se les da la gana! ¡Se divierten torturándome! ¡Créeme, por favor! - se movía para todos lados, en un intento desesperado por liberarse de lo que ataba sus manos y correr hacia él para que la sacara de ese infierno.
Aunque estaba muy confundido, el verla así empezó a desesperarlo también.
- Es un placer conocerlo, señor Casillas. Bienvenido. - extendió su mano y le regaló una sonrisa, que ni ella misma supo decir qué tan falsa era.
Sin dejar de mirar sus ojos, él la tomó.
Roberta bajó la mirada hacia sus manos unidas.
Desde donde estaba, Anahí los miraba rabiosa.
- ¿Qué le pasa a Christopher? Parece que estuviera embrujado por esa mujer-.
Ni bien intentó dirigirse a ellos, Mabel la agarró del brazo.
- No se te ocurra armar un escándalo aquí. Eso sería muy ordinario-.
Anahí sabía que tenía razón y, en contra de su voluntad, decidió seguir dejando que se conocieran.
En un determinado momento, uno de ellos decidió romper el silencio pues, aunque no quisiera admitirlo, no era un silencio incómodo. Y eso podía ser peligroso.
- Espero que le guste la fiesta. Está en su casa. - volvió a sonreír.
El castaño permanecía sin habla.
Martín carraspeó, intentando hacer que reaccionaran. Su jefa ya no quería estar ahí. Lo sabía. Sabía que estaba pidiendo ayuda a gritos... y se la daría, porque no estaba dispuesto a permitir que volvieran a hacerla sufrir.
- Bueno, siento mucho interrumpirla, jefa, pero tenemos algunos asuntos que resolver-.
Roberta tragó fuerte.
- Me encantaría... pero es que no puedo. - sin cortarle la miraba al hombre que tenía delante.
Vidal frunció el ceño, confundido.
- ¿Por qué no?-.
- Es que el caballero no me ha devuelto mi mano todavía-.
Los nervios de Christopher salieron a la luz cuando continuos tics se hicieron evidentes en sus ojos.
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Más Allá de las Minas
FanfictionUna explosión provocada se cobró cinco vidas; ambiciones desmedidas otras dos. Él, manipulado y crédulo. Ella, destruida y sola. El deseo de tomar la justicia en sus manos y el de hacer justicia pondrán a prueba el amor. - Basada en «La Patrona», d...