PASADO - DISPARO AL CORAZÓN

8 0 0
                                    

---

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

---

—Krieger, ¿qué le pasó a Santi? —corrió hacia ella, ni bien encontrarla en un pasillo del hospital.

—Le dio un dolor súper fuerte y ahorita lo están revisando. De verdad no sé qué le pasa. —sus ojos estaban cristalizados.

—Bueno... no te preocupes. Debe ser apendicitis; acuérdate que a Javier y a mí nos pasó y no fue tan grave. —manteniéndose distante, fue todo lo que pudo decir.

Ahí, el doctor se acercó.

—Oiga, ¿qué es lo que tiene mi nieto?

—Sin duda alguna, es apendicitis. Necesitamos operar de emergencia para evitar una infección fatal. Permiso. —siguió su camino.

—Lo van a operar...—dicho esto, su mirada se nubló de lágrimas aún más.

—Todo va a estar bien, ¿sí?

—Es que si le pasa algo... Si llego a perder a Santi también, yo me muero.

Al verla tan quebrada, mil y un emociones y sensaciones recorrieron al castaño. No obstante... es que era tanto el rencor que existía, que no le nació darle un mísero abrazo o hacer el menor intento por consolarla, por lo que decidió quedarse donde estaba.

--

Tras dejar que un vecino pasara para dar inicio a su nuevo emprendimiento, hizo que fuera a la mesa y después llamó a Diego por medio de señas.

—¿Tú qué haces acá adentro? Deberías estar ofreciéndole refrescos a la gente antes de que se vayan. Órale. —susurró estresada.

Él asintió frenéticamente y, cuando estuvo a punto de cumplir la orden de su mamá, sonó el teléfono.

—Hola. —corrió a contestar.

—Diego... soy yo...—habló en voz baja, preocupada.

—Isa. —sonrió enseguida. —¿Vas a quedarte? —ilusionado.

—No, te llamaba para despedirme y también... para decirte que tuvieron que llevar a Santi corriendo al hospital.

Diego quedó ojiplático.

--

Una vez un grupo de enfermeros sacó a "Don Juan" de la habitación de Roberta en camilla y lo condujo a la enfermería, Florencia se acercó a esta última.

—Ni siquiera con la mezcla de drogas, te dejaste dominar por él, y eso que es un psicópata muy peligroso. Debo admitir que nunca me dejas de sorprender. Tú no estás para nada loca.

—Ni estoy loca ni me vas a volver loca. Nunca me vas a ganar. —le dio una mirada desafiante.

—No deberías desafiarme, Riera...—miró a Julieta y a Adriana. —Denle el tratamiento completo y enciérrenla en Las Mazmorras.

Más Allá de las MinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora