PASADO - REVELACIONES

11 0 0
                                    

---

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

---

- Hey... ¿te pasa algo? ¿Dije algo malo?-.

- No. Algo malo no, pero, ¿estás... segura?-.

- En verdad, me parece que estas cosas son de esas que no hay que esperar a estarlo, porque si las piensas mucho, nunca va a pasar. - ante esa posibilidad, hizo un gesto de terror.

- ¿Entonces... vamos? - preguntó dudoso.

- No te estás quedando con tu mamá, ¿verdad? - algo reacia.

- Estaba. Al final, no aguanté ni tres días y me fui a un hotel-.

- Menos mal, porque si no, ahí sí que no podría mover un dedo...- tras un corto silencio, negó frenéticamente. - Pero nada. Vamos-.

Dándole una pequeña sonrisa, Christopher extendió su mano, a lo que ella bajó la cabeza hacia esta, sonrió de vuelta y la tomó antes de que él arrancara con las manos de ambos entrelazadas.

Ninguno se dio cuenta de que habían dos pares de ojos y dos pares de oídos que, dentro de un auto y a una distancia prudencial, vieron y escucharon todo lo que dijeron. Y es que como estaba realmente oscuro, las ventanas de la camioneta del castaño estaban abajo.

- ¡Zorra! No solamente le coquetea a Javier, ahora se va con mi cuñado-.

- Bueno, ¿y? ¿Qué estás esperando para seguirlos? ¡Muévete! - Anahí prácticamente ordenó.

Regina prendió el motor y arrancó con rapidez.

--

- Qué bueno que ya llegaste, compadre. - dijo caminando hacia la sala.

- Pues... me dio curiosidad tu llamado urgente. ¿Por qué estás tan misteriosa, comadre?-.

Mabel extendió una foto hacia él.

- ¿Sabes quién es?-.

- Por supuesto que sí. Es tu hijo Javier. - respondió, recibiendo una risa silenciosa de la dueña de Lucero, quien ya se esperaba eso.

- Adivina qué: No lo es-.

- Claro que sí. Recuerdo perfectamente lo ceñudo que era de pequeño-.

- Ya te dije que no es. Eso sí, son muy parecidos, ¿verdad?-.

- ¡Y que lo digas! ¿Quién es él?-.

- Eso mismo me estoy preguntando yo, fíjate, por eso necesito tu ayuda, senador... Ven. - sonriendo seductora, le hizo una seña y se encaminó al despacho.

Devolviéndosela, él la siguió. Cuando escuchó las sospechas que tenía, frunció el ceño.

- Pero, por favor, eso es un disparate-.

- Ningún disparate. Estoy casi cien por cien segura de que ese niño es mi nieto-.

- En el mundo, hay muchas personas que son bastante parecidas y no tienen nada que ver-.

Más Allá de las MinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora