18 - La calma antes de la tormenta

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Sentado sobre una piedra lisa a la orilla de un río serpenteante, Jack contemplaba el reflejo del cielo sobre el agua. Mientras se bañaba en la placentera calidez del sol, sus dedos recorrían el entallado de la pistola que le había regalado Gilbert la segunda vez que se conocieron, y en su mente mantenía una conversación:

"Te equivocaste, Gilbert. Nada ha cambiado; incluso durante mi ausencia, la humanidad encontró una forma de prevalecer. No hay necesidad de un salvador... de todas formas, yo nunca lo he sido. No fui capaz de salvar a nadie." Frente a él, el agua del río se encrespó a la vez que la cabeza de Elizabeth salía con aire triunfante de él.

— ¡Atrapé uno! —Gritó con emoción sosteniendo con dificultad un enorme pez por encima de su cabeza. Su mirada se entrelazó con la de Jack, quien la felicitaba con una pequeña sonrisa y ojos de medialuna; una desconocida sensación le recorrió el cuerpo ruborizándole las mejillas y desviando la mirada por instinto, manteniéndola fija en el suelo mientras salía del agua.

"Sé que tú hubieras querido entrenarla, enseñarle a ser autosuficiente y defenderse, y yo me hubiera opuesto, pero tenías razón. La vida no se vuelve más fácil si la ignoras, así que lo haré por ti, aunque no tengo idea de cómo debería hacerlo; sé que tú empezarías con entrenamientos físicos. Leah probablemente le mostraría cómo cazar, y Jacob... bueno, él pasaría compitiendo con ella". Sus manos se estrujaron con fuerza a la vez que un sabor amargo le llenó la boca. "Creo que a ella también le hubiera gustado conocerlos a ustedes... esperenme un poco más, les prometo que los encontraré cuando le encuentre un hogar a esta niña." Una sonrisa nostálgica apaciguó el adolorido rostro. "De todas formas, no me dirigirían la mirada si no lo hiciera."


—Sopla más despacio, vas a hacer que se vuele la yesca. —Dijo Jack acercándose a Elizabeth, quien intentaba encender la fogata frotando dos palos entre sí. —Aprendes rápido, solo han pasado un par de días y ya te manejas mejor que la mitad del equipo. —Bromeó apoyando el hombro sobre un árbol cercano.

—¿Qué equipo? —Preguntó ella.

Una súbita realización sacudió a Jack, sus labios temblaron cuando su mente buscó las palabras.

—Oh, nada, solo un grupo de amigos. Hace tiempo que no los veo. —Respondió con una risita forzada.

—¿Por qué?

—Porque se encuentran muy lejos... pero, nos veremos muy pronto.

-¿Me los presentarás algún día? -Preguntó observándolo de reojo; Jack levantó las cejas y se incorporó, el comentario lo había tomado por sorpresa.

-¿Desde cuándo haces tantas preguntas? -Dijo caminando hasta un bolso que contenía diversos objetos que robó antes de escapar del coliseo. -Ven, comeremos después de entrenar.

De aquel bolso, sacó una larga cuerda que procedió a atar a su tobillo en un extremo y en el otro a la base de un robusto árbol.

-Habrá muchas ocasiones donde el combate cuerpo a cuerpo no será una opción válida. En esos momentos aprovecha tu agilidad y encuentra una forma de escapar. -Dijo Jack. -Así que juguemos a un juego; si me quedo sin cuerda o se pone el sol antes de atraparte, tú ganas; de lo contrario, gano yo.

Elizabeth flexionó las piernas y trabó la mirada con la de Jack, quien sin avisar se abalanzó sobre ella. Sin poder equiparar su velocidad, Elizabeth perdía distancia con rapidez, pero de forma contraproducente, se volteó haciéndole frente a Jack y corriendo hacia él, quien en su confusión se detuvo en seco. Aprovechando el desconcierto, Elizabeth derrapó pasándole entre las piernas y sujetando la cuerda de pasada, sin la suficiente fuerza como para tumbarlo pero logrando que tropezara mientras recobraba el equilibrio.

Providence [ESP]Where stories live. Discover now