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Desde la última vez que Jimin habló con Yoongi no había vuelto a tener noticias de el, no sabía exactamente qué estaba pasando y ni siquiera podía imaginarlo, pero el que Min no se comunicara con el le estaba preocupando mucho.

—¿ Crees que le haya pasado algo?— el castaño se encontraba caminando de un lado a otro en medio del pasillo que daba a la cafetería de la universidad.

— No lo creo, solo debe estar muy ocupado, está investigación es muy importante para él.

— Tanto como para no responder un mensaje, empiezo a creer que solo es una excusa para alejarse de mí.

El pelinegro intento analizar una vez más a Jimin, cada gesto, cada palabra que salía de sus abultados labios, cada expresión en su rostro, como alguien que se ve tan inocente podría ser un criminal tan frío se cuestionaba el psicólogo, si bien su historial de abuso pasado podría ser el causante de que lo haga encajar en el perfil de un asesino, aún tenía sus dudas, había algo en aquel muchacho que lo hacía dudar.

— Cálmate Jimin — insistió el mayor— no sobre pienses las cosas, sabes que Yoongi no es así.— pero ya sus palabras de aliento perdían fuerza con el pasar de los días.

— Jiyoon tenia razón cuando me lo decía, el solo quería una cosa de mí, es igual a ellos. — respondió más alterado — yo le conté todo, le hable de mis miedo y el se aprovechó de ellos para conseguir lo único que buscaba.

— No es cierto y lo sabes Jimin, tu hermano miente, solo busca hacerte sentir mal.

—¡Claro que no! El jamás haría tal cosas, Jiyoon solo me cuida y se preocupa por mí.

—Yo no estaría tan seguro de eso...

— No voy a permitir que pienses mal de él y tampoco permitiré que Yoongi se siga burlando de mí, ya no creeré más en nadie y juro que desde este día el detective Min Yoongi está muerto para mí.

Su mirada tierna que era acompañada con un toque de tristeza cambio totalmente, un semblante más serio con el entrecejo fruncido y apretando la mandíbula se instauró al momento de pronunciar aquellas palabras.

— Jimin...

Quería decírselo, aclararle el porque Min lo estaba evitando y terminar con todo de una vez, explicarle las dudas que tenía sobre su hermano, pero era imposible, no solo porque el detective le había pedido que guardara silencio hasta que el volviera, si no porque quería investigar por su cuenta al gemelo, en los días que llevaba en casa del castaño pudo ver la crueldad disfrazada de bondad en la actitud de Jiyoon, estaba seguro que algo ocultaba, no tenía la más mínima duda.

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Para Jiyoon el tener que soportar un día más a Jungkook se volvía cada vez más insostenible y el echo de que el joven se mostrará cada vez más cariñoso no ayudaba en nada pues solo quería pasar el tiempo pegado a él , siempre hablándole de amor y viviendo en la burbuja que el solo se había creado, dónde los únicos que existían eran ellos dos. Eso lo tenía al límite.

Cómo era costumbre, se habían encontrado una vez más en aquella habitación en la que solían dar rienda suelta a toda su lujuria, entregándo sus cuerpos a quel placer exquisito que los abordaba en cada encuentro.

Se podría decir que Jiyoon alguna vez tuvo un leve sentimiento hacia Jungkook, pero cuando conoció al detective fue como un golpe de realidad que hizo que su mundo se sacudiera por completo, y no tuvo dudas, el apuesto detective de pálida piel era el hombre que quería para el resto de su vida.

— Te amo — soltó de pronto el joven mientras acariciaba suavemente el cabello del contrario, su mirada lucía llena de ese brillo que solo la ilusión del primer amor podía causar.

Detective Criminalista (Yoonmin) Where stories live. Discover now