Te embarcarás en una odisea mágica que desentraña los secretos de un mundo ancestral sumido en las sombras. A través de los ojos de valientes aventureros marcados por la magia de la cueva de la luna, la historia te llevará por un viaje lleno de mist...
La entrada de la cueva yacía en penumbras, un recordatorio sombrío de los eventos que habían tenido lugar allí. Con antorchas en mano, Zephyr, Nimra y los dos soldados supervivientes se adentraron en la oscuridad para recuperar los cuerpos de los caídos. La triste tarea les recordó la fragilidad de la vida y la implacabilidad de la misión que tenían por delante. Cada figura caída era levantada con respeto, una sombra silenciosa de lo que una vez fueron.
De vuelta afuera, la luz del día iluminaba el claro donde se encontraba la entrada de la cueva. Zephyr y Nimra, junto con los dos soldados, organizaron un tributo improvisado para honrar a los caídos. Palabras de respeto y gratitud resonaron en el aire mientras cada uno compartía recuerdos y anécdotas. Nimra, cerró los ojos de los fallecidos con delicadeza, un gesto final de respeto antes de llevar a cabo el siguiente paso.
Una pira funeraria fue construida con cuidado, y los cuerpos de los caídos fueron colocados con reverencia sobre ella. La madera se encendió con facilidad, las llamas crepitando en la quietud del bosque. Zephyr, con una voz firme y solemne, lideró un ritual que acompañaría a sus camaradas en su viaje hacia la eternidad. El grupo observó en silencio mientras las llamas danzaban, llevándose consigo las sombras de aquellos que habían caído en el cumplimiento de su deber.
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Después de la despedida a los caídos, el grupo se reunió en un círculo, sintiendo el peso de la pérdida y la determinación de seguir adelante. Los dos soldados supervivientes, con las miradas perdidas en las llamas que se elevaban, recordaban a sus camaradas muertos.
Nimra, con una mezcla de gratitud y tristeza en sus ojos, se dirigió a Zephyr y a los dos soldados. "No hay palabras que puedan expresar mi agradecimiento. Arriesgaron sus vidas para salvarme de las fauces de esa criatura. Prometo que no olvidaremos el sacrificio de sus compañeros."
Zephyr, con la mirada fija en las llamas que danzaban, asintió con solemnidad. "Hicieron su deber con valentía. Ahora, nosotros debemos cumplir el nuestro y llegar a Grinder. No podemos permitir que estos sacrificios hayan sido en vano."
Después de una noche de descanso, el grupo se preparó para continuar su viaje hacia Grinder. La travesía se volvía cada vez más ardua, pero la determinación en los ojos de Zephyr y Nimra no vacilaba. Los dos soldados, a pesar de las heridas y la pérdida de sus compañeros, se unieron al frente de la marcha, listos para seguir adelante.
Durante el camino, Zephyr y Nimra caminaban juntos, aunque el peso del silencio entre ellos era evidente. Finalmente, Zephyr rompió la quietud que los rodeaba. "Nimra, necesitamos hablar sobre el espía. No puedo ignorar la gravedad de la situación. Como sabes tengo la capacidad de detectar si alguien nos sigue, me gusta analizar el entorno y detectar cosas anómalas, por lo tanto, me gustaría que no dudases cuando estoy convencido de que algún peligro nos acecha."
Nimra, mirando hacia adelante con expresión reflexiva, respondió: "Zephyr, entiendo tu preocupación, pero la decisión que tomé la hice pensando en evitar preocupaciones de mis soldados y que relentizasemos la llegada a Grinder . No puedo permitir que nada se interponga en ese camino."
