Capítulo 8.

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Ingresé a la sala de mi casa y escuché ruidos provenientes de la cocina. Fui hacia allá y vi a mi madre sentada con su computadora portátil, trabajando más de la cuenta luego de haber terminado su jornada laboral, como siempre.

Me acerqué hacia ella y le planté un fuerte beso en la mejilla.

- Hola, mi amada madre- dije de manera risueña.

Se rió un poco ante mi expresión y me respondió, en forma de burla:

-Oh, buenas tardes querida hija ¿Cómo te ha tratado este día soleado de otoño?

-Ya me cansé de hablar así, tomemos un respiro de la época medieval -rió otra vez-. La verdad es que la pasé fantástico. Adivina una situación que me puede haber ocurrido hoy.

-Pues...-espetó, dubitativa, mirando pensativamente hacia mis ojos, tratando de leerlos, y sosteniendo su barbilla como el "Pensador"- ¿encontraste dinero en los pasillos del colegio?

Negué con la cabeza, y no pude resistirme a expresar la repentina felicidad que recorría todo mi cuerpo.

- ¡Voy a tener una cita!

Sus grandes ojos color marrón se ensancharon, parecían dos bellotas gigantes. Su rostro no expresaba otra cosa más que sorpresa.

- ¡No puedo creerlo! ¿Con quién?, ¿Cómo sucedió?, ¿Lo amas?, si te casas con él ¿mis nietos serán lindos si son parecidos a su padre? -hablaba y se movía tan rápido que no logré a entender casi nada.

La sujeté por los hombros y hablé:

-Por favor, mantén la calma mamá -sentí cómo relajó sus músculos bajo mis manos y asintió-.Se llama Ross, probablemente lo conozcas, porque fuimos juntos a la escuela durante toda mi vida pero yo no hablé con él hasta el primer día de clases de este año. En realidad no me preguntó por ir a una cita, yo le debía un favor y él decidió que iba a ser eso. No lo amo, sólo me gusta porque es bastante ardiente y una buena persona. No me casaré con él, pero mi respuesta hipotética sería que tendrías los nietos más tiernos del mundo si se le parecieran.

Ella asintió con la cabeza, sonriente.

-Está bien, todas mis dudas importantes desaparecieron, mientras tenga niños preciosos para cuidar no importa si te ama o no- bromeó, yo me reí- ¿Cuándo es la cita?

-Ésta noche -le informé. Luego recordé que también íbamos a ir al club con los demás; a lo cual ella iba a oponerse rotundamente, pues era su obsesión hacia seguir las reglas.

Pensé que era irónico; pues salir a bailar era una violación muy pequeña para mí, tanto que si se tuviera que medir como un piso de un edificio, sería el subsuelo a comparación de lo que pude llegar a hacer con un simple artefacto tecnológico más de una vez. De todas maneras, a esa información prefería guardarla para mí sola, por lo que tenía que idear una mentira rápidamente. Raini sería de ayuda.

- ¿¡Ésta noche?! -Exclamó ella- ¡No estarás lista si sigues hablando conmigo!

Solté una pequeña carcajada, se la veía muy exaltada. Era más que obvio que estaba emocionada por mi cambio de actitud al ser una persona un poco más social que lo habitual.

- En serio debes calmarte, estoy en camino al baño para tomarme una ducha y luego Raini me ayudará, tú tranquila- le dije. Me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla, luego di media vuelta y me dirigí a mi habitación.

Antes de empezar a asearme, le envié un texto a mi mejor amiga:

"No menciones nada acerca de Puzzles, necesito una mentira. Sabes cómo son mis padres con las reglas de mínima importancia, a sus ojos pasan a ser de máxima importancia."

Tightrope. || Raura. || TERMINADAWhere stories live. Discover now