Cap. 2

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— Era prostituta.— YuGyeom examinaba el cuerpo de la chica. De la cual, aún no sabíamos su nombre.

— ¿Encontraste sus huellas en el sistema?

— No, pero mira esto.

Reconocí el tatuaje que tenía detrás de la oreja. Un número romano con una letra en particular. Es de un club en la zona rosa, el que suele marcar a las mujeres como si fueran ganado.

Tuvimos un caso hace tres meses, una chica muerta en un bar cerca de ahí y tenía el mismo tatuaje. Eso explicaría lo de mi tarjeta.

No encontramos nada, ningún sospechoso y el caso aún seguía abierto. La probabilidad de que fuera el mismo asesino, era muy poca, lo único que tenían en común era el tatuaje, la otra chica había muerto asfixiada.

Aún así, tenía que volver a revisar ese caso.

— ¿Había ingerido alguna dogra?

— No, pero si había tomado demasiado alcohol.

— Quizás por eso no se defendió de su atacante.

— Oh, sí lo hizo.—  Me acerqué a él y tomó uno de sus brazos con delicadeza, alzándolo a la altura de su rostro.— ¿Vez estos golpes que están en los antebrazos? No quería que la golpeara en el rostro, mira estas marcas que están en sus palmas.

— ¿De sus propias uñas?

Asiente dejando el cuerpo como estaba.— Por eso es que están intactas, tenía cerrados los puños.

— ¿Algún rastro de violación?

— EunMin, era prostituta.

Su comentario me molestó, y fruncí el ceño.— ¿Acaso las prostitutas no pueden ser violadas? Dedicarse a eso no significa que todo será consensual.

— Ya entendí, lo siento.— Masajeó sus sienes.— Sí, hubo sexo y demasiado rudo, pero no hubo penetración forzada. Si el tipo con el que estuvo es el mismo que la agredió, éste sabía a lo que iba, por que no hay ni una sola marca con sus huellas. Es seguro que usó guantes y definitivamente usó condón.

— ¿Ya sabes con que fue golpeada en la cabeza?

— Aún no termino las pruebas, pero ven más tarde para ver que avances tengo.

— Deacuerdo, me llevaré una fotografía del tatuaje y una de ella.

— Ya las tengo listas.— YuGyeom me las entregó ya impresas y las guardé en mi abrigo.— Es una lástima que tu cita no te viera anoche, te mirabas muy sexy con ese vestido.

Le sonreí.— No tenía una cita, iba a ver una obra en el teatro y quizás, si tenía suerte, conocería a alguien ahí.

— Creí que ibas al teatro solo por que a tu ex esposo le gustaba.

Me encogí de hombros.— Supongo que me quedó ese gusto.— Salí despidiéndome con la mano.

Y era verdad, tres años del divorcio y aún solía ir a algunos lugares a los ibamos cuando éramos novios. Estoy segura de que ya lo superé, pero inconscientemente terminaba en lugares como esos.

Aún así, no me sentía lista para verlo a él o a su familia de nuevo, su madre aún solía llamarme algunas veces y me invitaba a su casa en navidad o en sus cumpleaños, sin falta. Quizás él tampoco querría verme ahí, después de todo, fui yo quien terminó pidiendo el divorcio.

— ¿A dónde vas?.— Bambam, me alcanzó en el elevador y entró conmigo.— ¿Ya identificaron a la chica?

— Aún no, pero YuGyeom reconoció un tatuaje, ¿recuerdas el caso de hace tres meses en la zona rosa?

— ¿Las mujeres con el número romano?

— Las mismas, parece que es una de ellas. ¿Terminaste de ver los videos de la entrada del metro?

— Sí.— Saca un papel de su bolsillo.— Tengo las placas del auto que la dejó en la entrada, es curioso que lo reportaran como robado justo esta mañana.

— Iré contigo.

— Claro, pensaba llevarte de todas formas, por que esto te va a encantar.

Río.— ¿Porqué estas tan seguro de eso?

— Por que es un político y los detestas.

Ya casi veía venir lo que pasaría con este caso, sin culpable como el de la otra chica. Detestaba a morir a la gente como los políticos, los de dinero y todos lo que se piensan que se pueden pasar la ley por las bolas.

— ¿De quién se trata esta vez?

— Tu viejo amigo, Jackson Wang,


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