Capitulo 2: Perderse en el arte.

17 6 79
                                    

Quién tiene la razón, quién está equivocado, ¿A quién le importa? La caída, la culpa, el dolor permanece ahí, estoy aquí solo dentro de este hogar roto. -5 Seconds of Summer, Broken Home.

Bennett

A mi abuelo paterno le apasionaba el arte, escuché que fue un pintor maravilloso durante su juventud, nacido y crecido en Francia. Se enamoro de la abuela Nicole durante un verano y no dudo seguirla hasta Memphis después de vender la mayoría de sus cuadros, trabajó para construir una nueva vida junto a ella y fue feliz a su lado hasta el ultimo de sus días. Solo conservo fotografías viejas en cajas y recuerdos borrosos a los que todavía me aferro, sus pies descalzos, un lienzo en blanco, pinturas, pinceles y bocetos de dibujos esparramados por el suelo de la habitación que había transformado en su propio estudio de arte.

Algunos de sus cuadros se encuentran colgados en casa de mi abuela, me gusta contemplarlos cada vez que la visito. Ella siempre presume que heredé su talento.

Era un niño cuando comencé a dibujar, fue tras una asignación de artística para la escuela, hice un dibujo y mi profesora de artes aseguró que había encontrado un nuevo gran talento en su salón, que tenía potencial. Mi padre no le presto demasiada atención cuando los citaron para una reunión de padres, le parecía una tontería y a mi madre le pareció que sería buena idea apuntarme a clases de dibujo con una simple actividad extracurricular más. Poco a poco fui avanzando en las clases de dibujo, comencé con retratos, la primera persona a la que dibujé fue a Alya, por su propia insistencia, aunque detestó mi dibujo y rompió la hoja, desafiándome a comenzar de nuevo. Su acción no me desalentó, sino que fue su brutal honestidad lo que me impulso a hacerlo mejor y así lo hice.

Nadie se imaginó que podría encontrar mi verdadera pasión en el arte.

Mi abuelo partió a otro plano cuando apenas tenía siete años, no alcanzamos a compartir tantos años juntos como me habría gustado, pero su presencia se mantiene a nuestro alrededor, en cada rincón de su cafetería, en mis pinturas, en los ojos de mi abuela que todavía brillan con ilusión cada vez que cuenta sus historias. La abuela siempre dice que ve mucho de él en mí, es un honor continuar con su legado.

Espero que este orgulloso de mi.

—¿Crees que el abuelo este decepcionado de que no podamos pronunciar ni una sola palabra en francés?— pregunta Alya, echándole un vistazo a la fotografía que sostengo en mi mano antes de ponerla en una caja—. Bonjour, monsieur...—pronuncia con un mal acento.

—Eso suena fatal—hago una mueca antes de seguir guardando cosas en cajas—, seguro nos habría desheredado.

—Tal vez comience a tomar clases con Abby, se le dan bien los idiomas—comenta mientras rebusca algo en una caja—. Recuerdo este día—me muestra una vieja fotografía de nosotros usando trajes combinados—. Nos veíamos adorables, aunque odiaba que Claire nos hiciera usar esos trajes. Qué bueno que ya no lo haga, es decir, yo tengo estilo, glamour, clase y tú... tienes salud y una melliza muy guapa.

Ruedo mis ojos.

Tomo una caja y bajo las escaleras hasta la entrada de mi casa, me pregunto qué hará mi padre con todas estas cosas en su nuevo departamento. ¿Las conservará o se deshará de todas ellas para poder empezar una vida nueva?

—¿Por cuánto tiempo crees que vayan a prolongarlo? La noticia del divorcio, digo—me sacudo las manos del polvo—. Han pasado meses, ni siquiera se han atrevido a contárnoslo, pero es evidente—pienso—. ¿Quién se lo explicara a Cassie? —pregunto.

Es curioso como la vida puede cambiar de un momento a otro. Mis padres han estado viviendo vidas separadas durante mucho tiempo sin llegar a algún tipo de tregua o acuerdo. Sin embargo, desde el verano mis padres parecían haber llegado a un acuerdo, finalmente tomando la decisión de divorciarse. Comenzaron a estar más presente en nuestras vidas, queriendo pasar tiempo de calidad en familia como solíamos hacerlo antes, actuando como padres responsables otra vez, como si quisieran darnos unos últimos buenos recuerdos, demostrando que podríamos volver a convivir en paz, pero sospecho que algo debe haberse retorcido en algún punto, pues nuestro padre tomo la decisión de mudarse por su cuenta mucho antes de que pudieran darnos la gran noticia que tanto hemos estado esperando.

Peonias en otoñoWhere stories live. Discover now