Capitulo 3: Como ser una chica perfecta.

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Hago que la luz venza a la oscuridad, tengo el sol en mi bolsillo, créelo. Sí, me conoces... Yo perdono y olvido, conozco mi edad y actúo como tal, tengo lo que no puedes resistir, soy una americana perfecta- Olivia Rodrigo, All-American Bitch.

Abby

Desde que era una niña todo mi código moral se ha basado en la necesidad de ser considerada una buena chica. Siempre ser educada y amable, siempre hacer lo correcto, sentarme de forma correcta, siempre pensar dos veces antes de hablar. Evidentemente no soy una persona perfecta, pero me esfuerzo a diario siempre intentar ser fue una buena chica, eso es lo que se espera de mí, ese fue el estilo de vida que me enseñaron, ser una buena chica que sonríe, saluda y dice siempre «gracias», al menos eso es lo que mi abuela siempre dice.

«Una buena chica nunca se mete en problemas, una buena chica no comparte sus opiniones si no son requeridas, una buena chica siempre se comporta de la forma correcta, una buena chica no debe incomodar al imponer su punto de vista, una buena chica conoce cuál es su lugar...»

Lo tengo todo bien memorizado en mi sistema.

«No debes ser maleducada si te hacen enojar, se amable, se optimista, se agradecida. ¿Algún comentario lastimo tus sentimientos y afecto tu autoestima? Supéralo, no debes ser exagerada. Perdona y olvida. Ante todo ten clase e integridad, muestra una sonrisa, actúa como una señorita».

He cumplido con todo lo que se me ha pedido al pie de la letra y nadie me había pegado una estrellita en la frente por eso, de hecho, se me había exigido mucho más. Pero sigo siendo amable, aun cuando las personas a veces son muy groseras y soy educada con todos, respiro profundo para controlar mi mal humor, mantengo la clase y mis modales. He comprado toda mi ropa de forma que a todo el mundo le gustase, siempre recatada y aprendí a maquillarme, para resaltar mi belleza, pero no demasiado, no debo ser exagerada. He seguido dietas, matándome de hambre para ser lo suficientemente delgada para que no me recuerden cuantas calorías hay en mi plato antes de dar un bocado y es bastante cansado constantemente luchar por mantener la imagen de la chica perfecta, es agotador intentar alcanzar el estándar que se te ha impuesto. 

He pasado toda mi vida persiguiendo todas esas ideales, quedándome callada cuando todo lo que quería hacer era gritar. Sin embargo, he encontrado cierta libertad en compartir mis ideas a través de la escritura, lo cual me ha dado pase libre para librarme de las imposiciones que arrastro desde muy niña.

La vida en Londres quizás podría ser muy diferente, a veces la idea me aterraba un poco, pero todo sería diferente, una nueva pagina en blanco estaba iniciando. Claramente la presión por querer mostrarle a los demás que soy perfecta no desaparecería de la noche a la mañana, eso era seguro, pero podía encontrar la forma de cambiarlo. No estaba segura de quien seria, ni de que haría, pero quizás ya no debía perder el sueño, ni matarme de hambre por ello.

Puedo ser una nueva persona, siguiendo mis propias reglas.

Por supuesto que las cosas me estaban resultando un tanto diferente a como había soñado que seria, pues a veces los sueños son muy distintos a la realidad y ahora soy un pequeño pez aprendiendo a nadar en el océano, aunque aveces temía haber caído en un tanque de tiburones por error. Sin embargo, tan solo eran los primeros días, debía mantenerme optimista en que todo mejoraría, ¿verdad? Tenía que hacerlo...

Me dormí muy tarde ayudando a desempacar a Daphne, pero alcancé a conocerla un poco mejor el resto de la tarde, aunque a veces se distrae demasiado con el celular, lo que hace un poco difícil mantener una conversación. Me despierto demasiado tarde al día siguiente, seguramente debí haber apagado el despertador dormida. Me arreglo rápidamente para intentar llegar a clases a tiempo. Frunzo el ceño cuando noto que no hay rastro de Daphne en la habitación, quizás se haya adelantado.

Peonias en otoñoWhere stories live. Discover now