Capítulo 15

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— ¡Lleven a Zhan lejos de aquí! — fue lo primero que gritó el alfa empujando a Zhan hacía los brazos de Yang y Ying.

La gente corría y todo era un caos, Yibo se cubrió en uno de los puestos sacando su arma y tratando de averiguar de donde provenían los disparos.

Hao Xuan y WangJi le siguieron e hicieron lo mismo, el lugar estaba siendo atacado, una ráfaga de balas en todas direcciones. Las autoridades trataban de guiar a los ciudadanos en orden y protegerlos a la vez. Yibo llamó a Hai Kuan y sus hombres, sabía que eso no era solo una casualidad.

Zhan se encontraba siendo arrastrado por Wei Ying, quien corría mientras le tomaba del brazo, Ji Yang le ordenaba correr sin mirar atrás, no podían detenerse, Chao iba a su lado junto a Nayeon quienes cubrían sus cabezas con sus brazos detrás de éstas.

Zhan veía a todas las personas correr sin parar, todas queriendo salir y salvarse, algunas caían al suelo cerca de ellos, recreando así el día de la muerte de sus padres. Sin poder evitarlo sus ojos se cubrieron de lágrimas, Ying creía que le lastimaba al correr así, pero no le importaba, prefería la vida de Zhan a una torcedura.

Con su brazo libre comenzó a quitar las espesas lágrimas y así poder ver por donde corrían. De pronto un llanto lo hizo ver a su costado, arrepintiéndose de inmediato, vio como un pequeño yacía cubierto de sangre y llorando a un cuerpo sin vida, la gente le ignoraba y llegaban a lastimarle al pasar cerca.

— ¡No, Ying, espera! — gritó Zhan la horrible imagen de él abrazado a su madre. Su pecho de oprimió y su omega se removió.

Comenzó a forcejear para librarse del agarre, lográndolo y comenzando a correr hacía el cuerpo del pequeño cachorro.

— ¡Zhan! — gritó Ying, Yang trató de detenerlo, pero no lo logró, perdiendo de vista al menor y siendo empujados por la gente que no querían detenerse.

Zhan abrazó el cuerpo del pequeño quien protestaba llorando y gritando desgarrando su garganta. El omega trató de envolver al cachorro en una ola de feromonas que pudiesen tranquilizarlo sin importar el caos que había. El niño cedió abrazando fuertemente a Zhan mientras ambos lloraban.

Chao maldijo, ordenó a Yang y Ying no detenerse y seguir corriendo sin importar qué, él iría por el omega. Mientras corría, el roce de una bala cortó superficialmente su brazo causándole un dolor punzante, deteniéndose un poco y colocando su mano en la herida presionándola.

— ¡Chao! — gritó Hao Xuan al verlo correr en dirección contraria.

— ¡Zhan!, ¿¡Dónde está Zhan?! — le dijo sacudiendo el cuerpo del alfa.

— ¡Zhan! — se escuchó el gritó de Yibo, llamando la atención de los dos.

Chao giró su rostro hacía la dirección donde el alfa corría, estaba algo lejos, como él se encontraba más cerca del omega y no había tiempo que perder, corrió en su dirección y le ayudó a levantar, su tobillo seguía en tratamiento después de todo.

— ¡Corre! — gritaba Zhan al pequeño niño que corría sin parar sosteniendo la mano del omega.

Todos corrían, los hombres de Yibo llegaron y en la salida Hai Kuan esperaba con el auto encendido. Zhan subió al niño en los asientos traseros, Ying y Yang le ayudaron, después subió él y Chao. Yibo cerró la puerta del auto y ordenó a Hai Kuan arrancar rápidamente al hospital para les revisaran.

El pequeño niño se abrazaba a Zhan como si su vida dependiera de ello y lloraban en silencio camino al hospital.

Por otra parte, Yibo y Hao Xuan socorrieron a WangJi, quien se encontraba comandando a los hombres, éstos disparaban a los puntos ciegos donde podrían encontrarse los atacantes.

Fue así durante algunos instantes más, la lluvia de balas fue acabando poco a poco, dejando ver cientos de cuerpos mutilados y sin vida. Una vez todo terminó Hao Xuan ordenó que ayudaran a los heridos, Yibo no se detuvo a ver a sus hombres, se dirigió rápidamente a uno de los autos para dirigirse al hospital donde Hai Kuan dijo que llevaría a su omega.

WangJi y Hao Xuan se encargarían, él no podía entretenerse, se pasó las luces rojas y casi tenía un accidente, pero no lo detuvo.

Una vez llegó, Yibo bajó dejando su auto mal estacionado. Se trató de relajar un poco, Hai Kuan le había asegurado que Zhan se encontraba bien, solo su tobillo le molestaba un poco, sin embargo quien resultó herido había sido Chao.

No necesitó que le diesen la información de donde se encontraban, su olfato lo guió a un pequeño consultorio con algunas camillas y algunos cuerpos tendidos sobre éstas.

Chao se encontraba siendo atendido por un doctor, parecía ser mayor de los 55 y Chao hacía muecas de dolor cuando el doctor le tocaba el brazo.

— ¿Dónde está Zhan? — le preguntó al beta.

— Salieron por esa puerta — dijo señalando una pequeña puerta de servicio que daba al estacionamiento — no dejaban de preocuparse, así que el doctor les pidió salir un momento para dejar descansar a los demás pacientes — explicó y Yibo asintió caminando hacía la pequeña puerta.

— ¡Todo es culpa tuya! — gritó furiosa Nayeon.

— ¡Callate! — le ordenó Ying.

— ¡Nunca habría pasado eso si él no hubiera ido! — dijo señalando a Zhan quien estaba en una silla con su cabeza baja y mirando fijamente al suelo — ¡Nadie habría resultado muerto o herido!, ¡Chao ahora podría perder el brazo!.

— ¡No te atrevas a hablar así! — le dijo Yang golpeándola en el rostro haciendo que la beta enloqueciera de una vez por todas.

— ¡Él sabe que es culpable!, ¡no es casualidad que siempre trae problemas!, ¡¡No me sorprende que todos le quieran lejos!! — gritó y alzó la voz al final, Zhan no lo soportó más.

Era cierto, sus padres habían muerto por culpa suya, si no hubiera querido salir ese día al parque no hubiera pasado, y ahora Chao había resultado herido. Solo ocasionaba problemas.

— L-lo s-si-siento...— murmuró terminando por romperse a llorar e hipar, Yang rápidamente le abrazó. Ying estaba listo para golpear a Nayeon.

— ¿¡Acaso me vas a golpear?!, ¡Adelante!, ¡¡Eso no le borrará lo asesino!!.

¡QUÉ TE CALLES! — ordenó tan pronto abrió la puerta, con su voz de mando, todos se sobre saltaron, incluso el doctor dejo de hacer su trabajo mirando hacía la dirección del alfa.

Todo se envolvió en un rotundo silencio, los ojos de Yibo delataban lo furioso que se encontraba, ni siquiera Zhan pudo decir algo.

— ¿¡Es que eres estúpida o qué?!, ¡Nadie sabe lo que puede llegar a pasar en sitios como esos!, ¿¡o es que acaso tú lo sabes?! — gruñó encaminándose hacia Nayeon y teniéndola de frente. La beta agachó la mirada y parecía hacerse pequeña con cada palabra del alfa.

Oh, definitivamente no se iba a poder librar está vez.

El omega del alfa❤ 🐺Kde žijí příběhy. Začni objevovat