Capítulo 36

676 124 4
                                    

Pov. Zhan.

Todo estaba oscuro, el humo se esparcía cada vez más por mis pulmones, creí que no resistiría por mucho, Mark se encontraba tosiendo y buscando una manera de salir.

Por alguna razón, habíamos escuchado un estruendo y el grito de WangJi, todo había pasado demasiado rápido para darnos cuenta.

— ¡Demonios! — gritó frustrado mientras volvía a golpear la puerta.

Estaba acostado en el piso, Mark me había ordenado tirarme al suelo y no levantar mi cabeza por nada del mundo, yo le hice caso, pero no contábamos con que parte de la planta de arriba se derrumbará frente a la puerta del salón y evitará que pudiéramos salir.

El tiempo pasaba muy lento, pero la situación empeoraba rápidamente, escuchamos otras tres explosiones y los gritos de varias personas, tenía miedo, miedo de salir y ver los cuerpos de mis amigos en el suelo, sin embargo también tenía miedo de quedar atrapados, miré a Mark, el seguía golpeando con fuerza, sus brazos y manos ya se encontraban lastimadas, pensé por un segundo que también pensaba lo mismo que yo, no queríamos morir así.

El humo cada vez se adentraba más y más en la habitación, y estaba seguro que el oxígeno no duraría mucho tiempo. Quería llorar, quería gritar por ayuda, ver como el cuerpo de Mark perdía fuerza me hacía sentir impotente.

— M-Mark, no sigas, es inútil — le murmuré al ver como volvía a toser.

— N-no...Te-tenemos que salir...S-salir de aquí — dijo volviéndose a parar, pero fallando miserablemente. Me acerqué rápidamente a él para ayudarlo, Mark negó rápidamente — T-te dije que al suelo — dijo en tono de reproche y respirando con mucha dificultad.

Negué con lágrimas en los ojos y le abracé, no podía dejar que Mark muriera, no con un lindo cachorrito esperando conocer el mundo. Tenía que hacer algo...

Me levanté y comencé a golpear y a gritar con todas mis fuerzas, yo escuchaba como el sonido de la sirena de los bomberos se escuchaba a lo lejos. No me rendí. Aún después de haber gritado y haber desgastado mi garganta sentía como me ahogaba cada vez más, Mark me pidió parar, pero no lo haría, no podía dejar que muriera, en ese momento yo no era tan importante, no importaba que sucedía conmigo. Si algo llegaba a ocurrir, todo lo que quería era solo que Yibo me logrará perdonar por no haber resistido demasiado.

Lágrimas comenzaron a brotar más y más de mis ojos, también sentía como la habitación comenzaba a calentarse y mi cuerpo comenzaba a transpirar. Agotado, acalorado y sudado, me deje caer.

Mark se recostó a mi lado y tomó mi mano, con la otra acariciaba suavemente su abdomen, me dedicó un sonrisa y cerró los ojos por unos segundos.

— Me arrepiento de no haberle dicho a Jackson que esperábamos un hijo — dijo en un murmullo rasposo y suspiró para reír un poco — Me hubiera gustado ver la alegría en sus ojos, ¿Sabes?, Supongo que ya no importa...

— Yo me arrepiento de haber engañado a Yibo y jamás contarle sobre Ziyi, si tan solo hubiera tenido el valor de contárselo...— suspiré — Somos unos pésimos omegas — Mark rió y asintió.

A los pocos minutos sentí como estábamos en otro lugar, y al abrir los ojos me sorprendió ver qué nos encontrábamos en la sala de las celdas, en el sótano.

Removí un poco a Mark, quien despertó y me miró tan o más confundido que yo. Aún había humo en la sala, pero por lo menos ya no en gran cantidad, por lo que se podía respirar con un poco más de calma aquí.

- Vaya, vaya...Miren qué lindos omegas me he encontrado, ¿Quién hubiera dicho que era mi día de suerte? — dijo una voz a nuestro costado. Ambos nos sobre saltamos y nos movimos tan lejos como pudimos del dueño de esa voz.

— Ayanga...Debí haberlo pensado— gruñó Mark y me colocó detrás de él como una madre a su cachorro.

Ayanga tenía consigo una máscara de gas puesta y ropa inflamable, sus ojos parecían divertirse con nuestros estados.

— Tranquilo, solo he venido ha charlar, sin embargo tengo que admitir que tú casa es enorme... Estoy seguro que tus clientes son de la mejor calidad en cuanto a fama o dinero — dijo con falsa sorpresa, yo gruñí sin poder evitarlo, en verdad odiaba a este tipo — Como sea, yo había venido visitarte, quería saber si por fin habían recapacitado sobre mi oferta, pero me llevé la sorpresa de que Mark también había decidido visitrte, ¿No es grandioso?. Nosotros aún nos encontrábamos débiles por el humo y yo ya no podía seguir mucho el ritmo de su conversación. — Lameto haber hecho esto — dijo señalando todo con ambas manos — De no haberlo hecho no hubiera disfrutado tanto de esto, miren nada más...Sus rostros desesperados, y suplicantes por ayuda, algo que guardaré en mi memoria por siempre — dijo con total alegría.

— ¡Eres un lunático!, ¿¡Tanto por simplemente no haber conseguido un ligue?, Es en serio?! — gruñó furioso Mark y Ayanga solo sonrió con fascinación.

— Creeme cariño, el ligue aún sigue en pie — dijo para después comenzar a acercarse lentamente.

— ¿Qué?, ¡No!, ¡Aléjate de él! — le grité ahora levantandome y posicionandome frente a Mark para cubrirlo.

— Tranquilo pastelito, tú serás el postre — su voz me mandó una señal tan indescriptible que hizo a mi lobo temblar y querer alejarse todo lo que pudiera, el se rió de mi reacción — Asi es, tengan miedo, porque seré yo quien sea parte de sus peores pesadillas.

Cerré los ojos y antes de poder hacernos algo, el disparó de algún arma se hizo resonar por toda la sala. El grito desgarrador que Ayanga dió nos hizo abrir los ojos. El cuerpo del beta se encontraba siendo mutilado por dos enormes alfas que se encargaban de hacerlo sufrir antes de matarlo por completo. Varios hombres entraron poco tiempo después y agarraron a los dos alfas para alejarlos del cuerpo sin vida del beta.

La imagen se reprodujo como un disco rayado en cuestión de segundos. Yibo y Jackson tenían sus ojos de distinto color, sus colmillos habían descendido y sus manos poseían podersosas garras. El alfa había domidado por completo sus sentidos. Actuaban de manera agresiva, gruñian a los hombres que los tenían atrapados.

Y apesar de todo ese caos y esa horrible imagen, todo lo que había en mi cabeza era...

"Yibo vino a salvarme..."

El omega del alfa❤ 🐺Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt