Parte 11

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Cañaveral pertenecía a una gigantesca finca, la cual tenía dos haciendas; la otra se llamaba ''la mayoría'', ubicada en lo alto de la montaña. En esta vivía el dueño de la finca; su nombre era Henrique Lopera, quien administraba la mitad de la finca mientras que, en Cañaveral, se hospedaba Benjamín García, un hombre alto, más delgado de lo norma, lampiño, moreno de ojos negros, cara chupado. Era él, quien se encargaba de la otra mitad de la tierra.

Benjamín debía mudarse a Ituango. Le conto al señor Henrique, el motivo de la mudanza

—Está bien, compadre, pero le voy a pedir que se quede unos días más, mientras que yo voy al pueblo y busco alguien que esté dispuesto a seguir trabajando en cañaveral

—Listo patrón, yo me quedo una semana—contestaba Benjamín.

El viernes en la mañana, Don Henrique; un hombre de 1,65 de estatura, moreno, de barbilla, 30 años, de cara redonda, cabello corto con inicios de calvicie y corpulento. Salió en su caballo trocha arriba, hasta llegar a la carretera y emprender el trote para buscar al siguiente mayordomo de Cañaveral. Al llegar al pueblo, se instaló en una cantina de un viejo amigo ubicada en una esquina. Bajo del caballo y lo ató al poste e ingreso a la licorera

—Juancho, compadre —grito Henrique mientras se acercaba a la barra

—Compadre que milagro verlo por aquí —contestaba un hombre de misma estatura, blanco, de ojos cafés, de boso, y un tanto barrigón

—Ah no es para tanto compadre —mientras se quitaba el sombrero y tomaba asiento en la barra

—¿Lo mismo de siempre? — preguntaba Don Juancho

—Si compadre

—¿Y cómo va la fincan?, por ahí escuche que está bajando mucho el precio del café

—Ah no me diga eso compadre

—Si compadrito

—Eso está muy delicado, ¿Cómo vamos a pagar los trabajadores?

—Si compadre, así, le va a tocar a cada uno cultivar el café por su propia cuenta, y traerlo hasta al pueblo, para poder ahorrar plata, y tener algo para comer

—Lo veo difícil. Imagínese que Don Benjamín me renuncio

—¿El que contrataste para Cañaveral?

—Si compadre

—¿Y eso porque compadre?

—Se va a venir de allá a vivir aquí en el pueblo. Si, ya estoy buscando quien se encargue de la finca. Compadre ¿conoce alguien que esté interesado?

—Pues compadre, no sé. Allá en esa mesa donde están los tres hombres, los tres son jornaleros, pregunte, de pronto uno de ellos este interesado

—Pues vamos compadre a ver si alguno se anima

Henrique tomó su sombrero, se dio un trago, y camino hasta la mesa que se encontraba en un extremo de la taberna, allí tres hombres, no superaban los treinta y cinco años, estaban bebiendo mientras jugaban a las cartas, todos llevan vestidos de domingo; jeans, camisas blancas de botones manga larga, bien afeitados y peinados

—Muy buenos días, ¿ cómo están? —saludaba Henrique con el sombrero en la mano

—Buenos días —contestaban en conjunto

—Mucho gusto mi nombre es Henrique, soy el dueño de la finca la Mayoría, y estoy por aquí, en el pueblo buscando a alguien, que quiera trabajar en una de las granjas

—Mucho gusto Don Henrique, pues nosotros ya tenemos trabajo, no nos falta nada, si de pronta no lo necesita de mucho afán, de pronto para más adelante yo le ayudo Don Señor —decía uno de ellos

—Ah eso está muy bien, pero la verdad, es que si tengo afán

—Así lo veo complicado. Y dígame, Don señor, ¿Usted cuando vuelve?

—Si es necesario, estaré viniendo por aquí... todos los días —Contestaba Don Henrique pensativo

—Bueno, Don Señor, que le parece si, nos encontramos el domingo en este lugar, después de medio día

—Ah listo, Don...

—Mucho gusto, Hernán Lopera —Decía mientras estrechaba su mano

—Bueno hasta luego —hablaba Henrique mientras regresaba a la barra y se daba un trago de su bebida.

—Y bueno compadre, ¿ qué te dijeron? —preguntaba Juancho

—Pues compadre, hable con ellos y, quedamos de vernos el domingo para conversar, vamos a ver qué pasa

—Yo le dije compadre, yo que los conozco, son un grupo de amigos, y todos son jornaleros

—Bueno compadre, que no se diga más yo voy a retomar mi camino —se tomó el último trago, se acomodó el sombrero, pago la cuento despidiéndose de su compadre y de los hombres de la mesa

— Nos volveremos a ver compadre —respondía Don Juancho desde la barra.

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⏰ Last updated: Dec 26, 2023 ⏰

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