Capítulo 1.

895 80 32
                                    


Cambios.

Sabina.

4 años atrás.

Sicilia, Italia.

La lluvia es más fuerte a cada segundo y las lágrimas de mi rostro se mezclan con las fuertes gotas. El nombre de mi hijo tallado en una lápida es algo que jamás pude siquiera imaginar, y el hecho de que esto suceda solo logra exterminar cada parte humana de mi cuerpo.

—Sabina, debemos irnos. —Dice mi esposo, dando un apretón en mi hombro.

—¿No puedes tener un poco de dolencia, Max? Es nuestro hijo quien está enterrado aquí. —Mi voz apenas sale y al girarme a verlo solo encuentro un océano de dolor en sus ojos.

—¿Crees que no lo sé? —Sus manos acunan mis mejillas y da dos pasos al frente—. Yo morí junto con él, pero sin importar quién es la perra que trajo al mundo a mi nieto, aún tenemos una parte de él qué hay que proteger.

—¿Dónde está Sareth?

El mero recuerdo del pequeño rostro de mi nieto solo me hace volver a la realidad. Esta guerra solo menguó, no ha terminado y está muy lejos de hacerlo. Hace cuatro meses nació mi nieto y justo en esa fecha Ileana Gheorghe fue nombrada el bufón de la mafia.

Esta orden no fue dada por mí, fue obra de Alenka. Me dijo que ser esto era incluso peor que la muerte y lo dude un momento, pero al verlo en acción me quedó más que claro.

Cada cierto tiempo es sometida a torturas tanto físicas como psicológicas y entre las físicas entra el abuso en todas las maneras posibles. En otras circunstancias no hubiese estado de acuerdo, pero así como Max dice que murió junto a Matteo, mi humanidad y moral también lo hicieron.

—Sareth está junto a Alenka, pero lo conoces, es el bebé más odioso y selectivo. —Un raro sentimiento atraviesa sus palabras y puedo sentirlo—. Si no es con nosotros, solo llora y llora.

Una risa se escapa de mis labios. Matteo estaría fascinado con él, son igual de odiosos...

Sareth tiene ojos verdes como los suyos y una melena muy rubia como la nuestra. Sus rasgos son muy marcados y de los Gheorghe no tiene nada, no tiene el más mínimo rasgo de Ileana o de Razban. Parece como si Matteo hubiese reencarnado en él. Es lo que más desearía, pero obvio no es así.

—Vamos. —Un nudo grande se forma en mi garganta—. Siento que no debo dejarlo ni un segundo, no quiero que sufra lo mismo que Matteo.

Y por más que me niego a aceptar que el dolor o los sentimientos aún están en mí, eso es imposible porque Sareth me tiene a sus pies con solo 4 meses y cada movimiento que hago es pensando en él y en su papá.

Y por más que me niego a aceptar que el dolor o los sentimientos aún están en mí, eso es imposible porque Sareth me tiene a sus pies con solo 4 meses y cada movimiento que hago es pensando en él y en su papá

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Aitara.

Paris, Francia.

5 años atrás.

TUYO.Where stories live. Discover now