Too Unlucky | Percy Jackson (1)

-El tunel del amor...

El Dios de la guerra les sonrió y se quitó sus gafas. Donde se encontraban sus ojos, solo había fuego, cuencas vacías brillando como pequeñas bombas nucleares.

-Así mismo, mocoso.-el Dios dirigió su mirada hacia Percy.- escuché que le rompiste la lanza a clarisse.

-Ella se lo busco.-respondió Percy en un tono frío y seco.

-Probablemente. Pero esta bien, no me meto en las peleas de mis hijos ¿sabes?-volteó a mirar a Akira- de los dos, quien mas me sorprende que exista eres tú... ¿una hija de ese viejo? Ja, eso si es intrigante.-dijo burlonamente y Akira hacía un gran esfuerzo por mantener su ira bajo control.- pero no estoy aquí por eso. Tengo una pequeña proposición para ustedes.

La mesera regresó con un montón de bandejas llenas de comida. Como hamburguesas, papas, cebollas y malteadas de chocolate. El Dios le dio unos cuantas dracmas de oro.

-Pero estas no son...-la chica miró nerviosamente las monedas, pero Ares sacó un cuchillo y empezó a limpiarse las uñas con el.

-¿Algún problema, corazón?- dijo el mirando a la chica la cual estaba casi helada y se alejó tan rápido como vino.

-No puedes hacer eso...-dijo Percy.- No puedes amenazar a la gente con un cuchillo.

-¿Bromeas?-dijo el Dios riéndose.- Amó a esta nación. Mejor lugar desde Esparta. ¿Acaso no llevas un arma contigo, mocoso? Pues deberías, hay un mundo peligroso allí afuera.

-¿Que es lo que quiere de nosotros?-dijo Akira irritada y queriendo acabar con esta conversación lo antes posible. Grover y Annabeth la voltearon a ver como si hubiera cometido un pecado.

-A eso voy preciosa.-dijo ares.- necesito que me hagan un favor.

-¿Que clase de favor podría hacer yo a un Dios?-dijo Percy.

-Algo para lo que un dios no tiene tiempo. No es nada en verdad. Deje mi escudo abandonado en el parque acuático, aquí en el pueblo. Estaba en una pequeña... cita con mi novia. Pero fuimos interrumpidos. y deje mi escudo atrás. Me gustaría que me lo trajeran de vuelta.

-¿Porqué no lo haces tú mismo?-pregunto Percy.

-¿Porqué no te convierto en un perro de la pradera y corro sobre tú con mi Harley?-contestó el dios. El fuego en sus ojos brillaba con más fuerza.- Porque no se me antoja. Un Dios te está dando la oportunidad de probarte a ti mismo, Percy Jackson. ¿Te probaras como un cobarde?-se acercó a Percy.-¿o quizás solo peleas donde allá un río a donde bucear, para que tu padre te proteja?- Akira apretó con fuerza los puños y los dientes controlando su ira. Sabía que el la causaba y no le daría la satisfacción de que el tuviera el control. ¿El era un Dios? ¿Y eso que? se comportaba como una basura justo ahora.

-No estamos interesados.-respondió Percy.-Ya tenemos una misión.

-Se todo sobre tu misión, mocoso. Cuando ese artefacto recién fue robado. Zeus mandó a los mejores a buscarlo, dígase Apolo, Atenea, Artemisa y yo, naturalmente. Si yo no pude olfatear un arma tan poderosa...-se lamió los labios, era como si cualquier pensamiento del rayo le hiciera enfadar.-Bueno, si yo no pude encontrarlo, tú no tienes esperanza. Sin embargo, estoy tratando de darte el beneficio de la duda. Tu padre y yo vamos de camino de regreso. Después de todo, yo fui el que le comentó mis sospechas sobre el viejo de los esqueletos.-Aprete los labios con más rabia, el ambiente era pesado y helado. Algunas luces del local tintinaron.