Capítulo 10

112 9 1
                                    

Nasya

—¡A ti te quería ver!

Me detengo en medio pasillo al oír el grito cerca de mí. Giro en mi lugar y veo como Galia y Jules quitan a todos de su camino para llegar hasta a mí, cosa que yo también hago recibiendo empujones por parte de mis compañeros que ya van a receso.

Sabía que este momento pasaría, les prometí contarles quién era Dimitrio y debía cumplir.

—Tenemos que hablar— dijeron las dos al mismo tiempo cuando estuvieron frente a mí.

Di un largo suspiro y asentí.

—Vamos afuera.

Caminamos juntas hacia el exterior y nos alejamos de los demás para poder hablar con libertad. No me gustaría que alguien más nos escuchara, además no quería que Marina nos encontrara en estos momentos.

Llegamos bajo un árbol y nos sentamos en el césped en círculo para poder hablar. Guardé silencio por un par de minutos, no sabía cómo iniciar y tampoco cómo decirles.

—¿Quién era ese guapote?— preguntó Galia con picardía.

—Se llama Dimitrio Ferrara.

—Dimitrio Ferrara— repitió Jules.—Qué nombre tan varonil.

—¿Le estás poniendo los cuernos a Artem?— preguntó Galia y me ahogo con mi propia saliva.

Toso con fuerza al sentir incomodidad en mi garganta mientras que Galia busca mi botella de agua en mi mochila y Jules me da suaves palmadas en la espalda.

En el momento en que miré como las dos me observaban mientras bailaba con Dimitrio supe de inmediato lo que cruzaría por sus mentes y es exactamente esto: yo siéndole infiel a mi novio. Y aunque trato de negarmelo a mí misma sé que estoy haciendo mal.

Bebo despacio el agua y me preparo para hablar cuando dejo de toser.

—No— contesto con sus ojos curiosos sobre mí.—Dimitrio es... amigo de mi padre y hermano. Nada más.

—Pues para ser solamente amigo de tu familia se miraban muy cercanos— Jules subió y bajó sus cejas con insinuación y mis mejillas se encendieron.

—Te entiendo, Nasya— habló Galia.—Sí yo fuera tú, también engañaría a mi novio con ese bombón— las dos rieron divertidas y yo reí incomoda.

—No le soy infiel a Artem— dije por último, tratando de convencerme más a mí.

Sabía que entre Dimitrio y yo no había pasado nada que se pueda considerar una infidelidad para Artem, pero en sí si lo estaba engañando porque no me atrevía a contarle lo que pasaba en mi casa y lo que estaba obligada a hacer para ayudar a mi familia.

—Ay no te preocupes— dijo Galia, quitándole importancia.—Nosotras no somos nadie para juzgarte.

—Además, Artem no es tu novio en ojos de los demás por cobarde— recordó Jules.—Así prácticamente no estás haciendo nada malo.

—Sé que nadie sabe— hablé.—Pero en mí y en él existe ese compromiso, además yo lo amo y él a mí.

—Bueno, de todas formas no te preocupes que nosotras no diremos nada— Jules cubre su boca y sonrío.

—Somos dos tumbas— le siguió Galia.

—¿Abiertas o cerradas?— dije entre risas.

—¡Cerradas!— rieron las dos.

—¿Por qué tan escondidas?

Guardamos silencio cuando Artem se apareció. Sus ojos miel me miraron con alegría y yo sonreí en respuesta guardandome lo que sentía en el pecho al recordar a Dimitrio y tenerlo a él de frente.

Cadenas de Mentiras Where stories live. Discover now