Nueva etapa

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Limpiamos todo el lugar, fue hasta casi el atardecer que mamá y Rick regresaron con los demás y nos contaron del nuevo trato que teníamos con la gente del basurero.

Mamá y Rick habían dicho que saldrían a explorar, en busca de armas durante dos días, eso nos dejaba en parte; a cargo, teníamos que cuidar de Lisa y Judy, me daba paz que nos quedáramos Carl y yo.

—Tengan cuidado por favor, las niñas estarán bien—les prometí a mi madre y padrastro.

—Volveremos en dos días, de preferencia no salgan solo si es necesario—nos dijo Rick.

Nos despedimos de ellos y cuando se fueron Carl y yo dimos un paseo con las niñas, Judy iba en los brazos de Carl, y Lisa tomaba mi mano.

—Mira mami, esa casa es muy bonita—señaló una de las casas que solían estar vacías, nunca le había prestado atención, pero ahora que la veía se veía linda.

Una idea cruzó por mi cabeza, fuimos a dejar a Lisa a sus lecciones y Judy durmió su siesta, estaba en el sofá mirando el techo cuando Carl se sentó a mi lado.

—¿Y si nos mudamos a esa casa?—le pregunté mirándolo.

—¿Tú quieres hacerlo?—me preguntó poniendo una mano en mi pierna.

—Me encantaría hacerlo, quiero decir. Seria increíble tener nuestra independencia e intimidad—le dije y este asintió.

—Hagámoslo entonces—se puso de pie y me tendió su mano.

—¿Ahora?—le pregunté sorprendida.

—Solo es llevar nuestra ropa y la de Lisa, nos tomará unas cuantas horas, pero lo lograremos—me sonrió y me levanté.

Nos pusimos manos a la obra, y en unas cuantas horas como había dicho Carl, la casa ya tenía nuestra ropa y nuestras cosas, de mi mochila saqué las fotos; las fotos que nos habíamos tomado en la prisión el mismo día que la perdimos. Estaban algo maltratadas, pero las puse en mi mueble que estaba del lado que me pertenecía de la cama, había puesto mi foto con James, Carl por su lado tenía la nuestra.

Lisa estaba acostada ya, ya había anochecido y era algo tarde, pero Carl y yo queríamos acomodar todo con calma. Una vez que terminamos nos dejamos caer en la cama, comenzamos a reír de felicidad.

—Finalmente nuestra casa—habló y lo mire—Me hace muy feliz empezara nueva etapa contigo mi amor—me sonrió.

—Te amo—dije cerca de su cara y este acortó la distancia y unió nuestros labios.

El beso estaba lleno de emociones, era un beso diferente, lo sentía diferente, a los segundos, la cosa coya calentarse. Carl estaba encima de mí, besando mis labios, mi cuello mientras yo sentía sus manos recorrer mi cuerpo.

Le quite su sombrero y ambos nos habíamos quitado la camiseta, pero quería hacer algo diferente. Me separé de él y me senté en la cama.

—Quítate la venda—le susurre.

—¿Porque? Parezco un monstruo—me dijo negando y tome su cara entre mis manos.

—Jamás serás un monstruo, para mí siempre serás hermoso, solo quiero contemplar tu belleza, te amo tal cual como eres, te ame en el campamento, te ame en la prisión y te amo ahora, para mí jamás serás un monstruo, ni para nadie—le dije este solo sonrío mientras comenzaba a quitarse su venda.

Cuando finalmente se la quitó, acomode su cabello, sonreí al ver su cara sin la venda, me acerque a dejar un beso cerca de su cicatriz, cuando lo mire este tenía lágrimas en su ojo.

—Te amo tanto, moriría por ti mi amor—me abrazó y comencé a besar su mejilla.

—Lisa está dormida, no hay que hacer ruido—le dije callándolo por su risa.

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