Llevaba un buen rato en el bosque, había cazado algunos conejos, marmotas, pero por alguna casualidad no había intentado cazar a las ardillas que había visto. Estaba rastreando a un venado, llevaba dos kilómetros siguiéndolo, cuando finalmente lo vi, preparé mi flecha y tuve un deja vu de años atrás.Solo que esta vez, estaba sola y Daryl no estaba a mi lado observándome; solté la flecha y pude ver como otra flecha lastimaba al venado. Mi respiración quedó atascada en mi garganta una vez que reconocí la flecha, me quedé inmóvil en mi lugar. De la nada salió Daryl detrás de unos árboles, mi instinto fue apuntarle, pero cuando me percaté de lo que había hecho quise bajar mi arco, pero mi resentimiento de todos estos años salió a flote y tense aún más la cuerda de mi arco.
—Hola renacuajo—saludo en un débil susurro y me contuve para no llorar de rabia.
—¿Tienes el descaro de aparecer seis años después?—le escupí molesta.
—Me alejé por qué necesitaba tiempo para aceptar que ya no eras mi niña pequeña, que ya no eras mi renacuajo asustadizo y escurridizo del campamento de aquellos días en Atlanta—habló acercándose a pasos lentos.
—Pudiste regresar—hablé tragando el nudo de mi garganta—Traté de arreglar las cosas, pero tu orgullo pudo más que tu—escupí.
—Lo sé y me arrepiento de haber perdido todos estos seis años—confesó—Me arrepiento de no haber visto crecer a Julie y James—me dijo algo triste.
—Veo que no lo sabes, supuse que alguien te había dicho—hablé y lo vi arrugar la frente confundido—Tuve una hija más, me embaracé unas semanas antes de que Rick muriera. Mi mamá también lo estaba, pero con el paso de los meses decidió ir a buscar a Rick, y dejó a mi cargo a Alex, el hijo de Rick—le confesé y este pareció sorprenderse—Me pidió que lo criara como si fuera mi hijo, y así lo hice. Ahora Julie y James tienen siete años, Venus y Alex tienen seis—sonreí al mencionar a mis hijos—Y son unos niños increíbles, Alex se parece tanto a Rick, pero a la vez se parece tanto a James, tiene esa misma suerte para meterse en problemas tal y como mi hermano lo hacía—dije nostálgica.
—Lamento mucho que mi ego me alejara de ti y de mis nietos—declaró sorbiendo su nariz—No me cabe la duda de que eres una increíble madre y líder. Estoy orgulloso de ti renacuajo—dijo algo triste—Yo solo estaba rastreando este venado, puedes llevártelo, yo me estoy quedando cerca de aquí—hizo una sonrisa plana y comenzó a alejarse.
—Papá...—lo llamé y este se giró a mirarme—Quédate—le pedí y este se acercó a mí y una vez que estuvo a centímetros de mi, bajo su cabeza triste y vi como lágrimas silenciosas bajaban por su mejillas.
Lo abracé, sintiendo como se ponía rígido al instante pero al sentir mi cálido toque de relajo en segundos y correspondió mi abrazo.
—Perdóname Lexie, perdóname hija—sollozo en mi hombro.
—Te perdono papá—sonreí—Será mejor que vayamos a casa, tienes cuatro niños que conocer—le di un empujón en el hombro y este se alejó para tomar al venado y ponerlo en sus hombros.
Caminamos en silencio a casa, era un silencio que significaba más que mil palabras, era un silencio que nos abrazó y reparó esa fractura que se había creado en nuestro lazo de padre e hija.
Llegamos a Alexandria casi a la hora de la cena, supuse que Carl habría cocinado para los niños por lo que dejamos el venado en el almacén para que fuera destripado y congelado y caminamos a mi casa, claro que fue algo tardado pues gente que conocía a papá se acercó a saludarlo y darle la bienvenida.
—¿Viven en esta casa grande como el presidente y la primera dama?—preguntó curioso.
—En parte, pero cada pequeño tiene su propia habitación, así que necesitamos espacio—dijo tomando la perilla de la puerta y abriendo.
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Invisible String
FanfictionLexie Dixon trata de sobrevivir al mundo apocalíptico, donde le ocurrirán cosas que jamás se imaginó que podrían ocurrir. Encontrará amigos, quizás encuentre a su persona indicada. Pero sobre todo... se enfrentará a un mundo totalmente diferente al...