El delantero de los Spurs se encontraba en el campo de entrenamiento rodeado por el bullicio de sus compañeros, que entrenaban duramente sin descanso.
Sin embargo, el alfa no participaba con ellos en los ejercicios, ni siquiera hacia el intento de seguir las instrucciones del técnico y tampoco le interesaba prestarle atención a las miradas de desconcierto que los jugadores le dedicaban mientras murmuraban a sus espaldas, cuestionando su actitud.
En su lugar se hallaba totalmente ajeno recostado en el césped, perdiendo el tiempo buscando en el cielo alguna que otra forma divertida en las nubes.
"¿Por qué vine?" Se preguntaba desde que llegó.
Tal vez había sido por la presión que ejercía ser el capitán de los Spurs o quizás solo había ido por inercia, costumbre.
Si tan solo no hubiera cedido a los encantos de Davies, ahora estaría cómodamente durmiendo en su cama abrazando a esa almohada que ni siquiera era suya. Era casi imposible decirle NO al Omega, prácticamente le entraba por un oído y le salía por el otro.
Si tan solo su lobo no hubiese entrado en un estado de coma, no estaría necesitando de su ayuda.
Son heung-Min llevaba exactamente dos meses sin poder percibir las feromonas, algo completamente anormal para un Alfa dominante. Un título que no carecía de validez debido a su actual estatus, el cual aún era incierto: no se sabía si correspondía al de un simple Beta o algo peor, un recesivo.
Pero para su sorpresa esa mañana cuando despertó y se encontró con un mundo completamente diferente a lo acostumbrado, no se dejó llevar por el miedo a lo desconocido. Al contrario, le agrado la nueva sensación de libertad que su condición le otorgaba.
Ahora actuaba e interactuaba conforme a su voluntad y deseos, libre de la influencia de las feromonas.
Y todo hubiera sido perfecto si no fuera porque su salud comenzó a deteriorarse, de apoco fue perdiendo la pasión, la motivación y el hambre de gloria que le producía jugar el futbol. Lo que tanto amaba pasó a un segundo plano, perdiendo así la titularidad y la oportunidad de ser convocado, incluso como suplente.
Quizás en algún momento el delantero había sido un luchador incansable, un goleador impecable, pero actualmente en ese campo de juego solo era un espectador más.
Y así mientras los demás corrían y se esforzaban por mejor sus habilidades profesionales, el permanecía inmóvil cuestionándose una y otra vez del porque había ido a entrenar.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
De repente, se puso de pie con prisa al escuchar esa voz tan característica a lo lejos, reconocía esa tonada y la lentitud con la que el hablante arrastraba las palabras.
Heung-min ignorando milagrosamente el mareo que le provoco levantarse de golpe, se centró en la emoción del momento. La vuelta de su hermano del alma era lo único que importaba ahora y confiaba en que el malestar desaparecería antes de alcanzar su anhelado encuentro.
