Aclaración: estos sucesos ocurren antes de la copa America, asi que no se ilusionen con que Cuti y Sonny están amigados. Esta aclaración son para las que siguen la historia, para las que vienen a leerlo en modo one-shot,lo pueden hacer igual.
—Estuve esperando tu mensaje — dijo el argentino, aprovechando el saludo para hacerle un reclamo.
— ¡Feliz cumpleaños! — exclamó con entusiasmo.
—No quiero hablar con vos
—No te enojes, tú me has hecho lo mismo.
A pesar de la molestia que sentía uno hacia el otro, no fue impedimento para abrazarse como de costumbre antes de ingresar a la cancha para jugar.
El cumpleaños de Cristian había sido el día anterior, una jornada que transcurrió rodeado de sus colegas argentinos residentes en Londres. No obstante, en medio de la celebración, no podía evitar revisar Instagram, en especial el perfil de Sonny. Con cada notificación, desbloqueaba su teléfono lleno de esperanza, confiando en que el coreano finalmente se habría dignado a felicitarlo por su cumpleaños.
Sin embargo, ese mensaje, esa historia, nunca llegó.
Y ahora que estaban a minutos de salir a jugar contra el Manchester United, seguía sin saludarlo. Es por lo que prefirió ser directo y reprocharle su falta de empatía.
— Lo estas haciendo a modo de venganza — deshaciendo el abrazó, lo miro ofendido— se te olvida que estuve pegado a vos todo el día cumpliendo tus caprichos.
– Lo siento —lo sujetó del brazo para evitar que se alejara, consciente de que si lo hacía, después lo ignoraría durante el partido—. Pide un regalo, lo que quieras.
— ¿Lo que yo quiera? — repitió, una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro y el coreano comenzó a arrepentirse — ¿Seguro?
— Cuti — le advirtió nervioso —.
Romero se tomó unos segundos para reflexionar sobre su deseo de cumpleaños. Tenía tantas cosas que pedirle, ¿por dónde empezar? Pero, dadas las circunstancias, el lugar donde estaban y la cámara que seguía enfocándolos, no podía expresarse a la ligera.
— Dedícame un gol, festéjalo conmigo.
— ¿Qué?
—Si no querés... — bajó la cabeza, proyectando una imagen desoladora— lo entiendo.
Heung-Min de pronto se sintió observado, miró a su alrededor y se dio cuenta de que no solo los jugadores de su equipó lo miraban, sino también los rivales. Era como si todos estuvieran expectantes ante su próximo movimiento, aunque no tenían ni idea de lo que ellos conversaban.
—Lo haré — afirmó al fin —si tengo la oportunidad de marcar un gol, te lo dedicaré.
—Perfecto — Cristian pasó de la tristeza a la alegría en cuestión de segundos, demostrando sus dotes artísticos para el drama — sos el mejor.
Con esa presión instalada en su pecho salió a jugar el primer tiempo.
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