Capítulo 4

748 53 0
                                    

Una tarde en casa de los Gilbert, aprovechando que estaba toda la familia reunida, Elena y Jeremy les contaron a sus tíos las novedades que habían ocurrido los últimos días.

-Lo siente, chicos –les dijo su tía disgustada por no poder ayudar-. Pero vuestro padre siempre fue muy reservado sobre los asuntos del Consejo, no sé qué papel juegan los Salvatore.

-Pero algo sí es seguro –intervino Alaric con voz de padre-, que Damon es peligroso y no debéis acercaros a él.

-No recuerda nada –dijo el menor de los Gilbert-, y me propuso ser algo así como su aprendiz. Si acepto su oferta, podré conseguir más información.

-De eso nada –negó en rotundo Jenna-. Ya has oído a Ric, aléjate de ese chico. Bastantes problemas tenemos ya como para añadir otro ser sobrenatural más al asunto.

Elena prefirió mantenerse al margen de esa discusión, pues ella ya había tomado su propia decisión sobre el asunto. Por alguna razón, Damon estaba muy interesando en saber de ella e iba a utilizar eso como excusa para acercarse a él y tenerle vigilado.

0000

La mañana del sábado, Elena salió temprano de casa para ir al cementerio a ver la tumba de sus padres y, de nuevo, volvió a tener la sensación de estar siendo observada. Todo comenzó días atrás, coincidiendo con el día del funeral de Zach, pero no quiso darle importancia al asunto. Ahora era algo que rondaba en su cabeza en todo momento.

El ruido de unas hojas caídas al ser pisadas cerca de ella, llamó la atención de la vampira, quien se movió a velocidad vampírica hacia esa dirección.

-Maldito otoño... -protestó el chico porque no paraba de hacer ruido al pisar las hojas secas que cubrían todo el lugar.

-¿Qué haces aquí, Damon? –le preguntó ella a la defensiva.

-Creo que la pregunta se responde por sí sola, ¿no? –le dijo él poniendo la voz más inocente que pudo-. He venido de visita.

-Ah, claro –murmuró la vampira sintiéndose mal por creer que la estaba siguiendo-. Perdona, no quise...

-No pasa nada, supongo que uno no espera encontrarse con vivos cuando viene a un cementerio.

Elena se quedó en silencio, sintiéndose muy nerviosa por su presencia y tratando de parecer lo más humana posible. Damon, que había delatado su presencia a propósito, sonrió divertido al verla así.

-¿Sabes? –continuó hablando él en tono amigable-. Este lugar es muy escalofriante, ¿qué te parece si vamos a la cripta de mi familia? Tiene un jardín exterior bastante bonito comparado con esto. Allí podremos hablar.

-¿Hablar sobre qué?

-No lo sé, supuse que te sentaría bien hablar con alguien en este momento. Yo siempre me deprimo mucho después de las visitas.

-La verdad es que hablar estaría bien –accedió ella dedicándole una agradecida sonrisa.

Ambos, con la idea de derrumbar los muros del otro y sonsacarle información, fueron hacia la cripta de los Salvatore, donde se sentaron en una especie de banco del exterior.

-¿Así que has vuelto a Mystic Falls para quedarte? –fue Elena la primera en romper el hilo.

-Al menos de momento, sí.

-Debes de estar harto de que te pregunten esto, pero ¿por qué te fuiste?

-Tenía asuntos importantes que atender –respondió él esquivo, mostrando tristeza en sus ojos.

-Stefan se quedó destrozado.

-Lo sé, pero era lo mejor para Stefan.

-Bueno, espero que hayáis hecho las paces –dijo la chica sabiendo que esa no era así.

-Las cosas no son tan sencillas, pero está bien. No espero que él me perdone por algo que ni yo mismo me perdonaría.

-¿No crees que estás siendo muy duro contigo mismo? –le preguntó Elena,

ahora no actuando sino interesándose de verdad por el humano.

-Tal vez solo sea un mecanismo de defensa. Si no me permito tener nada bueno a lo que aferrarme, no hay nada que me puedan quitar.

-¿Quién iba a querer quitarte algo bueno?

-El mundo es demasiado oscuro hoy en día –dijo Damon con voz misteriosa-. Nunca se sabe cómo van a hacerte daño ni quién.

El humano, viendo que abriéndose a ella de esa forma empezaba a ganarse su confianza, decidió dejar ahí la conversación antes de que soltase algún comentario inapropiado y tirase por la borda este pequeño avance con la chica.

-Ha estado bien hablar, Elena –le sonrió él, poniéndose en pie para irse-. Habría que repetir esto más a menudo.

-Cuando quieras.

Donde se ocultan los demonios (Fanfic TVD - Delena)Where stories live. Discover now