Donde se ocultan los demonios (Fanfic TVD - Delena)

Capítulo 19

Connor pidió a Damon colaboración para investigar un caso sospechoso de ataque animal a las afueras de Mystic Falls. Como el nuevo Cazador se había percatado ya, la policía de la zona llamaba de esa forma a los asesinatos producidos por vampiros, lo cual significaba que había alguno cerca.

-¿Tienes novia, Salvatore? –preguntó Connor a su compañero durante el viaje en coche.

-¿Tú sí? –le devolvió este la pregunta tratando evitar responder.

-La tenía. Un vampiro al que perseguía pensó que sería divertido convertirla.

-¿Y qué hiciste?

-Un vampiro siempre será un vampiro. Hay que matarlos a todos.

-Debió ser difícil para ti hacer eso.

-Nuestro trabajo es así. Por eso deberíamos concentrarnos en él solamente. Tener pareja solo lo complica todo.

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Elena hacía días que no veía a Damon así que, cuando este la llamó para informarle de que había regresado de su "viaje de carretera" con Connor, no dudó en ir a buscarle a su casa.

Antes incluso de acercarse a la fachada de la casa, la vampira pudo oír el sonido de unos golpes. Damon estaba entrenando con un saco de boxeo en el jardín trasero. Si verle exhibiendo su fuerza no fuese lo suficientemente sexy ya de por sí, había un factor extra que volvió loca a Elena: su novio no llevaba camiseta, su torso estaba completamente al desnudo, luciendo su perfecta musculatura. Damon estaba irresistible, tanto que la chica no se lo pensó ni dos veces antes de actuar. Elena se movió a velocidad vampírica para subirse a su espalda por detrás y darle un travieso mordisquito en la garganta.

Damon, que ya tenía bien controlado sus instintos de Cazador y sabía que se trataba de su novia porque la había oído llegar, la sujetó de las caderas y la ayudó a moverse hasta quedar cara a cara y así poder darle ese beso que llevaba días queriéndole dar.

El beso no tardó en convertirse en algo muy intenso y ambos se dejaron llevar por la pasión del momento, acorralando Damon a la joven contra un árbol donde se besaron con necesidad.

-Te he echado mucho de menos –gimió ella en su oído cuando este comenzó a repartirle besos por la garganta-. Muchísimo...

-Yo también a ti, babe –le aseguró él sin dejar de besar su cuello mientras le acariciaba la cintura por debajo de la ropa-. Vayamos a dentro y te demostraré cuánto.

-No –gruñó Elena apretándose más a este, sintiendo la presión del bulto de sus pantalones-, hagámoslo aquí y ahora.

Damon iba a protestar, pero ella atrapó sus labios con fiereza y movió las caderas para restregarse contra él, algo que le hizo perder la cordura y acabó accediendo a su demanda con mucho gusto.

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La pareja continuó la sesión de sexo salvaje en la cama del chico. Y ahí estaban, con sus desnudos cuerpos enredados tras volver a entregarse el uno al otro de forma pasional, hasta que llamaron a la puerta.

-Quédate aquí, Elena –le pidió él, robándole un último beso antes de ponerse los vaqueros para bajar a recibir a quien fuese que estuviese llamando.

Damon abrió la puerta principal de la casa y se quedó plantado firmemente en el umbral de la misma, no queriendo que su visitante entrase.

-Connor –se limitó a decir como saludo.