Capítulo |04

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Que todo el infierno
Se regocije pues el príncipe
Pronto asumirá su lugar al
Lado del rey... 🔥

—¿Ahora me recuerdas Jinnie?—

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—¿Ahora me recuerdas Jinnie?—

Preguntó, me giré en su dirección, la habitación estaba oscura pero al momento de girame las cortinas se abrieron dejando entrar los rayos de la luna, joder ¿Como es que existe un ser tan hermoso? Seguramente todos los ángeles del cielo estaban celosos de su belleza y por eso lo mandaron a gobernar el infierno para no senrirse feos ante su presencia.

Lleve una de mis manos a su rostro y con mi dedo índice y pulgar aparte un mechón de cabello que caía cubriendo parte de su bello rostro, mis dedos se pasearon por todo su rostro hasta parar en sus labios, esos delicados labios que muero por volver a besar. Lo tome del mentón y sin poder recisterme más, lo besé, mierda que bien se siente, sentí una de sus manos pasearse por mi cuello y luego sus dedos enredarse en mi cabello, su lengua pedia permiso para explorar mi cabidad bucal y yo gustoso le di entrada y no miento cuando digo que puedo morir en sus labios e ir al infierno y quemarme en el fuego ardiente.

Y luego lo recordé, en medio de aquel beso sentí como los recuerdos bloqueados en mi mente se desbloqueaban uno a uno...

Él siempre a estado conmigo, me abrazo y consoló cuando yo tenía ocho años, mi madre me golpeó por qué Yerim le dijo que había roto su muñeca favorita, cuando había sido todo al revés, ella había tomado mi carrito y lo había roto con el martillo.

Cuando cumplí diez, quitó el dolor en mi cuerpo luego de que papá me reventara la espalda con el cinturón por que pensó que yo había roto su estúpido crucifijo cuando en realidad el cachorro que tenia Yerim lo había hecho, Felix también borro esa horroroza cicatriz que habia quedado en mi cuerpo.

Él estuvo ahí cuando me hice mi primer tatuaje.

—Se te ve hermoso Jinnie— Él sonreía y yo sonreía junto a él.

—Tú eres hermoso, Lix—

Me defendió cuando unos brabucones me golpearon en el colegio, ese día me enseñó a pelear y defenderme.

El siempre estuvo conmigo ¿Por que no lo recordaba? Mierda, ahora lo entiendo todo, por eso conectamos en el segundo que nos vimos, pensé que había sido amor a primera vista pero yo siempre estuve enamorado de él, tal vez mi mente lo había olvidado pero mi corazón lo seguía recordando, lo seguía amando.

Nos separamos del beso luego de un largo tiempo.

—¿Vas a volver a borrar mis recuerdos?— Pregunté dejando un efímero beso, por que si lo hacía quería por lo menos disfrutar de sus labios esta noche.

-
—Esta vez no lo haré, Jinnie, no quiero que me olvides y tampoco quiero que te sientas obligado a estar conmigo solo por que fuiste hecho para mí.—

Pensé que el diablo no tenía sentimientos y que tampoco era cinciderado y que tomaba a la fuerza todo lo que él quisiera pero estaba equivocado, él está aquí, en mi cama dándome a elegir entre él o el mundo y debe estar loco si piensa que no lo elegiré a él.

—Mi querido Sati, voy a ser directo contigo, quiero follarte, bueno no follarte exactamente, quiero hacerte el amor primero, por que te amo—
Volví a unir nuestros labios, besé sus ojos, besé su frente, besé su perfecta nariz, besé sus mejillas y mierda quería besar cada una de sus 84 pecas, besé cada centimetro de su rostro.

Lo sente en mi regazo y empecé a besar cada centimetro de su cuello, el cerró sus ojos disfrutando de cada uno de mis toques, mis manos se escabuian entre su holgada camisa y acariciaban su suave piel, me gire sobre la cama para recostarlo nuevamente y yo quedar arriba, con delicadeza levante su camisa y se la quité, hice un camino de besos hasta parar en su obligó, metí mi lengua en ese lugar y el soltó un fuerte gemido.

—Mi padre vendrá a reprenderme al pensar que me estoy masturbando—- Lo escuché reir
luego escuché los seguros de la puerta ponerse.

—Ahora no podrá entrar— lo vi sonreír, su rostro apenas era iluminado por la luna, pero aún así con esa luminosidad leve se podia apreciar su belleza. besé uno de sus pezones, lo succione y medio lo Mordí haciéndolo soltar otro gemido.

—Tiene las llaves— le susurre al oído y luego atrapar el lóbulo de su oreja entre mis labios.

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—En-entonces lo ma-mandare al infieno— Jadeó al sentir la presión de mi pene entre sus piernas.

Baje hasta el borde de su pantalón, besé su miembro atravez de su pantalón, él arqueo su espalda y lo vi morderse el labio inferior.

Jodidamente sexy.

Desabotone su pantalón y lo quité, sus piernas quedaron descubiertas y para mi sorpresa no llevaba bóxer.

—¿Venias preparado?— Alze mi vista y el se mordió su labio con fuerza provocando que una corriente de exitacion recorra todo mi cuerpo y termine en mi pene.

—Tengo 24 años esperando por ti, claro que vendria preparado, Jinnie— Aún no puedo creer que estoy apunto de hacerle el amor al mismísimo diablo.

Pase mi lengua por el largo de su falo y luego lo metí a mi boca, siempre quise hacer eso, succioné y envolví su pene con mi lengua y mierda esta será una noche larga, una noche en la que por fin perdería mi virginidad y no con cualquier ser humano detestable.

Perdería mi virginidad con el mismísimo satanás.

Jinlix: Cuando El Diablo Se EnamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora