Jinlix: Cuando El Diablo Se Enamora

Capítulo 11

—Vivo en el infierno de
tu belleza y en el cielo
De tu mirada...

—Narra Hyunjin—
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El infierno es espeluznante pero también tiene un toque de belleza que cualquier artista podría apreciar y estaría encantado de poder plasmar en un lienzo las bellas paredes negras con un toque de rojo fuego y neblina.

—Bienvenido al infierno, cariño— Felix me tomó de la mano y me guío hasta un extraño bosque, habían muchos árboles pero también había muchas personas que parecían estatuas.

—¿Que es este lugar?— pregunté observando a mi alrededor, al parecer las personas que ahí habían estaban plantadas en forma de árbol por qué bajo sus pies habían raíces que les impedía moverse.

—En este bosque están las personas que se aferran a algo— se detuvo y lo observé pensativo  —mejor dicho "Estás personas se aferran a su peor pecado"— me susurro y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

—Son torturadas con ese pensamiento una y otra vez, están viviendo un ciclo que nunca acabará, están plantadas en su propio pecado.

—Eso es bastante cruel ¿No crees?—
Félix soltó una carcajada que juro que me hizo saltar del susto, por dios el hombre es hermoso, todo un ángel perfecto pero cuando se lo propone es escalofriante.

—De eso se trata este lugar amor, yo no traigo a nadie a este infierno, son ellos quien eligen el camino, en la tierra se les da la oportunidad de redimirse, mi padre les da libre albedrío y ellos lo toman como un premio, toman sus decisiones sin pensar en las conciencias que estás les traerá. Muchas veces la vida te presenta momentos frustrantes y para superarlos tienes dos opciones, una es el camino fácil y la otra el camino difícil.
Casi nadie elige el camino difícil, siempre se van por lo fácil y esas decisiones terminan condenadolos y enviando a su alma al infierno, justo como Lázaro y él rico, Lázaro no tuvo nada material en vida pero si tenía temor a Dios y eso lo llevo a disfrutar del paraizo en el cielo, en cambio el rico lo tenía todo pero le faltó el temor a Dios y el amor al prójimo y eso lo condenó al infierno.

—Yo amo al prójimo— dije sabiendo que odio a prácticamente todo el mundo y su hipocresía.

—Por el amor de Dios Jinnie, ambos sabemos que eso no es verdad— Rodo los ojos mientras intentaba no reírse.

—Claro que es verdad, el hecho que odie a las personas llenas de hipocresía como mi padre y mi hermana no quiere decir que no ame el lado bueno de la humanidad.— Me defendí.

—Okay pero y si alguien te abofeteara en una mejilla ¿Que harías tú?— Seguimos caminando por aquel extraño bosque hasta llegar a un río donde prácticamente se escuchaban los lamentos de las almas que estaban en ese lugar.

—Segun la biblia debería poner la otra mejilla pero yo me encabrono rápido así que en lugar de ponerle la otra mejilla le daría un golpe en la parte donde no le da el sol.

—Jajaja— soltó una carcajada la cuál hizo que sus pequeños ojos se cerrarán y me mostrará una perfecta hilera de dientes —Tu alma ya está condena al infierno y no es precisamente por ser homosexual o por enamorarte del
diablo—  Sentí mi sangre congelarse en mis venas y estoy seguro que mi rostro palideció al escuchar esas palabras.

—¿Eso quiere decir que cuando.... Cuando... Cuando— Trague con dificultad al pensar que mi Alma vendría a parar a este lugar tan siniestro —Cuando muera  mi alma vendrá a este lugar?.

—Hola guapo— Felix no pudo responder a la pregunta que le hice  ya que un muy coqueto demonio de la lujuria apareció frente a nosotros, paso su dedo índice por mis labios  y luego por mi barbilla.

—Innie— La voz profunda del diablo resonó en el lugar mientras yo me  quedaba como estatua en mi lugar sin saber cómo reaccionar ante la coquetería del demonio.

—Sabe que no puedo evitarlo— le dice Jeongin revoloteando a mi alrededor —Su humano es tan sexy— Muerde su labio inferior y sus ojos claramente desbordan lujuria pura —y si no fuera por qué el humano es del diablo  ahorita mismo estuviera dándole duro contra piso— piensa pero no se da cuenta que ha pensado en voz alta haciéndome soltar una pequeña risa al ver la reacción de Felix.

—Controla tus pensamientos y hormonas por favor, pareces un jodido
adolescente—  Felix le dice tomándome con posesividad de la cintura, sus dedos me aprietan y estoy seguro que quedaran marcados en mi piel —Si no te alejas ahora mismo de mi ángel te enviaré al a la fosa con los perros.

Jeongin se tensa y estoy seguro que  siente un escalofrío recorrer por su cuerpo al recordar que la fosa de los perros es un lugar tenebroso que ningún demonio o persona desearía pisar ya que en dicho lugar están los perros con tres cabezas y juegan contigo como si fueras su maldito  osito de felpa o al menos eso fue lo que ví en los pocos segundos que estuve  en ese lugar con Felix.

—Ahh escuchas eso, creo que me están invocando en la tierra, nos vemos pronto majestad— hizo una reverencia y desapareció como humo frente a nosotros.

—Demonio insolente— escuché la queja de Felix y Dios amo verlo tan posesivo conmigo, su rostro derrocha ternura pero su personalidad a veces es todo lo contrario.

Mierda, estoy tan jodidamente enamorado.