|Capítulo 6: Propósitos|

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No recuerdo cómo, cuándo, ni por qué, sólo sé que ella siempre estuvo a mi lado

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No recuerdo cómo, cuándo, ni por qué, sólo sé que ella siempre estuvo a mi lado. Era como si su alma hubiera elegido acompañarme durante toda nuestra existencia. Desde mis primeros recuerdos, la sonrisa de Syoxi iluminaba mis días. Antes de que conociéramos a Horum, sólo éramos nosotros dos contra el resto del cosmos.

 Antes de que conociéramos a Horum, sólo éramos nosotros dos contra el resto del cosmos

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Corte de Rysmae en el Palacio Real, Liafer. Reino de Liafer.

En el interior de la palaciega, la riqueza de los detalles se desplegaba con la opulencia de la decoración.

Las luminarias mágicas de crisma, con una tenue irradiación azulina, destacaban la figura regia de Rheasy. Los tapices de colores vivos, tejidos con las hazañas de Liafer y su origen, adornaban las paredes y el suave aroma de las flores exóticas pululaba en el aire.

Stelus se mantenía en una posición de descanso marcial a una distancia prudente, pero sus ojos revelaban una profunda admiración por su Raanee. Aunque la etiqueta dictaba moderación, en su interior ardía el fervor de su amor incondicional hacia la dirigente, que se reflejaba en su semblante.

Apreciaba las facciones joviales de la Numine con una tenue curvatura.

En esas reuniones, luchaba por contener la intensidad de sus emociones, pero la mirada seguía cada movimiento que la monarca efectuara, devoto. No era un secreto, para los Generales, presentes que su lealtad trascendía los límites de la cortesía y la admiración; la mayoría fue testigo del amor que no pudieron experimentar a plenitud.

Los luceros obsidianas de Stelus resplandecían de manera peculiar cuando contemplaba a la Raanee, su amor se traducía en cualquier mínimo gesto hacia ella.

Si bien el Almirante sabía controlarse, resultaba imposible ocultar su sentir.

Más allá del amor que albergaba en el corazón, reconocía la sabiduría de una monarca que se destacaba por no perderse en trivialidades, centrada siempre en lo que beneficiaba al reino.

¿Cómo resultaba posible no admirar a alguien tan dedicado y sabio?

En el instante en el que Stelus dejó sus reflexiones de lado, la reunión ya había finalizado.

|La Flor de Vorxeis|Where stories live. Discover now