una buena compañía

8.3K 78 15
                                    

Mi nombre es Andrea tengo 35 años hace tiempo que mi marido no está en la casa por viajes de negocios y me siento sola en la inmensidad de mi casa. Decidí contratar una dama de compañía alguien con quién pueda platicar, ir de compras o simplemente pasar el rato. Nunca he Sido una persona de muchas amigas y las pocas que tengo siempre están ocupadas así que este es el único remedio a mi soledad.

Publique un anuncio en internet y a las pocas horas apareció una candidata, la cité en mi casa para poder conocernos y ver si nos llevamos bien.

Llegó como a las 3 de la tarde vestía un vestido color azul se veía hermosa no se cómo describirlo me daba una sensación diferente que nunca antes había sentido. La hice pasar y nos sentamos en la sala le ofrecí una copa de vino para estar más agusto como si fuéramos amigas de toda la vida. Ella me contaba que se había salido de su casa por problemas familiares y que si le daba el trabajo por qué realmente lo necesitaba. Estuvimos platicando un buen rato tuvimos una química casi instantánea así que se quedó con el puesto. Le ofrecí un cuarto para que no tuviera que vivir prácticamente en la calle.

Mi marido estaba de viaje así que le ofrecí a Camila mi nueva compañera ver una película para no aburrirnos. comenzó la peli era de terror pero era malísima nos comenzamos a reír de las escenas, después de un rato ella se fue a dormir y yo decidí indagar entre la programación hasta que llegue a mis canales favoritos los que me ayudaban a darme placer cuando lo necesitaba eran dos chicas una wera delgada con pechos realmente antojables y la otra no estaba nada mal tenía un culo enorme y cada que caminaba rebotaba por el movimiento de sus caderas. Empecé a exitarme mis bragas ya tenían fluidos así que decidí tocarme un poco.

Metía y sacaba mis dedos de mi vagina probé mis dedos llenos de mi sabor cuando escuche un ligero ruido mire a mi alrededor para ver de qué se trataba y me di cuenta que Camila estaba tocándose también, le hice una seña para que se acercará.

Se sento sobre mi regazo y comenzó a besarme suavemente sus labios sabían deliciosos poco a poco fue haciéndose camino hacia mi cuello, levanto un poco mi blusa para besar mis pechos después me la quito junto con el top deportivo que llevaba siguio bajando para después quitarme los jeans ajustados que tenía, me recostó en el sofá y dió pequeñas mordidas a mi clítoris después paso la lengua por mis labios y lamió repetidas veces quitando todo el fluidos que tenían. Se recostó ella en el sofá y yo me subí encima de su boca para que siguiera mamando mi concha yo me movía de adelante hacia atrás ella chupaba y de vez en cuando introducía su lengua en mi vagina moviendo la deliciosamente estuvimos así hasta que me corrí sobre ella.

Fue a su habitación y trajo un arnés con un miembro bastante grande me dijo que le gusta que la follen duro así que me coloque el arnés y con lo mojada que estaba ella no fue difícil penetrarla y me comenzó a montar mientras sus deliciosas tetas me rebotaban en la cara seguí embistiendo la una y otra vez. Me metí uno de sus pechos en la boca y comencé a succionar sus pezones le mame las tetas tanto como quise realmente estaba disfrutando tenerla encima de mi hasta que llegó al clímax y se corrió fuertemente se levantó de mi regazo y se introdujo el pene dentro de su boca y comenzó a simular una mamada eso me calentó demasiado. Ahora era su turno de darme placer ella también se colocó el arnés y yo me puse en posición de perrito y me follo duro yo me peñiscaba los pezones con una mano y con la otra me masturbaba ya no aguante y me corrí por segunda vez.

Me subí sobre ella y le mame un poco las tetas hasta que me quedé dormida con ese exquisito sabor.

Relatos lesbicos Where stories live. Discover now