13 | En un mundo de villanos

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Dicen que en un mundo plagado de crueldad hay que saber ser peor, sin embargo, para Amelia aquello era imposible, ella no era cruel, era una persona bondadosa que solo quería salir de un lugar al cual no pertenecía, para su mala suerte no había escapatoria de Danger. Su única opción era tener un poco de ayuda de algunos de los asesinos aunque no sabía quién podría ayudarle.

Mordió su labio inferior y respiro hondo cuando recordó a Isabella, esa mujer era un verdadero problema. No es el tipo de persona de la cual te puedes confiar, ella había llegado a Danger para causar más caos del que ya había en la ciudad.

Pensaba constantemente en lo que Isabella quería de ese lugar o más bien por quién estaba allí. Danger e Isabella tenían alguna conexión, no sabia porqué pero así lo presentía ella.

Amelia se sentó en el sillón, al hacerlo termino golpeando una pequeña mesita de la cual cayó un papel viejo el cual parecía ser algún artículo sacado de internet, en letras grandes decía: “experimentos del gobierno”. Era algo de lo que se hablaba hace años, experimentos con humanos que se supone que ocultaba el gobierno. Eran esas patéticas teorías que hacían los jóvenes, cosas horrendas que hacía el gobierno a escondidas. La rubia solo negó con la cabeza y se burló.

—Mira nada más a quien me encuentro —su voz le causó escalofrió.

—Isabella —murmuro.

—Me causa mucho curiosidad como una joven tan inocente ha sobrevivido tanto tiempo en una ciudad donde habitan asesinos.

—Es suerte.

—La suerte no existe, Amelia —su nombre lo dijo con una pizca de burla en su voz.

—¿Qué quieres? —la encaro la rubia.

—Nada —fingió desinterés.

—¿Tienes algún problema conmigo?

—¿Tú lo tienes conmigo? —le devolvió la pregunta.

—Yo no.

—Seguro —se burló.

—Yo solo quiero salir de aquí, yo no pertenezco a este lugar —dijo en un hilo de voz.

—Pobre Amelia —fingió pena — En una ciudad llena de personas crueles, dónde solo existe la muerte.

Isabella se fue acercando poco a poco a ella hasta quedar a unos escasos centímetros, acarició su cabello rubio con delicadeza como si se tratara de una muñeca, sin embargo, en un descuido la jalo del cabello y le hablo al oído.

—Déjame decirte algo —su voz era apenas un susurro —. En un mundo de villanos, los buenos jamás ganan.

—Te equivocas —la contradijo — El bien siempre triunfa.

El pecho de la rubia subía y baja con rapidez, tenía tan cerca a esa mujer malvada, temió por su vida porque sabía que ella no dudaría ni un segundo en clavarle una de sus dagas que llevaba ocultas en su ropa.

—Aquí no, querida. Solo tienes dos opciones: Dejas que te pisoteen y acaben contigo o te conviertes en la villana de la historia.

Isabella la miro con odio y repulsión, en ella solo cabía para odiar a todos, las ganas de querer acabar con cada una de las personas que se atrevieran a enfrentarla. Había prometido que nadie iba a pasar por encima de ella, y si Amelia en algún momento llegaba a ser un problema no lo pensaría dos veces y le arrancaría la cabeza.

—Creo que ya está en claro quien es la villana —murmuro.

—Bastante en claro —esbozo una sonrisa falsa.

Danger Where stories live. Discover now