Adicto a Maya

4.

DREW SMITH

Sus amigas en la parte trasera del coche van riéndose de algo que honestamente no logro comprender, mientras que ella permanece quieta en el asiento del copiloto, su espalada esta recta, sus piernas cruzadas y su mirada fija al frente, podía apostar que ya deseaba moverse, pero no lo haría.

—¿Quieres encender el aire?

—Quiero llegar a casa. —una sonrisa se me escapa cuando habla de ese modo.

—Puedo acelerar si es lo que quieres.

—No—rápido ella voltea a verme asustada al escuchar mis palabras—. Conduce normal.

—Era una broma...

—Pues no eres gracioso.

En ninguna otra circunstancia yo estaría con esta chica dentro de mi coche mas que por el mismo reto que me hice a mí, pero no podía negar que dentro del club la descubrí antes que ella a mi y que la había observado unos segundos bailando con sus amigas, ella parecía fluir feliz con la música.

Esta noche descubro que vive solo a unas calles de la cafetería en la que trabaja, su casa no es grande ni pequeña, es normal, fuera veo que hay diferentes plantas que están cuidadas a la perfección pero la madera de la casa en algunas zonas se ve desgastada.

—Seguro no es como el lugar en donde usted vive, lo siento, por traerlo a un lugar asi.

—No he dicho nada...pero Maya, soy arquitecto, me fijo en todo—sonrió.

—Yo me fijo en vibras y la de usted no me gusta.

—¿Necesitas ayuda para bajar a tus amigas?

—No, de usted no necesitare ayuda nunca, lo de hoy fue único—responde tajante—. Espero no volver a verlo nunca más.

—Maya, hicimos un acuerdo.

—Tiene razón—con una sonrisa ella se acerca a mi quedando cerca de mi rostro, sus ojos color miel fulminan los míos—. Espero no verte nunca más.