~Lidiando con lo que no puedes Combatir~

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Los dos creían que mientras se mantuvieran apegados a su plan las cosas les iban a salir bien, además según ellos el quirk en el que estaban no podía durar más de dos días. Así pues se cambiaron y fueron de compras, los dos juntos a la misma tienda departamental y decidieron comprar cosas baratas; después de eso fueron a baños públicos para cambiarse y seguidamente a almorzar. En todas las ocasiones Bakugou pagó con su tarjeta y mientras comían en un restaurante de comida tradicional que estaba cerca del manga café. 

- Jamás había venido a uno de estos lugares. - Dijo Uraraka sorbiendo los fideos de su tazón. - Eshtá muy shico. - Dijo con las mejillas llenas de comida. 

- Pppffttt así se te ven más redondas las mejillas. - 

- ¡Shey! - Se quejó con las mejillas llenas de fideos y él no aguantó. 

- ¿Shey? ¡Jajajajajaja! - 

- Deja de burlarte y además debes ponerte la sudadera o te van a reconocer. - 

- Y un carajo, hace un calor de mierda, no me voy a poner nada dentro del local. -

- Aquí hay aire, está fresco. - 

- Déjame comer tranquilo Uraraka. - 

- ¿Huh?, ¿Uraraka dónde? - Se giró un hombre de mediana edad y la chica se encogió en la silla. 

- ¿Ves? Póntela. - 

- Joder... - Suspiró Katsuki que se tapó la cabeza prontamente. Era evidente que como héroes eran sumamente populares porque todo el mundo los conocía; eso tenía muy risueño al explosivo que sólo se veía como el más grande héroe de todos los tiempos.

Dado que ya había dejado de llover, al salir del restaurante caminaron por ahí, iban en silencio mirando la ciudad en general, prácticamente dejándose llevar por la marea de gente y sin rumbo fijo, y tras un rato de andar así a Ochako se le antojaron unos mochis de un puesto en la calle y prácticamente se fue corriendo por lo que el rubio tubo que seguirla; estuvo tentado a gritarle pero cada que eso pasaba la gente los miraba así que simplemente se fue atrás de ella y cuando se detuvo se fijó en el puesto que la chica miraba. "Que raro" Pensó rodando los ojos y ya iba a sacar la cartera pero ella pronto se apresuró a pagar con efectivo y el hombre le dio su canastilla de mochis haciendo que le brillaran los ojos de emoción. 

- Oi, ¿qué te dije de guardar el efectivo? -

- ¿De verdad crees que el señor tiene una terminal con internet en su puesto? - El explosivo rodó los ojos porque era lógico así que ya no le dijo nada, pero de pronto tenía un mochi en la cara. - ¿Quieres? - 

- No me jodas, come tu. - 

- ¿De verdad? Ni siquiera te pregunté si querías. -  

- No soy fanático de lo dulce. - 

- ¿Nada? - 

- No. - 

- Pero yo te he visto comer dulce, incluso te vi comer mochi en año nuevo. -

- Era año nuevo, eso se come en año nuevo. -

- ¡Oh! No sabía que eras tradicionalista. - 

- Es lo normal mujer. - 

- Mmm... ¿Y que tal si quieres un bocadillo repentino, qué pides? -

- Algo picante. - 

- ¿Picante? - 

- Seh. - 

- Vaya... - Dijo jugando con el palillo en las bolitas de arroz. - Parece que somos opuestos. - 

~Espiando el Destino~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora