~Espiando el Destino~

~El Príncipe Victorioso~

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- Ocha debemos hablar. - Era la tercera vez que lo intentaba, desde que había sido internada y separada de él, aunque estaban a 3 habitaciones uno del otro, no los dejaban verse. Pero ahora ya tenía un celular y la llamaba por videollamada y ella siempre se quejaba de lo mismo. 

- Estoy horrible, no deberías verme así. -

- Eso no es cierto. - 

- Hoy lloré sangre, sabes... siempre pensé que era algo de las películas de miedo, pero no sí pasa. - 

- Oi... hay algo que debo decirte. - 

- Katsuki antes de que sigas, quiero que sepas que esto no es tu culpa. - 

- Claro. ¿Tienes alguna idea de cómo me siento al verte aquí internada? Tú no tenías nada. - 

- Lo entiendo pero eso no es... - 

- No, no lo entiendes, la única mierda que tenía que hacer era cuidarte y lo llevo de puta madre... - Dijo con todo el sarcasmo del mundo.

- Bueno si necesitas buscar un culpable, entonces cúlpame a mí. Fui yo quien se quitó el tapabocas y te besó. - 

- Y yo de imbécil que te dejé sabiendo la situación. -  

- ¿Te habrías negado? - 

- Am... no lo sé. -  Mintió pésimamente y ella se mordió los labios. 

- Eres malo mintiendo. - 

- ¡Cierra la boca! - Dijo poniendo los ojos en blanco pero sus mejillas se tintaron y a ella le causó risa. 

- ¡Jajajajaja! - 

- Tu debes ser la única persona que se ríe en una situación como esta. - 

- Creo que si. - 

- Mira, a lo que voy es que, esto no debió pasar, la enfermedad, los viajes, todo. - 

- ¿Qué quieres decir con todo? - Ya se le estaba descomponiendo el rostro y él lo notó por la pantalla. La angustia que la castaña estaba sintiendo fue notoria en su rostro de inmediato. 

- No te pongas así, todavía puedes encontrar a alguien y ser feliz. - 

- ¿Qué? - Palideció y no era efecto de la enfermedad.

- Que ya que tu no me qui.... - Y la habitación comenzó a llenarse de rasguños negros, lo mismo la de ella del otro lado de la pantalla. - ¡No me jodas! - 

- ¡Oh no! Miri chan. - 

- Ella dijo que... - Pero todo desapareció y dejaron de escucharse; de pronto los teléfonos quedaron inservibles y la llamada se colgó; pero para sorpresa de ambos cayeron en el mismo lugar y no muy diferente al que ocupaban en su tiempo; era una habitación de hospital. 

En la cama estaba la chica que ya conocían pero esta vez se veía sumamente demacrada, tenía más tubos conectados a su cuerpo y se veía ojerosa y agitada les sonrió. 

- Es... increíble que en una situación así los haya tenido que traer.  - 

- ¡Miri chan! Esto es peligroso. - 

- Si me acerco a ella le voy a pegar todo lo que tengo. - Dijo Bakugou tapándose la boca con la bata, si bien no había problema con Ochako, pero para la chica en estado delicado de salud era muy peligroso. 

- No importa... ya  no hay nada que me pueda hacer mas daño; ya estoy por irme... -

- Miri chan dijiste que ya no lo ibas a hacer. -