~Espiando el Destino~

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Aunque Uraraka intentó concentrarse, estaba demasiado distraída a causa de la conversación, veía esas grietas negras en el cielo como si el mundo estuviera llegando a su fin, era una escena sacada de una película apocalíptica y eso le hizo sentir mucho miedo, entonces para arreglar eso, tenía que llevar a cabo ese futuro, iba a construirlo, así tuviera que arrastrar a Katsuki a lo que era correcto... Lastimosamente el amor no se podía forzar y si él no la quería, nada iba a remediarse. "Debo hacer algo para que él... pues... se fije en mi; pero, no sé ni qué le gusta" Se dijo porque hasta ahora, todo lo que había pasado con Katsuki había sido circunstancial, nada fue forzado, las cosas se dieron y funcionaron así sin más, y quizás por eso es que eran pareja en el futuro. "Debo dejar que se de... ¿pero cómo?"  

Cuando las actividades de ese día terminaron y ella regresó molesta porque no había logrado ningún avance, pero después al entrar recordó que dormía a su lado, claro, de una cama a otra pero a su lado. Al volver a la habitación lo vio subido en su cama, sentado en posición de loto leyendo en su teléfono. 

- Hola, ¿cómo les fue? - Preguntó llegando y como quien no quiere la cosa. 

- Hola Uraraka. - 

- Ya había olvidado que una chica dormía aquí. - Dijo Sato bajando los brazos porque se estaba cambiando la camiseta y se sintió avergonzado.

- ¡Perdón!, ¡Perdón! Me anunciaré, carraspearé o algo. - 

- ¡No!, ¡No!, está bien, eso no es necesario. - 

- ¡Jejejejeje! - Entonces se subió a su cama y se sentó igual en posición de loto como él estaba, se quitó la chaqueta del uniforme y se soltó el cabello sacudiendo su cabeza, con la mano se alborotó la melena para soltarla por completo y suspiró por lo bajo. - Hmmm que calor. - Entonces Katsuki elevó el rostro, el sonido gutural que hizo con la boca no pasó desapercibido para ninguno de ellos, de hecho, de pronto se hizo el silencio. - Que callados están. - 

- Am... me iré a bañar. - Dijo Kirishima que prácticamente salió corriendo. 

- Yo te acompaño. - Ojiro se fue con él. "Bueno, me hacen caso todos menos..." Y notó que él la miraba así que giró el rostro, entonces él bajó el suyo de regreso a su teléfono. Entonces ella se tumbó en la cama, se acurrucó y lo miró acostada. Por más que Katsuki quiso hacer como que nada pasaba, sentía la mirada de la chica así que arrugó el gesto. "¡Mierda!" Terminó mirándola y ella sonrió. "¿Qué tanto me miras?" Se quejó mentalmente el explosivo, pero esas miradas se iban a prolongar... 

Esa noche ya a  la hora de dormir, después de bañarse y cenar con los demás, ella le miraba desde su cama, él se acostó boca arriba con el brazo bajo su cabeza y cerró los ojos pero ella le miraba, podía sentir esos orbes redondos de color chocolates fijos en él. Molesto entonces se giró para la pared y así se durmió, pero durante la madrugada Bakugou se giró y se acomodó la almohada y le dio la luz del mueble que estaba frente a las camas y se despertó gracias a esto. Arrugó el gesto y abrió los ojos para ver de donde venía la luz, entonces vio que a su lado ella estaba costada. Se fijó en la pose de medio lado, con una mano recogida y la otra colgando de la cama y con una rodilla salida de la cobija. A la mano que colgaba se le había caído el guante al suelo entre las camas y ni siquiera se había dado cuenta. "Como dije, siempre es un desastre para dormir" Mentó para sí el explosivo y se bajó de su cama para tomar el guante y colocárselo. 

Con mucho cuidado llevó el guante a cubrir su mano y sin querer le hizo cosquillas en los dedos, entonces ella retrajo la palma. "¡Oh no mierda!" Se quejó en silencio y se recorrió para buscar la mano de la dama, la tomó y suavemente deslizó el guante de cocina color verde con cerecitas. "Cursi" Pensó mirando el diseño y la recordó haciendo las orejas de conejo en el Manga Café, terminó molesto y le puso el guante sin cuidado, evidentemente ella se despertó y él renegó por lo bajo.