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Suena un golpe seco en la puerta de tu oficina. "¿Quién es?" Gritas, un poco molesta por ser interrumpida en medio de tu investigación.
"Wesker. Voy a entrar." La voz de uno de tus compañeros científicos llega apagada por la puerta. Un momento después, la puerta se abre y Wesker entra a tu oficina, con un expediente en la mano. "Últimos informes de las pruebas del virus T." Dice en su habitual tono estoico y frío mientras deja el archivo sobre su escritorio.
"Gracias." Respondes, tu tono es cortante. Tú y Wesker no se odiaban el uno al otro, pero tampoco se llevaban bien. Para decirlo sin rodeos, ustedes dos tenían una rivalidad laboral, cada uno de ustedes se esforzaba por ser el mejor científico y, a su vez, competían entre sí.
"Pareces tensa." El rubio observa, notando la tensión visible en tus hombros y el cansancio en tus ojos.
Agitas la mano con desdén y recoges la taza de café que habías estado bebiendo durante la última media hora. Dejas escapar un suspiro y haces una mueca mientras tomas un sorbo del café ahora frío. "Estoy bien, no te preocupes por eso." tu respondes.
Te mira por un momento y te preguntas cuál será su expresión detrás de esas malditas gafas de sol que siempre usa. "Tonterías. Obviamente estás tenso."
Él camina hacia ti y se para detrás de tu silla, colocando sus manos sobre tus hombros. Te tensas aún más bajo su toque y él deja escapar una pequeña risa antes de comenzar a frotar círculos firmes en tus hombros con sus pulgares. La sensación de sus dedos ejerciendo las tensiones en tus músculos es agradable, casi relajante. Dejas escapar un pequeño y dichoso suspiro mientras sientes que te relajas con el masaje.
