La Consulta.

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Nicole:
Los Ángeles
El bullicio en el aeropuerto me estaba dejando sorda, muy sorda.
La gente iba y venían con sus maletas a cuestas, y yo necesitaba salir pronto de ahí.
Esto de viajar era la hostia, el problema venía cuando se aterrizaba y pisaba el suelo del aeropuerto.
Lo bueno de todo es que mi amiga Kennedy ya me estaba esperando en la salida junto con Eva, el saber que las tendría a ellas a parte de Rebekah me hizo muy feliz.
Aunque bueno, Rebekah no es que me cayera especialmente bien pero la soportaba.
Cuando llegué hacia ellas las abracé, las necesitaba muchísimo, sobre todo a Kennedy que hacía como un año en que no la veía.
Ya en la casa de Kennedy les conté los últimos acontecimientos con Gabriel, y Kennedy negaba con la cabeza:
-¡Menudo panorama tenéis!
Pero bueno, ahora estáis lejos uno del otro y os va a venir bien ya lo veréis.
Al siguiente día fue el cumpleaños de Eva y lo celebramos en su casa juntos con unos amigos más, el estar aquí y cambiar un poquito de aires me estaba viniendo mejor de lo que yo pensaba; a parte mañana tenía un evento con Dior y me moría de ganas por asistir.
Gabriel
En el psicólogo, estoy en un puto psicólogo.
Mierda, ¿y yo que coño le puedo contar a esta desconocida?
¿Que cojones le digo?
Las rodillas me temblaban, iba moviendo el pie de arriba abajo pegando golpecitos en el suelo de mármol blanco.
Estaba en la sala de espera y encima no había nadie más que yo, muy bien.
Justo en ese momento aparecen ante mi una mujer morena y de ojos chocolate, guapa y con una amplia sonrisa.
-¿Gabriel Guevara?
Yo miré hacia arriba desde mi posición, y me dijo:
-Puedes pasar a mí consulta.
Yo me levanté de aquella silla de plástico y me metí con ella en la consulta.
-Por favor, túmbate sobre el diván.
Yo hice lo que ella me pidió y me senté en el diván, los nervios no me dejaban tranquilo y me dijo:
-Yo me llamo Beatriz pero puedes llamarme Bia.
La psicóloga me miraba sonriente, la verdad es que era muy agradable y poco a poco me iba sintiendo mucho más tranquilo.
-Y bien, cuéntame porque estás aquí.
Mil temas me pasaban por la mente, pero solo un nombre logró bloquear mi mente, Nicole.
-Tengo muchos problemas, demasiados diría yo.
La psicóloga cogió una libreta y se sentó frente a mi, después se quitó las gafas y asintió con la cabeza.
-¿Que tipo de problemas?
-Problemas amorosos, y mucha gente metiéndose en mi vida.
Bia hizo una mueca y se volvió a poner las gafas de pasta negras.
-Y bien, ¿que pasa con la gente que se mete en tu vida?
Yo solté todo el aire que me cabía en los pulmones, y le dije:
-Fans que se creen con el derecho de entrometerse en mis cosas, porque yo entiendo que sean mis fans pero lo que ya no entiendo es como es posible que actúen como si yo les debiera explicaciones.
Bia iba apuntando en su libreta todo lo que yo le decía, y cuando terminó me contestó:
-Primero que todo quiero que entiendas que esas no son fans, son haters disfrazadas de fans porque una verdadera fan te protege, no te tira a las hienas para que te devoren.
¿Por qué crees que te hacen eso?
Y una sola razón se me vino a la cabeza:
-Porque quieren que la carpeta que tengo con mi compañera Nicole Wallace salga, yo también lo quise pero no pudo ser posible.
Bia sonrió y siguió apuntando en su libreta.
-Bien, entonces al no salirles la carpeta se frustran y se cabrean contigo cuando es obvio que es una carpeta de dos no de una sola persona.
Y yo necesité hacerle una pregunta:
-¿Y usted por qué cree que solo me atacan a mí?
-Porque ellas son solo fans de Nicole, y lo que quieren contigo es que salga esa relación ¿me explico?
Entonces como siempre eres tú quién está en el candelero te atacan a ti, pero creeme tú no les debes nada más que unas simples gracias porque una película como Culpa Mía sea tan exitosa.
Yo asentí, tenía razón, pero yo sentía que les debía más.
-Si te digo la verdad, creo que les debo más.
La psicóloga me miró fijamente, y me soltó:
-Pero profesionalmente hablando, no personalmente.
Tu vida es tuya y solo te pertenece a ti, si a ellas no les gusta es tan fácil como cerrar la puerta y decir adiós.
Yo miraba a la psicóloga embobado por todas las cosas que me estaba diciendo, tenía razón.
-Y te voy a decir una cosa más, Gabriel: su narcisismo de solo quiero lo que a mí me interesa solo consiguen que tú actúes al contrario de lo que quieren ellas.
Porque uno: no te gusta que te manden
Y dos: siempre haces lo que te da la gana.
Yo asentí, pero ahora se vino lo fuerte.
-Hace un rato me acabas de decir que tú también querías que saliera la carpeta, ¿ella no?
De pronto, la voz de ella me hizo recordar a una llamada.
"No te habrás arrepentido de lo que pasó anoche, ¿verdad?
Dime que no, dime que no"
El imaginarme sus morritos mientras me decía esas palabras me hizo revolverme en aquel sillón de cuero, pero pronto la voz de la psicóloga me sacó de mi ensoñación:
-Gabriel, ¿que fue lo que pasó con Nicole?
Yo le conté toda la historia sin omisiones mientras que la psicóloga lo fue apuntando todo en su libreta, y cuando terminé ella empezó a hablar:
-Muy bien: así que tú has estado enamorado de tu compañera de trabajo como ahora la catalogas desde que la conociste en skam, luego comenzaste una relación con otra persona de la que no te enamoraste pero aún así hiciste tu mejor intento.
Coincidiste con Nicole en las películas de culpables y las cosas se salieron de control, de manera en que ahora no os habláis y tampoco os lleváis bien.
-Básicamente.
-Gabriel, creo que te obsesionaste muchísimo con estar con ella.
Enamorado te creo que lo has estado, ¿aún lo estás?
Y yo me callé, ¿aún lo estaba?
-Gabriel, te acabo de hacer una pregunta: ¿Aún estás enamorado de Nicole Wallace?
Y yo contesté de una manera sorprendente, quizás por el coraje que aún tenía:
-¡No!
Bia sonrió abiertamente, y me dijo:
-O sea, que si tú vieras a Nicole con ese chico que me has mencionado antes por la calle de la mano ¿a ti te daría igual?
La tensión se me acumuló en las sienes, y me moví impaciente en aquél sillón.
Cerré los ojos y visualicé a Nicole con ese gilipollas de la mano mientras que se paseaba sonriente por las calles de Madrid, y me entraron los mil demonios.
-¡No, por supuesto que no me daría igual!
Bia me miró sonriendo satisfecha, era obvio que ella lo sabía.
-Tienes que empezar a no darle ese poder, tienes que empezar a hacerle entender que ella también es una persona celosa porque si solo ve tus celos pero no visualiza los suyos me temo que jamás habrá una relación sana, ni siquiera para ser amigos porque es obvio que el ver que estáis con otras personas os afecta.
Yo asentí, realmente la primera consulta me estaba gustando.
-Tengo unos deberes para ti.
Quiero que no tengas miedo de enseñar en tus redes sociales lo que tú quieras enseñar, y que no les des a esas fans haters la oportunidad de que te expongan.
Adelántate siempre.
Cuando terminé la consulta la verdad es que salí muy bien de allí, necesitaba renovarme.
Nicole:
El evento de Dior había sido toda una maravilla, el vestido que llevaba era como de una señora mayor pero elegante como había que ir en estos eventos.
Un rato después en la casa de Kennedy, Domingo me llamó por teléfono.
-¿Que pasa, Domingo?
-¡Buenas, Nicole! ¿Todo bien?
-Si, todo bien.
Pero no entiendo por qué me llamas, ¿ha pasado algo?
-No, solo que cuando vengas a España te pases por mi despacho porque tengo algo que contarte.
Yo fruncí el ceño, pero lo dejé pasar porque necesitaba dormir.
Esa noche vi que era el cumpleaños de Gabriel y que habían asistido varias personas, entre ellas Mariana González.
A Gabriel lo vi bien entre comillas, pero sabía que algo le inquietaba.
Y que raro él compartiendo un stories donde salía esa chica, y vi que en ese sentido había un avance.
Perón, quise decir otro avance porque él ya había enseñado su mano, pero ahora lo hacía con su cara.
Y no niego que me molestaba, pero así tenía que ser.
Kennedy y Eva se quedaron conmigo viendo Crónicas vampíricas, y así estuvimos por varías horas.
Al siguiente día me fui para Nueva York, y Rebekah ya me estaba esperando allí con los nervios atacados y yo aún más atacada de verla a ella.
-Querida, estamos con el tiempo justo para llegar al hotel.
Yo resoplé maldiciendo a Rebekah, pero no me tocó de otra que montarme en la limusina que nos habían puesto e irme hacia el hotel.
Gabriel:
Mi cumpleaños estuvo mejor de lo que yo pensaba, me esperaba una felicitación por parte de Nicole pero no fue así, ni quisiera un "felicidades, kinki de barrio"
House me dió una palmadita en la espalda mientras que yo fumaba en mi balcón, y me dijo:
-Asi que, ahora compartes videos donde sale tu nueva chica.
Yo miré a House desde mi posición y le dije:
-No es mi chica.
House asintió y se sacó un cigarro de su bolsillo, y después de prenderlo me contestó
-No, solo dices que estás soltero pero a la gente les demuestras lo contrario.
-Bueno, la gente puede pensar lo que quiera.
House sonrió de lado irónicamente, y me soltó:
-¿Quién? ¿La gente o Nicole?
Yo miré a House y ahora el que sonreía era yo, y le pregunté:
-¿Te imaginas la cara que debe de tener ahora? Sus morritos haciendo un puchero de la rabia, y es que cuando se enfada se pone tan guapa que me derrito.
¡Necesito verlo, joder!
House se echó a reír negando con la cabeza, y cuando me fue a contestar el timbre de mi casa empezó a sonar.
Por lo que House salió del balcón y se dirigió hacia la puerta, y para mí sorpresa era mi madre.
-¿Que haces aquí, mamá?
Mi madre tenía la cara sería, aunque con el mismo buen humor que siempre.
-Con lo guapo que estás con el pelo largo y negro que ahora vas y te pelas como una gallina, y para rematar encima te tiñes.
House empezó a reírse, y soltó:
-Es que tu hijo en los últimos días no para de escuchar tiroteo, y claro, se lo ha tomado enserio.
Mi madre se echó a reír mientras que yo les lanzaba una mirada asesina.
-Mamá, ¿que haces aquí?
Mi madre se sentó en el sofá, y cuando me miró me dijo:
-Hijo, sabes que nunca me meto en tu vida porque sé que no te gusta pero esta vez necesito decirte algo.
No me gusta esa chica con la que últimamente te estás paseando por ahí, no me gusta absolutamente nada.
Y perdóname, pero creo que deberías estar solo un tiempo.
-Mamá, y yo te agradezco tus consejos y que sobre todo, no te metas en mi vida.
Pero, sé lo que estoy haciendo.
Mi madre frunció el ceño pero asintió sonriendo, y me soltó:
-La que si que me gusta es Nicole, ella es auténtica y preciosa.
House se echó a reír, y dijo:
-Sii, si tu madre se pasa la vida dando like a fotos en las que aparecéis vosotros dos, ¿las quieres ver?
Yo sonreí, y le dije a mi madre:
-Lo único que haces con eso es alimentar las esperanzas de la gente, nada más.
-Bueno, yo también sé lo que estoy haciendo.
Me guiñó un ojo y se fue...

 Me guiñó un ojo y se fue

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Resiliencia 2Where stories live. Discover now