Capítulo 14: Ayuda

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No era posible eso ¡Nadie quería ayudarlos! Fácilmente podrían morir en aquella contienda y a nadie le importaba ¿Así les agradecían por todo lo que hicieron por ellos? ¡Ni siquiera sus propios hijos los apoyaban! Australia se fue con Bolivia, Canadá se fue junto a Ucrania ¡Hasta Usa estaba del lado de México! Era lo peor de todo.

Todos en aquella sala de reuniones se habían ido, solo habían quedado ellos tres, la Onu y por supuesto, FBI que siempre estaba a su lado. Tenían que pensar en algo, ya eran altas horas de la noche a ese punto, y el cansancio no los dejaba pensar con tanta claridad como les gustaría.

¿Qué podemos hacer ahora? ¡Todo el mundo está en nuestra contra! ¡Se supone que deben de estar agradecidos! ¡Nosotros fuimos los que los creamos! — chilló la francesa desesperada por su situación, ni siquiera su hermana italiana estaba de su lado, solo dijo que eran las consecuencias de sus actos ¿Qué acaso no era ya suficiente con que sus hijos se pongan en su contra?

No sé qué es lo que haremos, pero debe de ser rápido, Perú mencionó que solo teníamos 3 días para alistar todo, y si teníamos a los participantes rápido, ella les va a proporcionar armas lo suficientemente efectivas para lastimar a los Dioses, eso necesitamos nosotros — mencionó el español recordando las palabras de la peruana, de verdad, tenía que usar todo a su favor para ganar.

Estoy seguro que alguno de ellos se va a apiadar de ustedes — habló al fin la Onu después de estar pensando en todo lo que había sucedido ese día, sabía bien que los latinos anhelaban una venganza, pero de esa forma era imperdonable a su gusto.

¿Entonces que podemos hacer?

Creo que... — interrumpió el inglés aún pensando en las palabras que iba a mencionar — Creo que sé quiénes pueden participar... Y a nuestro favor

Esa pequeña posibilidad era todo lo que tenía, y el inglés lo sabía a la perfección, era eso, o no poder hacer nada para poder ganar lo que tenían en manos. Onu, por su parte, estaba dudoso de aquella idea, era realmente descabellada, pero el inglés tenía un punto, no podían hacer mucho al respecto, por lo que terminó aceptando aquel pedido.

¿Qué tan malo podría ser?

Con las mismas, agarraron sus cosas antes de salir del lugar, siendo las 4 de la mañana, con una urgencia como esa, no iban a esperar tanto, sobre todo, porque estaban algo lejos del lugar. Tomaron el avión privado de la gran organización para dirigirse a aquel lugar, una isla aislada del mundo, muy en el norte de Argentina, en un punto cerca al Polo Sur.

Ahí, en la isla nevada, se encontraba una enorme mansión fortificada, que por fuera era cubierta por una enorme cúpula rodeada de soldados, los cuales iban rotando en cada momento. La isla más segura en todo el mundo, y oculta, para casi todos los países.

No puedo creer que todos nosotros estemos en un completo lío allá afuera, y ellos estén en su propio paraíso... — refunfuñó la única mujer de aquel lugar, es que no era justo para ella.

Todos decidieron quedarse aquí de manera pacífica con la única condición de que nadie los moleste, y ustedes vienen con la brillante idea de usarlos como guerreros contra los dioses, créeme que, si fuera una emergencia, no aceptaría esto...

Se acercó a la puerta principal de aquella mansión, y antes de poder tocar la puerta, esta se abrió abruptamente, dejando ver a un hombre robusto bastante alto, hasta podrían jurar que pasaba los dos metros de alto, con una mirada seria, y los ojos brillando de un intento celeste, casi blanco.

Tu... — mencionó aquel hombre un tanto enojado, no pensó ver a los cinco ahí, más bien, ni quería verlos — ¿Qué demonios haces aquí? Onu...

Ojos de Oro - RusperWhere stories live. Discover now