Capitulo 12

0 0 0
                                    

*Quédate sin mi*

María:

De tanto pensar ya me estaba volviendo loca, lo normal en cualquier mujer que sobre piensa todo. Aunque me pasó algo inesperado, ahí estaba, cruzando la puerta.

-Hola.

Le miro sin una sola expresión en mi rostro.

-¿Cómo estás? Hermana.

*2 meses después*

Joseph:

Me mataba un dolor de cabeza y ni mencionar lo que sentía en mi espalda, mis pulmones parecían ser perforados por una estaca, luché por mantener una respiración constante, pero la broncoconstriccion era demasiada, tanta, que no podía esforzarme de más. Me encontraba en el hospital, mi madre se quedó conmigo, recién llegamos y ya estaban haciendo el ingreso. Si... Parecía que ya empezaban mis vacaciones en el hotel de los males.

Me molestaba el hecho de tener que estar ahí como un inútil, sin jugar fútbol, sin estudiar, netamente sin hacer nada. Lo único que podía hacer era tratar de sobrevivir.

-Hola buenas tardes, yo soy Ana, me encargaré de llenar su registro para el ingreso.

-Está bien...- no estaba contento pero tampoco la pagaría con ella.

-Bueno, empecemos, no será nada de otro mundo; solo te haré algunas preguntas, más que todo de tu identidad.- me mira con empatía y sonríe- pero también tendrás que contarme lo sucedido. Así será más sencillo determinar un diagnóstico amorcito lindo- mi mente viajó a todos lados menos a un recuerdo bonito.

-Si, por supuesto, conozco el protocolo- farfullé mientras la miraba anotar algunas cosas.

No piensen mal, no soy odioso, bueno tal vez un poco.

Después de aquella entrevista y de mi conversación con la doctora pude dormir, no tardé en despertar a causa de una emergencia entrante. -Emergencia es lo peor de un hospital.

Hasta el grillito que habita en mi cabeza tenía razón esta vez. Mamá estaba con las enfermeras y el doctor que sería responsable de mi caso.

Era un internista, su nombre causaba temor en los residentes, "José Reyes. " El terror de los estudiantes de medicina. Tia Xena no opinaba lo mismo.

Es un enano gruñón pero es un excelente médico. - Expresó sutilmente.

No era nadie para cuestionar sus palabras, solo me quedé en silencio y sin más nada que acotar me recosté en la camilla.

-Hola, llegué a tiempo, no me pueden decir nada- Entra hablando al azar, si, esa era la doctora a cargo de mi caso, aunque quien lleva el control es el enano gruñón, la doctora es la residente cursante de un postgrado. Por lo tanto, ella estaría conmigo la mayoría del tiempo.

La escaneo con la mirada y veo un carnet que ya está vencido, Pero que carajo, ¡Dios! Era la doctora más ordinaria eso sin dudas. De seguro tener una colega así llegaría a ser un problema y lo más probable es que tendría que acostumbrarme.

Personas como ella estaba destinado a encontrarme.

Las miradas parecían invadir su espacio. Toda la revista médica hizo acto de presencia en mi sala.

-Estamos listos para empezar- alega el jefe de personal.

-Buenos días tengan todos comencemos con la revista- su mirada estaba un poco apagada y frotaba su brazo izquierdo como si se consolara a si misma.

Era ese el momento en que no podía decir nada pero se me ha ocurrido la brillante idea de hacerlo.

Aclaro mi garganta y me dedico a interrumpir lo que estaría por empezar pronto.- Disculpen- aguardo unos segundos en silencio- ¿Puedo comer?. El doctor a cargo me mira, y sin ninguna intención de ser descortés me habla.

-Por ahora no puedes hacerlo, pero al retirarnos, por supuesto que puedes hacerlo.

Asiento y me quedo recostado mientras la muchacha presentaba mi caso.

"Que feo caso"

En fin esa chica estaba a punto de ser destruida por ese doctor. Con un léxico increíble empieza a presentar el caso clínico y todo le salió de maravilla, Pero olvidó un pequeño detalle.

-Joven, ¿El paciente tiene muestras para el esputo?- la pregunta le suena a sorpresa y no puede responder, ella me mira e intento hacerle señas de que si pero no logra entenderme.

-No.

Y ahí está, la respuesta más errónea que pudo haber dado.

No sabía dónde meterme porque eso era incorrecto- Emm... Amiguito ¿ Has escupido en un recipiente esta mañana?- lo pensé bastante Pero obviamente tenía que decir la verdad.

-Si, muy temprano mi tia vino por la muestra, ¿Eso es para que? Disculpe.

Ella no estaba feliz, la verdad nadie estaba feliz, Pero no podía ser mi culpa, solo decía la verdad. Le han fulminado con la mirada y sin hacerle pasar vergüenza frente a mi solo prosiguieron hasta que por fin se fueron.

-Intenté decirte, pero no me entendiste, espero que no tengas problemas con eso.- Sonaba a excusa y al mismo tiempo no lo era.

- No te preocupes... No fué tu culpa, fué mía, yo tenía que preguntarte en cuanto llegué acá.-suspira y me sonríe- espero que te mejores, también que tengas una mejor doctora, tal vez mañana quizá ya no esté contigo.

"La has cagado y bien"

Me sentí mal por ella, en si se nota lo mucho que le importa ser médico, solo que a veces al ser alguien joven con mucha responsabilidad tiendes a tener un pie en el cielo y el otro en Narnia.

-Gracias... Se que te va a ir bien- le regalé una sonrisa, ella hizo lo mismo y se marchó.
Me preguntaba una y mil veces como saldría ella de ese aprieto. Pero mi pregunta más frecuente era ¿Cuando saldré de este hospital? Es más probable que termine siendo un vendedor ambulante a que yo logre hacer algo profesionalmente. Sinceramente estando así de enfermo era imposible lograr algo; o al menos no en ese mismo instante.

Pasaron dos semanas y al siguiente día después del incidente no volví a ver aquella doctora. Pero que efímero fué todo eso, lo que más me sorprendió fué la rapidez con la que avanzaba el tiempo en el hospital. Durante todo el tiempo internado lo único que no mejoraba era la fiebre.

En los resultados obtenidos de aquella prueba de laboratorio se dió un diagnóstico de TBC o como lo conocen mayormente: "El final del Libertador". Nah mentira es tuberculosis. Pero dicen que de eso murió él, en fin, no fué hasta la cuarta semana de hospitalización que obtuve noticias de mis amigos.

También me enteré de que no volvería a la universidad hasta el año próximo. Todo si el tratamiento marchaba bien, aunque no tenía pinta de mejorar seguían intentando con diferentes antibióticos.

No estaba contento con nada, la universidad se me iba en un tren y al no tener opción solo me tocaba decirle: "Quédate sin mí" porque sabía que yo no me había quedado sin nada de lo que aprendí, pero aquel lugar se quedó sin esa extraordinaria persona que pudo ser mejor estando allí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 23 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

P17Where stories live. Discover now