Capitulo 9

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Nota anticipada: Se les quiere mucho se les quiere bastante. Se que estaran preguntándose cositas pero no se crean... Yo también. En fin, ya vamos adentrándonos al terreno de los pensamientos más bruscos de Joseph. ¿De quien es ese número desconocido? Y la pregunta más inquietante... ¿Quien es "ella"? Así que, ¡Vamos allá!.

*Menos días contigo*

Joseph:

Bastante brillante la idea de que le dijera" Estoy con mis amigos" (En realidad si estaba) pero era lo único que tenía a la mano. Mis sospechas eran las siguientes:

* La persona que me estaba texteando me conocía y sabía mis movimientos.

*Era de la misma universidad.

*Simplemente encontro mi número en alguna de mis redes sociales.

Todas esas cosas y agregando que tal vez se tratase de aquel incidente, todo eso apuntaba a una sola cosa, me estaba volviendo loco y estaba imaginando cosas. Pero había algo que me trataba de convencer y era el hecho de que no tenía por que recibir ese tipo de bromas de parte de mis amigos.

Exactamente, confío plenamente en mis amigos, no tengo dudas de que son unas excelentes personas.

Ignorando aún mi celular me centré en Erick que parecía tener prisa por levantarse de la mesa. La simpleza de sus movimientos indicaban que se había quedado sin ideas así que me apresuré en hacer todo lo posible por cambiar el panorama.

No, no vas a hacerlo, dime qué no lo harás...

Había una lucha en mi interior y es que al quedarme sin opciones opté por una medida desesperada. Cogí mi móvil y sin darme cuenta ya estaba marcando aquel número desconocido. No duró mucho la marcación cuando alguien ya contestaba del otro lado.

-¿Hola?- era una voz femenina, algo delicada, pero seria.

-Emm, estem, ¡Hola!

-Si, dígame ¿En que puedo ayudarle?- todos mis amigos comenzaron a mirarme. Tengo que admitir que eso era incómodo.

-Si, está bien, yo voy, voy inmediatamente, claro claro.

-Discul- corté la llamada antes de que pudieran decirme algo más.

Las miradas aún seguían en mi y sin más, comencé a andar de un lado a otro.

-Erick- le sorprendí.

-Dime Joseph, estoy acá amigo, ¿Sucede algo?

-¡Si! Necesito que me acompañes, tengo que buscar algunas cosas urgentes- María estaba a punto de intervenir pero fuí más rápido.

-¿A dónde van?- espetó Nicole la cual nos miraba con intriga.

-Despues te explico, justo ahora tengo que irme, adiós- corrí junto con Erick a las puertas de la universidad.

El de un jadeo, me detiene y pregunta que es lo que sucede, me dió gusto saber que no se quedó más tiempo con las chicas, después de tomar aire le di las explicaciones y así sacarlo de el enredo mental que tenía en si.

-Necesito menos días contigo, a veces Nicole me pone nervioso.

-Valla cosas que dices- lo miré mientras ataba mis zapatos.

-Es broma, soy capaz de soportar a esa loca, de igual manera, novia de ninguno de los dos podría ser.

-Eres demasiado directo- vacilé antes de mencionarle lo del número desconocido.

-!Espera que! Oye oye pero eso está demasiado extraño. Aunque no hay que ignorar el hecho de que esa persona dice que tú la ayudaste.

Ese fué el instante de mayor presión mental, el más grande en todo el día, no sabía cómo reaccionar a la irrefutable lógica de mi amigo. Así que decidí pensar o más bien recordar, busqué dentro de mis recuerdos más recientes y sobre todo donde estuve fuera de casa.

-¿Que harás?- su tono se volvió serio pero nada frío.

-No lo sé... Tal vez decida hablar con esa persona frente a frente.

- ¿Y Nicole? Ella estará ahí siguiéndote los pasos- murmuró Erick.

-Sinceramente no es algo que a ella le interese como persona, si crees que se preocupara como amiga, lo sé, pero de allí en adelante a ese tema no veo la lógica de que deba estar informada.

-Tienes razón- asintió gustoso de ver mi madurez en ese momento.

Me estaba dando dolor de cabeza pensar en una solución, aunque pensaba por mero gusto ya que la solución la había discutido con Erick hace unos instantes, pero el verdadero problema estaba en como saldría de casa sin tener que responder tantas preguntas. En solo minutos volvimos con las chicas y me pareció algo extraño que no hicieron preguntas y sobre todo que Nicole se había tardado en el baño después de vernos con cara de perro asesino.

De camino a casa no hablamos mucho. Me daba intriga saber quién era aquella persona, me había vuelto un pensador profesional y mis amigos no se daban el lujo de arruinar esa carrera así que no me dirigían la palabra, pero intercambiamos miradas, miradas frías como la nieve y la indiferencia de un ser querido.

- Joseph- María rompió el silencio y se cambió más cerca de mi asiento.

-¿Sucede algo?

-Si, la verdad quisiera saber... ¿ Que fué todo aquello con tu móvil?

-Era algo urgente y necesitaba a alguien.

- Por eso te llevaste a Erick... Comprendo - ella hizo contacto visual con el, Nicole nos dedicó una mirada y fué la primera en bajar del transporte público.

Luego en cuestión de minutos María se despidió antes de quedarse en su parada, Erick, el hizo lo mismo pero se despidió con una sonrisa.

Me sentía agotado y me costaba respirar, ¿Sufriré de depresión? Tal vez tenga ansiedad. No comprendo en qué cabeza cabe que disociarse así es algo bueno y era justo lo que estaba haciendo. Caminé de regreso y ahí estaba, la portadora de esos ojos los cuales hacían un juego increíble con el crepúsculo de la tarde.
Solo pude alzar mi mano para saludarla luego de mirarnos como unos tontos; ella devolvió el saludo y se detuvo en la misma casa donde la veía leer mientras jugaba fútbol en la calle.

-Tenemos que hablarle.

- Si claro como si fuera tan fácil.

- Claro que si es muy sencillo.

- Ya deja de hablar contigo mismo - me di una cachetada y me fuí a instalar a mi cuarto.

Queda claro que el coqueteo con palabras no es mi fuerte pero si que me parece que nuestras miradas se buscan la una a la otra. "Pero no necesito coquetear" puedo intentar solo ser su amigo. No sabía ni como acercarme, lo más probable es que terminara alejándose por ver lo extraño que soy, así que mis límites aparecían y era por mi propia culpa. Pero no podía pensar otra cosa, pues es cierto, soy un chico algo extraño.

Cerré la puerta y me adentré en mi habitación para estudiar un poco. Daba igual, porque nunca sabía que hacer con lo que sentía y cuando creí saber, lo que hice fué meter la pata; Y hasta el fondo.

P17Where stories live. Discover now