Capitulo 2

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Toda la semana se la pasó pensando en el encuentro que tuvo con Sasuke, no se veía que fuera alguien de muchas palabras.

Por sugerencia de su madre tenía que invitar al Uchiha por lo menos una vez a comer o algo.

Volvió a la misma hora que esa vez, al distinguirlo entre la multitud alzo la mano cosa que funcionó porque Sasuke caminó directo hacia él.

— ¿Qué es lo que necesitas? — preguntó Sasuke, intentando cruzar los brazos.

— ¿Quieres ir a comer algo? — señaló sobre su hombro — Vi un restaurante de ramen no muy lejos de aquí.

— ¿Me estás pidiendo una cita? — cuestionó poniendo la cabeza de lado.

— Pues sí ¿O quieres casarte con un desconocido por completo?

— Está bien pero tengo que avisar en mi casa — murmuró mirando hacia todos lados en busca de un teléfono — Ahora vengo — caminó hacia uno a toda prisa.

El rubio se quedó apoyado en el auto, viendo que es lo que hacía Sasuke, le llamó la atención que a pesar de haber sol  el Uchiha tenía un suéter, debía estarse asando con esa cosa. 

Volvió luego de unos minutos pero se mantuvo a cierta distancia — Ya podemos irnos — murmuró — No puedo llegar después de las siete.

— Pero apenas son las — miró su reloj antes de contestarle — Van a se las tres ¿Quieres ir a otra parte?

— Podemos solo ir a caminar por ahí — respondió — Aunque está bien si solo vamos a comer algo.

— En ese caso, sube, tengo algo que hacer más tarde — le abrió la puerta.

No sabía hacer mucha plática porque no tenía ni siquiera un tema de conversación para Naruto, solamente se dedicó a comer.

— Sasuke — llamó el blondo— ¿Porqué traes puesto eso? Debes estar rostizado.

— Siempre uso — respondió.

Esa respuesta solamente le pareció curiosa, bueno, en sí Sasuke era bastante raro en su manera de ser.

Fue a dejarlo a su casa de inmediato cuando salieron del restaurante.

— ¿Vas a ir por mi de nuevo? — preguntó a través de la ventana del vehículo.

— ¿Quieres ir a alguna parte? — preguntó de vuelta.

— Mis padres quieren hablar contigo, eso es todo.

— Está bien, iré a recogerte mañana.

— Gracias Naruto — se dio la media vuelta.

— De nada — susurró antes de emprender camino — Bueno yo conozco al señor Uchiha pero solo de vista — hablaba solo mientras conducía — No es como que sea el novio de su hijo, solo nos vamos a casar, tampoco es como que yo quiera hacerlo, miró el muñeco de rana que tenía en el tablero del auto — ¿Tú qué opinas?

Condujo hasta otra cosa donde se estacionó, bajó para ir a la puerta y tocarla, lo recibió una joven de ojos perla y cabello azulado.

— ¡Amor! Hace una semana que no nos veíamos — se lanzó a abrazarlo — ¿Estuviste muy ocupado con el trabajo?

— Sí, un poco y también con otro asunto — la tomó de la mano — Ven, quiero que hablemos de esto con mis padres.

— ¿Por qué?

— Por qué nos afecta a los dos — la llevó hasta el auto, emprendiendo viaje hasta su casa.

Ahí se dedicó a buscar a sus padres por todas partes.

— Ahora que ya estamos todos, ¿Es necesario que me case con Sasuke? Ustedes saben que estoy con Hinata desde hace cuatro años.

— Lo es, necesitamos el dinero de la inversión de Fugaku, fue la condición que nos puso — explicó Minato.

— ¿Mamá? ¿Tú qué dices?

— A mí me agradas Hinata, pero es que esto es necesario, aunque la única opción es que se sigan viendo pero a escondidas.

— ¿Sería la amante de Naruto? — preguntó la chica — Eso es...

— No sé que es lo que nos harían pero mientras cumplas como esposo de Sasuke y mantengan el secreto, yo les doy el permiso de seguir siendo pareja.

Minato se levantó, no estaba de acuerdo con nada de lo que dijo su esposa pero se echaría un problema si se negaba, solo esperaba que nada se saliera de control y pensar en como tendría que lidiar con el asunto.

Ahí estaba, en la estancia de la casa de sus futuros suegros, quien sabe de qué querrían hablar con él.

Los vió entrar y justo detrás de ellos venía Sasuke con una charola, el azabache les sirvió una taza de té a todos, retirándose.

— ¿Sasuke no va a estar aquí? — preguntó Naruto, aún más extrañado.

— No, dijo que tiene que estudiar para sus exámenes finales — respondió Mikoto de manera seria.

— Creí que trabajaba.

— Lo hace, aún no termina la universidad y con el trabajo paga sus gastos — está vez respondió Fugaku — Vamos al punto, haré una inversión en el próximo proyecto de la empresa de tu padre a cambio de que tú contraigas matrimonio con mi hijo.

— Sí, eso lo tengo entendido pero ¿Por qué casarnos?

— Sabemos que Sasuke sería incapaz de conseguir pareja por merito propio, nunca ha hablado de esos temas y queremos que esté en buenas manos — volvió a hablar el Uchiha.

— Claro, mi padres comentaron que la boda sería en un mes.

— De eso me estoy encargando yo, será solo una ceremonia íntima donde firmarán los papeles — murmuró Mikoto, sirviéndose otra taza — Lo único es que tú debes usar traje negro y Sasuke usará uno blanco con gris, la próxima semana firmarán un acuerdo prenupcial.

— Claro, solo tengo una duda de todo esto — ¿Qué edad tiene Sasuke?

— Acaba de cumplir los veinte el mes pasado ¿Tú en octubre cumples los veintiséis o me equivoco?

— No, para nada, está en lo correcto.

— También como esto es algo que nos interesa a ambas familias, nos estamos encargando de conseguir una casa donde puedan vivir.

— Bueno, quizá eso deberíamos escogerlo Sasuke y yo ¿No?

— Si eso quieren, pueden hacerlo — respondió Mikoto.

— Gracias, entonces me retiro, despidame de Sasuke — mencionó saliendo de la casa.

Vuelve el amor Where stories live. Discover now