Capitulo 3

92 15 5
                                    

Cada dia se iba acostumbrando a estar con Sasuke y que no hablara mucho, podría decir que ya comenzaba a quererlo aunque fuera como amigo.

Habían tenido que ir juntos a ver casas, algunas eran muy caras para lo que eran y las otras muy grandes, como para esconder un batallón ahí dentro, y un departamento no era una opción.

— ¿Tú como quieres que sea? — cuestionó Sasuke mirando el nuevo vecindario donde los llevaron.

— Mientras tenga cuarto y baño.

— Habló en serio ¿Debería tener jardín para cuándo tengamos hijos?

— ¿Hijos? — preguntó parando el auto de inmediato — ¿Quieres que tengamos hijos?

— Pues sí ¿No?

Se quedó pensando un momento antes de asentir con la cabeza de manera lenta.

Vio como Sasuke bajó del auto a toda prisa, observó la casa en la que estaba hablando con la chica, lo vió hacerle señas para que se acercara.

— Le decía a su esposo que es una casa restaurada, es amplia y tiene estructura tradicional — abrió la puerta — Entrando tiene este armario para cuando entren o salgan de casa, arriba están las habitaciones, hay un baño común debajo de las escaleras y uno completo en el segundo piso.

Miró al azabache , a lo que esté solo asintió — Está bien, la queremos.

— Claro, les daré el contrato para que puedan instalar la servicios — hizo firmar a ambos — Aquí están las llaves — abrió un gabinete y las entregó a Sasuke.

— Ahora tendremos que llenar todo esto con muebles — Naruto se quedó en la cocina, escuchando como Sasuke decía que podían acomodar todo — Se está tomando esto bastante enserio — susurró para sí mismo.

— Estamos aquí presentes para ser testigos de la unión de estos jóvenes en sagrado matrimonio, pueden tomar asiento.

La pareja estaba bastante nerviosa, el rubio de dejaba de morderse el labio y el azabaches no dejaba de mover la pierna.

— Sasuke, el nombre de tu madre.

— Mikoto.

— El de tu padre.

— Fugaku.

— Bien, Naruto, el nombre de tu madre.

— Kushina.

— Y el de tu padre.

— Minato.

— Sasuke Uchiha ¿Aceptas tu matrimonio con Naruto Uzumaki por voluntad propia, aceptando que es tu decisión, respetandolo y serle fiel?

— Acepto.

— Naruto Uzumaki ¿Aceptas tu matrimonio con Sasuke Uchiha por voluntad propia, aceptando que es tu decisión, respetandolo y serle fiel?

El rubio levantó un poco la mirada, buscó a Hinata, quien estaba sentada en la mesa contigua a sus padres — Acepto.

— Pueden firmar el acta.

Al terminar la rápida ceremonia, tenían que pasar a saludar a todos los invitados, algunos solo los felicitaban, otro mencionaban que eran una linda pareja.

Cosa que extrañamente Sasuke respondía con una sonrisa, nunca lo vio sonreír de esa manera así que era algo nuevo.

Se sentía tan extraño estar casado con alguien que prácticamente conocía desde hace mes y medio, y no con su novia, con quién estuvo cuatro años.

Entraron a casa, se veía acogedora, eso ni negarlo pero no se sentía del todo cómodo con todo esto, aquneu haría el esfuerzo por acostumbrarse.

— ¿Naruto? — el azabache meneó su mano frente al rostro del blondo — Llevo hablándote desde hace rato ¿Te pasa algo? — cuestionó de manera preocupada.

— ¿Qué decías?

— Solo te preguntaba si vamos a acostarnos — murmuró caminando hacia las escaleras.

— No es necesario, ¿Te urge? — Sasuke negó — A mí tampoco, será cuando estés listo.

— Ah...claro — se quitó el saco — Iré a bañarme primero — siguió caminando hacia el piso de arriba.

Naruto esperó a que Sasuke desapareciera para poder sentarse en el sofá, ahora estaba casado, no podía hacer nada, el acuerdo prenupcial era lo que importaba en estos momentos.

Pero podía empezar a ignorarlo o tratarlo como en un principio — Esto no puede ser tan malo, él es tranquilo y respeta el espacio y bueno es lindo...

Subió luego de un gran rato, iba a ir a dormir en el cuarto de junto, se asomó y no pudo evitar quedarsele viendo a Sasuke, dormido en la orilla de la cama.

Sonrió por eso, buscó un cambio de ropa para tomar un baño, saliendo se recostó a su lado, lo admiró mucho rato, era la primera vez que le ponía tanta atención al rostro del azabache.

Era guapo, eso ni negarlo, apartó el cabello que caía sobre su rostro, dejándolo ver por completo sus facciones.

Ese joven ahora es su esposo, sonrió inconscientemente por ello, recordando lo que le dijo sobre tener una casa con jardín para sus hijos, ahora no le parecía una idea descabellada tener hijos con él, sin alardear pero serían unas criaturas muy lindas.

Vuelve el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora