Emilio Osorio es un alfa que siempre se escapa al parque de sus obligaciones de su empresa para ver al lindo Omega que siempre está en los columpios.
El omega cuyo nombre es Joaquín, además de sus lindos ojos color miel y el delicioso olor a mandari...
Gruñó frustrado, estaba desesperado, su alfa gruñía, quería al Omega.
Aún lo podía oler. Dios aún podía escuchar al Omega rogar para que lo tomara. Estaba por dejarse llevar por su instinto, pero el chiquillo no estaba en sus 5 sentidos. Y demonios, debía felicitarse por el maldito autocontrol que tuvo al llevarlo hasta su casa, con algo de dificultad.
Aún así estaba desesperado y eso le molestaba, ya que no podía concentrarse en el nuevo proyecto y que además no lo podía ver ni en el parque, aunque por otro lado sabe dónde vive.
>>"¿Quien eres?" - Pregunta una señora, Emilio podría decir que era la madre de Joaquín por su parecido.
Trató de no gruñir cuándo escucho al Omega gemir, Dios.
"Soy Emilio."
"Hueles a mi hijo... Mucho... Cómo si... ¡Oh, dios mío, usted tiene a mi hijo en celo!" - Emilio abrió los ojos fingiendo estar sorprendido.
"No, no. Está en el auto. No sé cómo se le ocurre dejarlo salir asi." - Gruñó al decir lo último, la madre del Omega lo empujó para ir hacía el auto. El Omega salió corriendo hacía él. Emilio se contuvo de respirar.
El Omega aferró su agarre cuándo la madre del Omega le gritó. Trataba de no gruñir, enserio, pero su alfa, demonios su alfa demandaba que lo tomara.
"Suelta Omega." - Dijo con su voz de alfa, el Omega lo soltó de inmediato y lo escuchó gemir.
La madre del omega aprovechó ese momento para tomarlo y entrar en la casa.
"¡Alfa!" - Sintió que sus ojos se dilataron al verlo y escucharlo, lo vió mostrar su cuello. La madre lo miró alarmada, Emilio sólo regresó a su auto antes de cometer una locura, el Omega apenas si tenía 15 años.
Se marcho de ahí lo más rápido posible.<<
Tocó su piel al comprobar que estaba caliente, una oleada de calor lo recorrió de arriba a abajo, sintió su miembro endurecerse.
Había entrado en celo.
Ésto es una mierda, el Omega entra entra en celo y yo también. Emilio piensa cerrando su cuarto con llave por si se le ocurre salir.
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Soltó un bufido al leer el documento en sus manos, ésto era patético, cómo mierda había gente trabajando así. Emilio no lo soportaba, pero tenía que hacerlo, claro, no tenía problema en el trabajo, hasta eso era fácil hacerlo.
