Capítulo 40

126 16 5
                                    

-¿Adónde vamos?

Louis no fue capaz, ni quiso, ocultar su sorpresa. Harry alarmante pues la mirada del mayor sobre él era demasiado adorable en su opinión. Mantenía la boca abierta en una sonrisa que mostraba la sorpresa y gratitud de que Harry le estaba diciendo esas palabras sin una pizca de duda.

Así que no tuvo más remedio que salir de su trance con varios parpadeos cortos que hicieron reír ligeramente a Harry.

-Pues... Pues no tengo ni idea.

-¿Eso importa? -Louis se perdió en su mirada. Era el modo de mirarle, el modo en que Harry centraba sus preciosos ojos color jade, brillantes como antes solían estarlo, de un modo tan bonito y único lo que le hizo volver a sentirse especial. Igual de especial que la primera vez que se vio cuando ambos fueron capaces de calar en el contrario con esa simple mirada llena de admiración.

Una admiración que esperaba volver a recuperar.

-No, claro que no - admitió sonriente -, donde nos lleve nuestra suerte.

-Espero que no sea la mía la que nos guía - comentó a modo de broma. Y aunque Harry sonreaba pequeño mientras la decía, Louis se vio forzado a ignorar el latigazo en el pecho que sufrió al escucharlo.

-¿Crees que puedas caminar? -preguntó preocupado al ver a Harry salir de la casa y cerrar la puerta detrás de él con lentitud. Asintió.

-Sí, tranquilo. Ya puedo caminar, lo que no debo hacer son movimientos bruscos ni forzarme.

-De acuerdo -ambos caminaron por el pasillo hasta las escaleras-, avísame si necesitas parar.

Harry solo asintió.

Tardaron unos largos minutos en bajar los peldaños de las escaleras. No porque a Harry le costara, de eso solo un poco, sino por otra razón. Las piernas le temblaban y la presión que sentía en el pecho se hacía mayor a cada paso que propiciaba. Y esa presión crecía y crecía a medida que llegaban más abajo.

Comprobó que hasta la respiración se había vuelto mucho más pesada al llegar al fin a la puerta del edificio frente al cual se quedó parado, de piedra.

Tantos días sin salir a la calle, encerrado en una casa que no era suya hogar pero que había acostumbrado a llamar, temiendo el día en que tuviera que enfrentarse de nuevo al mundo, a todas esas personas que hacían daño por cosas que por el contrario. no les hacían daño a ellos. Volver a ver esas caras desconocidas que un día le miraron y juzgaron como si tuvieran el derecho de hacerlo.

No quería pero al mismo tiempo anhelaba el momento de ser valiente.

Louis lo notó.

Lo notó por el temblor en sus extremidades y por la mirada llena de pánico que inundaba sus ojos ahora muchísimo menos brillantes que antes.

Se acercó a él y lentamente para no sobresaltarlo tomó su mano, entrelazando sus dedos y acariciando su piel con el pulgar para transmitirle paz y seguridad.

-Hey, mírame -pasados unos segundos y lentamente, Harry lo hizo. Y al mirarlo se le partió el alma pues sus ojos se humedecido ligeramente debido al recuerdo que aún le atormentaba todas y cada una de las noches -. Estoy contigo, no voy a permitir que pase nada.

Harry se sintió un poco más tranquilo al escucharle pero no por eso sus preocupaciones desaparecieron. Tan solo ascendiendo y aunque las caricias que los dedos de Louis le estaban dedicando a la piel de su mano le transmitían seguridad tuvo que separarse.

Louis ni siquiera llegó a molestarse. Entendía que salir a la calle con las manos enlazadas no era una muy buena idea.

Abró la puerta del edificio y salió él primero, se dio la vuelta y la aguantó para esperar a que Harry saliera.

Intocable ( Larry stylinson) Where stories live. Discover now