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— ¿Algo que me gustaría ver? ¿En qué sentido? — tenía algo de duda, no quería que fuera alguna persona, definitivamente no le gustaba conocer nueva gente y hacer amigos.

— Deja de hacer preguntas y ve, después me dices si te gusta o no. — dijo en un tono firme para que Félix se incentivara más.

— ¡Yo pido ir con papá! — gritó repentinamente Jeongin, Félix rápidamente cumplió ese capricho cargándolo, no tenía fuerzas para decirle que no a su hijo, aunque sea por una cosa tan pequeña como esa.

Ambos se dirigieron hacia el comedor que nunca usaban, ya que en esa misma habitación se encontraba la dichosa puerta principal. Fue grande su sorpresa al ver toda la habitación casi completamente llena de una cantidad inmensa de flores y rosas, seguramente había más de 300 además de los bouquets.

Hyunjin entró a la habitación lentamente y rio al ver a Félix tan anonadado.

— ¿Qué te parece? — preguntó con una voz pícara.

— ¿Qué se supone que es todo esto? —Félix se agachó dejando a su hijo en el piso al mismo tiempo que desenvolvía unos lirios y los olía tan solo unos segundos para volverla a dejar en el piso. — Lirios... aquí no se producen. — volteó a ver al alfa con confusión, ya que ese regalo no era el único de ese nivel.

— Son regalos, llegaron ayer muy de noche y esperé hasta hoy para mostrártelos.

— ¿Por la noticia de nuestro compromiso? — Hyunjin asintió. — No entiendo cómo tus fans pueden desperdiciar tanto dinero si ni siquiera te conocen. Esto es una exageración. — señaló al gran arreglo floral que estaba en la esquina y abarcaba casi toda la gigante pared.

— Estos ni siquiera son de mis fanáticos, los dividieron todos y estos son de personas importantes, como colegas, CEOs de otras empresas, actores, creo que hay uno del alcalde. Los demás no los pudieron traer porque son muchos, decidieron dejarlos en una bodega de la empresa

— Me sigue pareciendo una completa exageración. Con un ramo estoy bien, pero solo aquí hay como 200.

— Después pensaremos que hacernos con ellas. Ahora... ¿Dónde está Innie? — empezó a buscar con la mirada, pero no había ningún niño revoltoso paseando por el piso.

— Estaba conmigo cuando vine, tal vez le pareció aburrido o algo y se fue. — pero su vaga teoría se irrefutó cuando Yeonjun entró a la habitación con el niño cargado en sus brazos mientras devoraba una galleta con chispas de chocolate que casualmente tenía prohibido comer a horas tan tempranas.

— Adivinen quien casi se cae del mesón de la cocina por agarrar una galleta. — nadie necesitó ninguna pista para fijar sus miradas en Jeongin.

Félix tomó a su hijo en brazos. — Así que ahora eres un ladrón de galletas, no me sorprende nada de nada. — reía entre dientes, sinceramente le encantaba todo lo que hacía su hijo y no podría enfadarse por algo como eso, pero tampoco quería malcriarlo y que se convierta en esos adolescentes que se creen el centro del universo.

— Lo lamento. Pero a Innie le gustan las galletas y papá dijo que no. — dijo en un tono triste mientras se pegaba al pecho de Félix.

— Ya... Está bien. — le parecía algo extraño el comportamiento de su hijo, parecía incómodo. — ¿Pasa algo, amor?

— ¡No me gusta como huele aquí! Me confundo, huele muy mal. — realmente no entendía como eso podía afectarle tanto, no olía mal, de hecho el olor a tantas rosas era muy agradable.

— Son las flores, son demasiados olores para un cachorro. — Félix lo había entendido bien, así que salió de la habitación con su hijo en brazos seguido por Hyunjin y su asistente.

Singularity [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora