Singularity [Hyunlix]

25

— ¡Papiiiii! — ese pequeño niño entraba corriendo por la puerta como si eso fuera lo más importante en su vida.

— Innie, ¿Qué pasa bebé? — preguntó al ver esos ojos luchando por no botar lágrimas.

— Papá y tú dejó solo a Innie. — se pegó al pecho del adulto en busca de su aroma maternal. No le importaba que solo se haya ido por una noche y unas horas, para un niño de 6 años eso era una eternidad.

— No te dejamos solo... lo que pasa es que estaba enfermo y no quería que te contagiaras. — no le gustaba mentirle a su hijo, pero esa edad era muy corta como para que sepa lo que era un celo y que conllevaba.

— Me gusta el Tío Jisunggie y Minho, pero me gusta más papá y papi. — ahora parecía frustrado.

— ¿Sabes? Papá me contó que tenías una obra de teatro pronto. ¿Qué te parece si vamos a comprar la ropa que te pondrás? Así podremos pasar tiempo solo tú y yo. — quería quitarse ese peso de encima de una manera linda y eso le parecía una buena actividad, en especial porque su hijo era muy exigente con la ropa, solo se ponía lo que él consideraba que tenía estilo.

— ¡Me gusta, yo quiero una ropa de dinosaurio! — Félix ni siquiera se molestó en cuestionar esa decisión, se suponía que se tenía que vestir de marinero, pero lo convencería más tarde de que usar un traje dinosaurio no sería una buena idea.

Al final terminaron yendo al centro comercial ellos solos, siendo acompañados por Mingyu quien se encargó de que ninguno fuera molestado por algún fan. Solo después de mucho conversar pudo convencer a Jeongin de comprar ese traje de marinero que al niño le parecía horrendo. Después como premio de consuelo compró un helado para cada uno, con eso Jeongin ya estaba completamente feliz.

Volvieron todos juntos a la casa donde Hwang los había esperado con la cena lista, porque como secreto, Félix era muy, pero muy malo cocinando, así que el alfa o la empleada eran siempre los que se encargaban de la alimentación de la familia.

Félix sentó a su hijo en la mesa, quien ya estaba empezando a hacer un desastre en su individual. Él por su parte empezó a comer ese estofado de Kimchi.

— Oye... Está realmente bueno. — dijo con algo de emoción.

— Lo sé. — sonrió con orgullo para empezar a servirle más. — Así que fueron de compras juntos, qué malos son, ni siquiera pensaron en invitarme.

— ¡No, era una cita de papi e Innie! Tú no estabas invitado. — gritó con enojo.

— ¿No extrañaste a papá ni un poquito? — ambos empezaron una pelea de miradas sin mucho sentido de por medio.

— No, ni un poquito. — Hyunjin se terminó rindiendo ante el descaro de su hijo.

Al día siguiente, ambos padres tuvieron que despejar su agenda para poder asistir a la obra de teatro donde su hijo iba a participar. Fue en un pequeño teatro que habían alquilado para hacer que todos los niños se presentarán ahí, ya que la primaria a dónde estaba inscrito era un lugar casi exclusivo para hijos de gente de la más alta sociedad, lo que significaba que tenía que tener una seguridad impecable.

La presentación fue bastante extraña para los ojos de Félix, eran varios grupos de niños bailando canciones infantiles en trajes diferentes, Jeongin hizo prácticamente lo mismo, pero al ser su hijo eso sí lo vio como algo adorable y no se cansaba con tomar cientos de fotos donde él fuera el protagonista. Al acabar, las felicitaciones hacia el niño no faltaron, incluso la familia fue junta a comer a un restaurante nuevo que se encontraba por el centro de Seúl.

Los días eran buenos, muy pocas cosas fuera de lo común sucedían y eso era lo que más les gustaba. Hyunjin podía dormir tranquilo al saber que Félix no tenía nada de lo cual torturarse y tal vez en un futuro próximo podría vivir sin ninguna atadura que le recordara a su pasado. Contratar a un psicólogo al cual Félix pudiera darle su confianza fue difícil por decir lo menos fuerte, pero después de cientos de intentos consiguió a una omega recién graduada que por alguna razón lograba que Félix se abriera con ella. Al fin y al cabo no podía cuestionar nada de eso porque muy apenas lo entendía.