El tatuaje III

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Alondra besó a Rai siendo todo lo delicada posible. Sabia que era el primer beso de la peliroja, y no porque alguien se lo habia dicho, sino porque era evidente en la forma timida en la que Rai abria la boca y se entregaba a ella, legándole el control.

—¿Eso es lo que querias?— Preguntó Alondra en un murmullo contra los labios sonrojados de Rai en cuanto se separaron.

—¿Qué?

—Siempre me miras con esos enormes ojos que tienes esperando algo de mí, como si estuvieras deseando que hiciera algo, ¿Era eso?

Rai no pudo encontrar la voz, asi que asintio.

—Eso esta sangrando. Ven— Rai miro a la rubia fiera de lugar cuando ella la tomo de la mano y la llevo hacia la otra punta de la habitación.

—¿Qué cosa sangra?— Preguntó todavia confundida.

—El tatuaje nena.— Alondra dijo con la cabeza hacia su abdomen y Rai se miró con el ceño fruncido.

Era cierto, estaba todo lleno de sangre.

Alondra limpio su adbomen con algodón, y luego se dedico a cubrir el tatuaje con una pequeña venda.

El ruido de unas pisadas subiendo hizo a ambas girar hacia la escalera, y en un solo movimiento Alondra logró tomar su chaqueta de cuerto, que descansaba sobre el respaldo de una silla, y la envolvió alrededor de Rai posesivamente.

La peliroja solto una risita, y metio las manos por las mangas, que obviamente le quedaron enormes, antes de subirle el cierre.

—¡Alondra!— Una castaña, altisima y hermosa, apareció en la habitación, sonriendole a Alondra enormemente.

—Martina, podria asesinarte ahora mismo, ¿Donde estabas?— La rubia se acerco a la perfecta castaña con rapidez y la rodeo con los brazos, estrechandola contra su cuerpo.

—Callate imbecil, deberia asesinarte a tí, Sofia me contó sobre lo de tu aresto, ¿180 Kilometros por hora, Alondra? ¿En serio? ¿Cuándo te convertiste en una maldita suicida?

Alondra soltó una carcajada, sin apartar a la castaña, Marti, mientras ella apartaba de mechones de cabellos que habian caido sobre el rostro de la muchacha.

Rai sintió un nudo en la garganta. No tenia idea de quien era Martina, pero aquel gesto licio tan intimo que Rai estuvo casi segura de que ellas eran novias.

Entonces, ¿Por qué la habia besado?

Y la respuesta le rompio el corazón.

Porque ellos eran asi.Todos allí eran asi. Andaban con muchas chicas a la vez, se acostaban con quien se les ocurría.

¿Habría Alondra querido hacer lo mismo con ella?

Más enfadada que nunca, Rai se quitó la chaqueta y se puso torpemente su playera, caminando decidida en dirección a la escalera.

Ni siquiera se volteó cuando Alondra la llamó por su nombre, y bajo torpemente al primer piso a toda velocidad.

—¿Qué tal el tatuaje?— La chica de la barra estaba mirandola con una enorme sonrisa.

—Perfecto.— Masculló Rai, pasando junto a ella rápidamente, y saliendo del bara todavía más rápido.

Estaba caminando hacia su casa, a solo un par de metros del bar, sintiendose la persona más estupida del mundo, cuando Alondra la tomó del brazo y la obligo a voltearse.

—¿Qué sucede contigo?— Alondra la miró con el ceño fruncido.

—Quise irme eso es todo.— Masculló Rai, evasiava, mientras se separaba del tacto de la muchacha.

—¿Eso es todo?— Repitió Alondra molesta.

—Sueltame.

—No hasta que me digas que mierda sucedió alla arriba.

—¡Solo quise darte tiempoa solas con tu novia, eso es todo! Ahora no molestes más— En cuanto Rai quiso girarse, Alondra la levanto sin ningun esfuerzo, y la apoyo contra la pared de cemento en medio de la acera.
¡Sueltame!

—¿Novia?— Rai se revolvio en sus brazos, y Alondra se pego a ella como una lapa, dejandola sin aire.—Martina no es mi novia, Ra.

—Oh si claro— Comento sarcastica la peliroja.

—Es la verdad, Martina es novia de Sofia, la chica de la barra.

—No es cierto.

Alondra, completamente exasperada, no pudo hacer más que invadir la boca de Rai con la siya, aportó un beso mucho más demandante, posesivo y brusco que el anterior.

Rai, apesar de su enojo, no pudo evitar corresponder.

—Si lo es.— Murmuró Alondra contra sus labios en cuanto se separaron, casi sin aire.—Te quiero Rai. Te he querido y deseado durante años, y nunca te hubiera robado tu primer beso si eso no fuera verdad.

—Ese no fue mi primer...
—No intentes negarlo cariño. Sé que lo fue.— Rai bufo, avergonzada.—Y me fascina que lo haya sido.

—Eres una idiota.

—¿Ah?

—Si me hubieras dicho lo que sentias hace tiempo, Alondra, todo hubiera sido diferente. Pensaba que me odiabas y no entendia porqué.

Alondra sacudio la cabeza negativamente, sonriendo.

—Te adoro Rai. Di que sí.

—¿A qué?

—Sé mi novia.

Rai entrecerró los ojos, mientras se perdia en los ojos de Alondra.

—Claro que sí.

—"¿Rai?", "¿Alondra?— Ambas se vieron obligadas a separarse cuando una voz femenina llamó su atención, la más chismosa del pueblo, que las miraba con los ojos abiertos.

La señora las dejó de hito en hito unos segundos, y luego se giró sobre sus talones y salió corriendo de ahi.

Alondra soltaba una carcajada y Rai apoyaba su frente en el pecho de su novia.

—Mi madre se enterare de esto en menos de un segundo.

—Estoy segura de que mi suegra estará encantada con la noticia.

Rai rodo los ojos, pero sonrio al mismo tiempo.

Era una viciosa, pervertida, mal hablada, impertinente e imbecil.

Pero era suya, y la adoraba.

The Tattoo || Adaptación || RailoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora