Capitulo VI

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A Rai se le pusieron los pelos de punta cuando el chico cerró la puerta con fuerza.

—Yo conozco a todas las chicas de aquí, y como tú eres las opciones, creo que que es hora de que nos vayamos... Conociendo.—Susurro con una sonrisa mientras se acercaba lentamente a a Rai y  tendia un brazo hacia ella para acariciar su mejilla.

Rai se echó hacia atrás, instintivamente, pero se vio obligada a frenar de golpe cuando la parte posterior de sus rodillas se toparon con el borde de la bañera.

—Oye, realmente quiero irme, así que si eres tan amable...— La pelirroja volvió a intentar pasar por su costado, pero Pedro bajó un brazo y la devolvió de un empujón a su posición anterior.

—Tú no vas a ninguna parte.

—Mi novia está esperándome allí afuera, y se enfadará mucho si se encuentra aquí.

Rai trago saliva mientras levantaba ambas manos frente a ella para poner distancia con el chico que la miraba fijamente.

—Puedo hacerme cargo de esa imbécil.

Para esa altura, el muchacho ya está casi casi encima de Rai, mientras ella presionaba sus manos contra su pecho, intentando mantenerlo lo más lejos posible.

—¿Quién es increíble novia tuya?— Preguntó burlonamente mientras bajaba la cabeza hacia hacia ella, y tomaba sus brazos con fuerza, haciéndola doler.

—Alondra López.

Aliviada, Rai vio como los ojos de Pedro se habrian con sorpresa, Y algo muy parecido al miedo afloraba en sus ojos.

—¿Alo

Antes de que Pedro terminara de de pronunciar el nombre de la morena, la puerta se abrio de un golpe.

inmediatamente, Pedro, con fuerza hacia atrás, golpeando la pared contraria con fuerza y quedando sin aire.

—¿Qué mierda haces? Alondra levantó sutura, sujetándolo y lentamente por el cuello.

—Oye, tranquila, no sabía que era tu novia, no sabia, lo siento.— Mascullaba Pedro, intentando liberarse de los brazos de Alondra.

Rai entre fascinada y aterrorizada con los músculos de Alondra que estaban en completa tension, y los tatuajes de su brazo resultaron mientras sacudía a Pedro. Su expresión sólo puede ser calificado como asesina.

—Alondra, basta.— Consiguió susurrar luego de un segundo vacilante, se acercó hacia la espalda de su novia y puso una mano suavemente sobre ella.—Alondra, déjalo, vámonos de aquí.

La morena, estampo una vez más a Pedro contra la pared antes de inclinarse para susurrar en su oído. Ese idiota viene pidiendo una paliza desde hacía años.

—Ahora lo sabes. Esa mujer es mía, ¿te ha quedado claro?, vuelve a respirar cerca de ella, o incluso atrévete a mirarla, y te cortaré en rodajas, imbécil.

Rai vio como la morena lo soltaba con una expresión de desprecio en su rostro, y la tomaba del codo antes de sacarla a rastras de allí.

—¿Qué mierda estaba haciendo?— Masculló, enfadada, cuando llegó a un corredor lateral, mientras se ponia frente a ella, todo lo importante que podia llegar a ser.

—No hice nada.— Masculló Rai de vuelta, cruzandose de brazos.

—¡¿Qué hacias en el baño con ese hijo de puto Rai?!

—¡No me grites!— Exclamó Rai de vuelta, cada vez más enfadada, Y Alondra fruncio el ceño.

Nunca nadie la habia puesto en su lugar. Y no era algo que le encantara.

—Respondeme.

—Y tu tranqulizate. ¡No hacia nada en el baño con él aparte de intentar huir, por todos los cielos! Él entró cuando yo estaba queriendo salir y me acorraló contra la bañera, luego tú llegaste e hiciste tu escenita de hombre-posesivo-de la cavernas, ¡Eso fue todo!

Alondra inspiro hondo, mientras se tranquilizaba de a poco.

Confiaba en Rai, por supuesto que sí, pero al entrar allí y a ver a ese idiota encima de su novia la había vuelto loca.

La morena bajó la cabeza hacia ella, y tomandola por sopresa la rode por la cintura y enterró su rostro en su cuello inhalando con fuerza.

—Lo siento... No me gusta ver a otros hombres o mujeres tan cerca tuyo, lo sabes.

—Lo sé, eres una celosa.

Alondra solto una carcajada, haciendole cosquillas a Rai, que levanto ambas manos y acaricio su cabello con suavidad.

—Lo soy. Y te encanta.

Rai rodo los ojos.

—Me encanta.—Admitio finalmente, mientras se apretaab más contra ella.

El resto de la fiesta sucedio sin contratiempos, si no se tiene en cuenta los incesantes intentos de todas las muchachas del lugar por atraer la atención de Alondra, cosa que volvia loca a Rai, ni la leve borrachera que contrajo Rai al final.

Una vez que llegó al apartamento, Alondra le quito a Rai el vestido, dicertida al verla tan suelta mientras se carcajeaba sobre el colchon.

—¡Alondra, deja de hacerme cosquillas!— Exclamó mientras se retorcia y sé carcajeaba al mismo tiempo.

—No lo estoy haciendo, nena.— Murmuró divertida mientras terminaba de quitarle los tenis a Rai. Una vez que hubo terminado, se levanto de la cama para desvestirse, y Rai la miró con los ojos entrecerrados desde la cama.

Estaba en ropa inte, y Alondra se estaba muriendo del deseo.

—Alondra, hazme el amor.— Susurró, poniéndose seria de arrepentirse, y Alondra termino de quitarse el pantalón y la camisa y se metio a la cama con ella con un suspiro.

—No.— Respondió mientras la rodeaba con los brazos, haciendola apoyar la cabeza contra su pecho.

—¿Cómo que no?— Rai,indignada, se apoyo sobre sus brazos y la miro con los ojos abiertos.

—No te hare el amor cariño.

—¿Acaso no quieres?

—Claro que quiero, pero estas borracha. Cuando lo hagamos quiero que estes consciente de lo que hagamos.— Rai bufó.

—Estoy ahora consciente.

—No, no lo estas. Ahora duerme.

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—Te amo.— Susurró unos cuantos minutos despues.

Rai balbuceo algo parecido a un "yo también" y luego se respiracion de volvio pesada dandole a entender que su chica se había quedado dormida

The Tattoo || Adaptación || RailoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ