Extra I

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Rai carraspeó y le sonrío, mientras se mordia el labio, a su reflejo.

—Estas espectacular.— Dijo Gaby detrás de ella y la peliroja se giró para mirarse de costado.

Ocho meses habían pasado ya desde que Alondra le pidiese matrimonio luego de tatuarle su nombre en la cadera, ocho meses en los cuales habían hecho tantas cosas que a Rai le habian parecido años.

habían encontrado otro departamento para vivir ellas, dos solas, como un matrimonio, se habían mudado, habían preparado su boda, que sería una pequeña celebración con las personas más cercanas a ellas, y Rai había comenzado con su tesis.

La pelirroja suspiro, mientras se alisaba la falda corta de su vestido.

Habían decidido que no necesitaba nada extravagante, no lo querían. Sé casarian en el enorme jardín de la casa de Robert, frente a sus viejos amigos, sus nuevos amigos de Nueva York, y sus compañeros de trabajo.

Rai sentía una pequeñísima opresión en el pecho, y sabía que era porque no sería su padre quien la llevaría al altar ese día.

La novia de Gaby no era una mala opción, claro que no, pero como toda chica, desde los seis soñaba con caminar del brazo de su padre, para luego entregarla a su futuro esposo.

A pesar de los años que habían pasado,  a Rai todavía le dolía. Le dolía saber que sus padres tenían tan arriados sus prejuicios como para nunca volver a buscar a su hija. Era algo que escapaba de su comprensión, porque ya estaba segura de qué cuando tuviera un hijo, lo amaría más allá de todo, sin importar las decisiones que tomar en su vida.

La pelirroja suspiro, decidida a dejar de sufrir por la testarudez de sus padres, y le volvió a sonreír a su reflejo.

Su vestido de tiras finas blanco, ajustado en el gusto, que ya luego con una falda de seda hasta arriba de la rodillas.

Tenía el cabello apenas recogido, con sus suaves, rulos, cayendo sobre sus hombros, y Gaby había hecho un trabajo espectacular con el maquillaje.

—¿Rai?— la pelirroja giró para encontrarse a la novia de Gaby, muy atractiva en un traje azul marino.—Ya es hora. Si no bajas ahora, Alondra va a ser un pozo en el jardín de Robert.— Rai soltó una risita y se acercó a ella, aceptando su brazo.

Gaby se agarró su otro brazo, y así bajaron las escaleras las tres juntas.

Gaby soltó un pequeño grito y le di un beso en la mejilla a la pelirroja antes de encontrarse con Martín en la puerta de vidrio que daba al jardín y ambas se separaron en fila delante suyo.

Rai inspiro hondo, mientras se mordía el labio.

Iba a casarse. Iba a casarse con Alondra.

Una música inundó el lugar, y su corazón se estrujó en su lugar.

La novia de Gaby le sonrió alentadoramente, y tomada de su brazo, la muchacha acanzó sobre el césped detras sus amigas.

Se le formó un nudo en la garganta, y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando divisó a su morena, parada adelante de la pérgola, junto a Mar. Y ella le sonrió y se mordió el labio entre la recorrió con la mirada.

Llevaba un traje gris, impecable, que cubría todos sus tatuajes, salvo el anillo en tinta negra, sobre su dedo anular.

Era la primera vez que la veía usado un traje, y se veía maldita caliente. Rai prometió obligarla a usar trajes más seguido.

Soltó una risa nerviosa cuando su prometida le guiño el ojo, ella le tiró un suave beso al aire, intentando controlar las lágrimas que caían por sus mejillas.

The Tattoo || Adaptación || RailoWhere stories live. Discover now